viernes, 19 de enero de 2024

1ro vos

Esta vez mi primera entrada del año no es un 1ro de enero, sino que se atrasó unos cuantos días. ¿La razón? Muchos cambios esperados e inesperados ocurriendo a la vez. En fin, la vida sucediendo.

Mis rutinas cambiaron y yo también lo hice. Pero es algo bueno. Es algo que necesitaba y que llegó en el momento correcto.

Este año quiero hacer cosas que tengo pendientes pero también, como dije en mi última entrada, quiero disfrutar. No quiero que sea todo tan serio, quiero relajarme y fluir. Creo que ese es mi principal propósito. Ser una adulta en paz conmigo misma. Y debo decir que voy por buen camino. 

Tengo días en los que el estrés me agobia y momentos en los que estoy a punto de perder la cordura y solo quiero sentarme a llorar, pero no dejo que mis emociones me ganen. Todo lo que viví durante estos años me hicieron la mujer fuerte y capaz que soy hoy en día. Y no puedo dejar que cosas diminutas y sin importancia me afecten, y mucho menos algunas personas. Porque nadie sabe todo lo que sufrí, lo que lloré, lo que peleé; solo yo lo sé. Y ese es mi gran poder. 

Quiero que sepas que sin importar por lo que estés atravesando en estos momentos, yo confío en que vas a poder salir de esta, así como ya lo hiciste otras tantas veces. Porque también sos fuerte, y porque estamos para cuidarnos, respetarnos y priorizar la paz con nosotros mismos por sobre cualquier otro inconveniente externo. 

No sé que me deparará el destino este año pero sé muy bien que me tengo a mí y que mi relación conmigo hoy está bien. Y este no es un dato menor. 

Suerte.



Nos leemos.



viernes, 1 de diciembre de 2023

La vida es eso que pasa mientras soñas

Este año cumplí 29 años, muchos más de los que esperé alguna vez cumplir. Siempre tuve esos pensamientos medio suicidas y autodestructivos, con fechas de posibles atentados hacia mi persona y mucho odio hacia mí misma. Hoy creo que era falta de aceptación, de autoconocimiento y el afán de compararme con cualquier persona que se me cruzara. 

Crecí mucho y eso no sólo se nota en mi edad. Hoy quiero vivir. 

El pasado mes tuve un susto que terminó siendo anécdota pero que me hizo ver lo descuidada que tengo mi salud y lo poco que me importaba el bienestar mi cuerpo. Me hizo dar mucho miedo y ver de cerca un posible fin. Me hizo sentir pequeña, impotente, un simple ser humano con el poder de absolutamente nada. 

Me hizo ver una realidad que casi siempre decidimos ignorar.

Creo que estamos acá para hacer cosas que nos hagan bien, pasarla bien y querer(nos) mucho. Pero también creo que esas cosas me costaron toda mi vida y ahora no es la excepción. 

Es difícil dejar atrás patrones de conducta que nos condicionaron durante décadas, callar las voces que escuchamos a diario en nuestros pensamientos, dejar morir los miedos que nos destruyen por dentro y todo a nuestro alrededor. 

Quiero vivir una vida de ensueños, pero vivir al fin. Vivir sin condiciones, sin un nudo en la panza que me hace saber que todo se puede arruinar en un segundo. 

Anoche me tocó cuidar a mi abuela que tiene demencia senil. Toda su vida vivió con muchos miedos, que se los pasó a sus hijos y eventualmente esa ansiedad llegó a mí. Lo feo es que esos miedos aún la persiguen hoy con 91 años en sus sueños, o mejor dicho en sus pesadillas.

No quiero vivir ni un día más siendo prisionera de mis miedos. Quiero disfrutar cada minuto estando acá, pero aún debo aprender a hacerlo. 

Voy a intentarlo.


Nos leemos.





viernes, 13 de octubre de 2023

Ruido mental

 Conozco el miedo desde la ansiedad. Temer a la incertidumbre, a lo que vendrá, a lo desconocido. 

Hoy siento un miedo tan profundo que me hace descomponer, se me baja la presión y quiero que los días corran tan rápido como los latidos de mi corazón. No sé que va a pasar pero no tener certeza de nada hace que mi cabeza se funda en un sin fin de preguntas sin respuestas, escenarios catastróficos y sensaciones de densa oscuridad que no se lo deseo a nadie. 

Las noticias que nos toca digerir todos los días son devastadoras en todos lados y desde hace unos años. Es horrible tener tanta información en la palma de la mano porque tu cabeza termina desgastada de ver videos de terror uno tras otro, de leer noticias y cifras desoladoras. Te agotas. 

Desde hace unos meses que vivo como si caminara sobre vidrio, con miedo a tocar algo y que todo se desmorone. Bueno, esta semana sentí que se me desmoronó todo. Tengo la cabeza en cualquier lado y miedo, mucho miedo. Y lo peor es que no se lo quiero contar a nadie porque nadie sabría bien que decir.

Quisiera no haber perdido el hábito de la meditación y poder sacarme los problemas de la cabeza aunque sea unos minutos, o tomar hasta quedar inconsciente como en la adolescencia, cualquier opción sería buena en estas instancias. 


Si leíste hasta acá manda buenas vibras. Gracias.

Nos leemos.