jueves, 25 de agosto de 2016

Tempestad


Mi depresión es como una temerosa tormenta. El cielo posee una espesa neblina que cubre cada parte de mi cuerpo y no me permite visualizar ni siquiera mis manos. Es grisácea, oscura y húmeda. Siempre está presente la lluvia, que rara vez es calma, casi siempre se asemeja a un huracán. Lleva todo lo que encuentra a su paso, no le interesa quién esté al frente. Puede destrozar con toda su fuerza a cualquiera. Luego de unas horas se supone que debería terminar como lo haría la tristeza de una persona normal, pero no es mi caso. Mi tormenta puede durar días, semanas y hasta meses. Luego mis días pueden recubrirse de días soleados cuando estoy rodeada de buenas personas que engañan al tiempo. Pero luego se ven nuevamente opacados por la oscuridad y la frialdad del huracán. Me es imposible escapar de ella porque siempre regresa sin importarle nada. Puede que el pronóstico muestre un horizonte despejado, pero por dentro siempre llueve. Éste es uno de mis mejores talentos, el de cubrir la tempestad con un simple paraguas, que es mi sonrisa. Es como el piloto que llevas cuando llueve torrencialmente y te salva de empapar tu vestimenta, es la máscara que te salva de dar explicaciones cuando ni siquiera las tienes. Porque yo sé que mi vida es buena, sé que puede ser peor, sé que puedo sacarme de ésta situación pero no es tan fácil, no siempre se puede y yo definitivamente no soy lo suficientemente fuerte. Es que es increíblemente cómodo quedarse en medio de la lluvia antes que entrar a refugiarse. Uno no siempre busca ayuda por temor, por orgullo o simplemente porque crees que no es tan terrible como aparenta. Pero hay días en los que el agua de la lluvia te llega hasta el cuello y a veces hasta la frente y ya no se puede respirar. Aquí los problemas se ven irreversibles, comienzan los ataques de pánico o peor, los te ignoro para siempre y los intentos no tan fallidos. Suena cruel el irse para siempre y por decisión propia, pero sólo si se lo ve desde el lado de los que quedan aquí. No, no es egoísta, ni estúpido, es humano. Pero uno sólo ve lo que quiere ver y cree lo que quiere creer. Es por eso que todos creen que soy perfecta y que mi vida también lo es. Más de una vez escuche halagos hacia mi persona y mis habilidades, ni una vez me los creí. Las personas ven lo que quieres mostrar, nadie se molesta por ver más allá de lo obvio, nadie me mira a los ojos cuando me preguntan si estoy bien, nadie presta atención al tono de mi voz cuando tiembla, nadie ve los cortes sobre mi piel, y nadie ve las quemaduras que ocultan mis accidentes. Nadie presta atención a los “no me dejes sola” o a los “no quiero ir a casa” seguidos por mi risita, en realidad debí haber dicho “tengo miedo lo que pueda llegar a hacer si estoy sola con mis pensamientos”; pero ni aun así me habrían seguido. Todos somos egoístas, hasta yo. Si bien me considero una persona que pone a los otros siempre antes que a mí, aun así varias veces he puesto a mi depresión por sobre todo. Y me arrepiento demasiado. Porque me ha quitado muchísimo tiempo y mucha vida, me ha quitado todos mis años de adolescencia y ahora de juventud. Me ha quitado oportunidades que sé muy bien que jamás regresarán, pero me lo he complicado todo yo solita. Por eso no culpo a nadie, soy la única responsable de mi propio crimen. Porque cada día me debilito más y más, no sé hasta cuando podré seguir respirando bajo este huracán de tristeza.

Nos leemos.

domingo, 14 de agosto de 2016

Me hundo

Nada peor que aunque estés muy mal, seas la única persona que trata de mantenerte a flote. Y las cosas se complican aún más cuando tu entorno trata de hundirte, sin darse cuenta por supuesto pero matandote en fin.
Entonces ¿quién está bien y quién no? ¿Quién tiene la versión correcta de los hechos? 

Soy la persona más insegura que puedan llegar a conocer, nunca logro percibir en mi misma una sana imagen, nunca me siento bien conmigo misma. Sin embargo, en éste último tiempo sé que subí de peso porque es lógico, me pasé el último mes y medio sin moverme y aunque comiera poco no he quemado lo suficiente esas calorías. Pero no me siento enorme, creo que subí apróximadamente unos dos kilos y medio quizás (no me peso desde marzo por una desición propia pero conozco mi cuerpo). El tema es que ésta semana una persona me dijo que debería comenzar el gym, otra me hizo sentir mal mientras comia y la tercera, mi madre, también me dijo prácticamente gorda. Entonces, las cosas se vuelven sumamente complicadas. Y no sé cuánto debería odiarme.
(Sé que en mi entrada anterior contradice mi estado actual, pero la construcción del autoestima es un proceso largo).

Por ende ésta semana se me hizo mucho más extenuante de lo que debería. Entre éstos comentarios de mierda, la idea de despedirme mentalmente de él poque me hace mal pero al mismo tiempo verlo, mi depresión y las constantes guerras conmigo misma, fue una semana larga y terrible. 

Pero sobreviví a ayer y ya es un super logro.
Igual me deje ganar por todo ésto y cancelé todos los planes que tenía, por los que me sentí entusiasmada unos días antes. Pero no me arrepiento. No estaba en mi mejor momento.

Ésta semana también me pondrá a prueba pero estoy bien. Cada día admiro más mi fortaleza y hasta me rio por dentro cada vez que voy a algún lado y llego con mi super falsa sonrisa y asquerosa personalidad inventada. Hago una mini obra teatral sin levantar sospechas de que una hora antes estaba teniendo una crisis emocional. 
Asquerosa y triste.



Desde que cambié la url creo que sólo me ha leído una persona lol. Si bien es verdad, no tengo mucho tiempo para dedicarle a mi blog pero intentaré publicar más seguido y visitar sus blogs. Después de todo me hace sentir muy bien cuando lo hago.

Nos leemos.

miércoles, 10 de agosto de 2016

Un adiós y un me quiero






Me siento estancada, como en un pantano que me hunde hasta el fondo y no me deja escapar. Y se que no debería ser así. 








Sé que me merezco a alguien mucho mejor. 
Merezco a alguien que me trate como la reina que soy y que me lo recuerde siempre.
Merezco a ese alguien que no sólo aprecie mi belleza sino tambien mi fortaleza
Merezco a alguien que me ame con cada gramo de su ser. 
Merezco a alguien que me cuide y me proteja cuando me siento sola y asustada.
Merezco a un hombre que se quede conmigo apesar de mis defectos.

Ahora que sé lo que merezco, sólo espero que ése alguien no llegue demasiado tarde. 







Nos leemos.




jueves, 4 de agosto de 2016

Bella bestia



Ella era insegura pero en ocasiones poseía una confianza intimidante. Y todos confiaban en ella.
Creía en la falsedad que transmitía y tenía al mundo entero a sus pies con tan solo poner una sonrisa en sus labios.
Era peligrosa porque con su entrenada mirada avellana podía convencerte de hacer hasta lo que no querías, solo para poder apreciar de cerca su dulce rostro una vez más.


Ella era una serpiente, una alimaña que hacía muy bien su trabajo. Tenía una increíble habilidad para llevar sus presas directo hasta su cueva entre las tinieblas, sin levantar sospechas.
Sin embargo, ella nunca logró enamorarse de nadie. Éso era algo inimaginable en su mundo de fantasías.
Hasta que un día conoció a una bestia tan terrible y agraciado como ella.


Él logró escapar de sus garras a tiempo y resultó ileso. Pero ésto sólo debilitó a aquella cruel mujer.
La dejó sin armas y casi sin fuerzas. Pero, peor aún, él se llevó su corazón.
Desde ese día su poder de encanto se desvaneció por completo y quedó sola, al acecho de nadie. 


Ella solía pasar noches enteras esperando a que el hombre bestia con asombroso aspecto regresara y le devolviera lo que le arrebató hacía tiempo. 
Deambulaba por las sombras sin ser vista por nadie, con la esperanza de verlo una vez más.
Pero él jamás apareció. Se marchó sin darle ni un beso ni un adiós.
Después de todo aquella bestia que tanto daño causó antes, no merecía su amor. 
Ella sé quedó por siempre sola y sin corazón.
Y ése fue su fin.




Madrugada rara.
Cambié mi url por razones propias de mi paranoia, claramente. Espero que no les moleste.

Nos leemos.