lunes, 29 de junio de 2020

Libertad

Hoy escuché una canción que me recordó a la libertad.
Ese siempre fue mi sueño, ser libre, feliz, ligera y fuerte, como mi mamá. 
Cuando crecí viví mi sueño y luego lo dejé ir, y a mi junto a él. Nunca más volví a ser la misma.
Hoy cuando escuché esa canción estaba (estoy) en la mierda. Y ya sé que todos lo están y que es un año raro y que nadie la está pasando bien. Pero es que yo hace mucho que la paso mal. 
Hoy cuando escuchaba esa canción mi mente voló hacia ese instante libre y recordé como se sentía. Se me hizo un nudo en el cuerpo, en todos lados y quise llorar pero no lo hice.
Hoy mientras escuchaba esa canción mi padre estaba recargándome con sus problemas como siempre lo hizo, mientras yo me imaginaba con un par de alas. 
Y no es muy imposible pensar en que la única libertad que alguna vez conoceré será la de morir, para desprenderme finalmente del dolor de tantos años, de mi mente que no se calla, del mundo que me lastimó y hacer las paces conmigo misma por un bien común. 
Después de todo, según mi carta natal moriré de manera trágica e inesperada. Quizás no sea inesperado para mí.
No estoy bien, pero que mas da si nadie más lo está.

Nos leemos.

viernes, 5 de junio de 2020

Sanar

¿Ya se amigaron con la soledad? 
Creo que mi respuesta es sí. Los golpes del pasado, las decepciones, me prepararon para este momento. Antes sufría mucho cuando en todo un día mi teléfono no sonaba, era una verdadera drama queen. Hoy puedo decir que dejo el teléfono en silencio porque si alguien me llama o manda un mensaje es algo que no me interesa mucho. Antes vivía pendiente de un mensaje, de un like, de validación externa. Hace unos años decidí dejar de usar redes sociales y aunque siempre tengo unas ganas tremendas de volver, la razón nunca es mi propio deseo de hacerlo sino más bien mi entorno que a veces me obliga o la dinámica que el mundo actual maneja. Por ejemplo, conocer gente, tener citas. Entiendo que es algo bastante raro no usar redes sociales en nuestra época, yo también solía juzgar a quienes no lo hacían pero creo que es de las mejores decisiones que tome. Al menos puedo decir que me ayudó a que mi depresión no empeore, o no se despierte, porque por suerte estoy teniendo buenos días. Sin embargo, estás no son razones que menciono a cualquiera que me pregunta sobre mi extraña decisión, pero lo bueno es que tampoco creo que la gente merezca explicaciones por las formas en las que decido vivir mi vida. Son razones que me guardo porque se que pocos lo entenderían.
También me parece que es una fuente potente de energía negativa. Cada vez que me logeo a facebook para ver alguna novedad de mi facultad me da mucha bronca lo poco que leo. Puede que me haya convertido en una persona aún menos tolerante que antes, lo cual no está tan bueno, pero igual facebook es para tías providas y ex compañeros de derecha. 

Aún no soy mi mejor amiga y tampoco sé si alguna vez lograre serlo, pero me respeto más, me escucho más y apago al mundo cuando me pido estar en soledad. Y está bien, la soledad no es tan mala como nos lo hicieron creer toda nuestra vida. Es necesaria y sanadora.

Espero que estén muy bien. 
Nos leemos.