Cada vez aparezco menos por acá, no sé si es algo bueno o malo.
Estos últimos meses fueron horribles y ya debería estar acostumbrada, pero no. Lo único que me mantiene la mente un poco ocupada es el gimnasio. Por cierto, volví hace dos meses y por ahora bien. Por unas horas me concentro en mí y alivio mi mente.
Octubre es el mes de mi cumpleaños y aunque antes lo esperaba con ansias, ahora espero olvidarme realmente de eso. Estoy tan sola, o sea realmente ya no tengo amigos. Y todo se puso así justamente desde mi cumpleaños pasado, hace un año. Tuve una discusión con un par de mis amigas y decidí que no las quería tener más en mi vida porque me lastimaron. Y si bien el asunto no era tan grave, las cosas empeoraron cuando se metieron mis otras amigas a opinar y mentir. Me di cuenta de que su amistad era infantil y tóxica.
También este año empecé a ser más transparente, lo cuál influyó mucho en todo eso. Porque ya no me sale ser cínica y quiero que te des cuenta cuando me haces mal, ya no quiero ocultarlo todo con una sonrisa y hacer de cuenta como que no pasó nada. No, me lastimaste, la cagaste y no todo se soluciona invitándome a salir de fiesta. Somos adultas y aunque hayan sido mis amigas desde el colegio, las cosas cambian y las amistades también.
De todas formas, las sigo extrañando mucho. Y me afecta mucho ver las fotos con ellas todas reunidas en alguna ocasión. Por momentos me genera bronca cuando tiran alguna indirecta por alguna red social, pero extraño tenerlas en mi vida y hablar.
Si bien no soy una persona que cuenta su vida abiertamente, o sus problemas o nada, a veces cuando algo me afectaba mucho se los contaba. O en algún trago de más también lo hacía, pero hoy no puedo. Y aún tengo a mis compañeros de la facultad, que ya ocupan el título de amigos, pero siento que la relación no es la misma. No me conocen tanto.
Se que anduve muy misteriosa en los últimos posts pero es que me cuesta mucho hablar del tema que tanto me está afectando. Ni siquiera lo he podido hablar en profundidad en terapia porque no quiero llorar y cada vez que pienso en eso, es lo único que me dan ganas de hacer.
La cuestión es que mi padre está enfermo, tiene cáncer y para mi estos es terrible. Es como mi mayor miedo hecho realidad. Y si bien es algo que es bastante reciente, es decir que recién comienza y no está avanzado, me aterra mucho. Porque todos sabemos lo que pasa cuando alguien tiene esa enfermedad, la gente te da el pésame así sin más. Siempre tuve ese pensamiento negro sobre eso y sé que hay casos en los que la gente logra vencer la enfermedad, pero igual, da mucho miedo.
Realmente desearía que me pasara a mí y no a él. Cuando era adolescente, y tenía una depresión mayor que la que he tenido últimamente, rogaba que me diera cáncer. Suena tan enfermo porque lo estaba, pero era una fantasía descubrir que lo tenía y no decírselo a nadie e irme así. Pero mi papá no es como yo, él tiene ganas de vivir, tiene tantos sueños y un temor profundo a la muerte. Y todo esto hace que me duela aún más.
Pero debo seguir fuerte, por él. Porque lo amo y aunque tiene sus falencias, no imagino una vida sin él a mi lado. Y debo confiar por primera vez en mi vida, en que las cosas van a mejorar y que va a estar bien.
Ay, qué difícil hablar de esto. Pero me siento un poco más liviana.
Por otro lado, tengo pensado o más bien decidido, dejar de ir a la psicóloga. Voy desde marzo y de todas las sesiones que tuve, no me gustaron ni la mitad.
Y en la última por poco no me llama dramática y egocéntrica porque evito el tema de la enfermedad de mi padre para hablar de mis otros mini problemas que aún no logro solucionar. Pero es que aún no puedo hablar de eso por Dios, que no quiero, no me puede obligar a llorar frente a ella. Y es tan dura la hdp, tan fría (obviamente). Realmente creo que disfrutan ver gente miserable todos los días, imagino que se alimentan de eso.
Muchas veces también me atendió por apenas 15 minutos y me cobró la sesión entera. En definitiva, ya no quiero ir. Y creo que es momento de empezar a poner en práctica lo poco que aprendí sobre mí y vivir, porque también creo que no te deja avanzar mucho ir a terapia. Igual esto último no lo sé, solo es una reflexión que me salió.
Ustedes que tiene experiencia con malos profesionales, ¿cómo corto con mi psicóloga? porque suena como una ruptura.
Si leyeron todo esto, gracias por leer. Ahora me pasaré por sus blogs porque hace mucho que no lo hago.