domingo, 29 de diciembre de 2019

Diez

Está terminando esta década y hoy me siento gris, quizás como hace 10 años.
Si entras a cualquier red social están estos posteos de fatalismo por el fin de una década y el comienzo de otra. Algunos muy entusiastas recuerdan lo mucho que cambiaron y crecieron a lo largo de los años. Su evolución, su proceso para convertirse en la fantástica persona, quizás exitosa, que son hoy en día. Y también están los otros, como yo, que siguen igual de fracasados que hace una década atrás.
Hace diez años tenía 15. Ya venía con un equipaje cargado de depresión y ansiedad, pero no estaba muy al tanto de lo que era. Me sentía rara por no encajar, por preferir quedarme un sábado a la noche navegando por Internet y no saliendo como cualquier otro adolescente de mi edad. En latino américa es muy común que las chicas festejen sus 15 años, por supuesto que yo no los festejé porque nunca me gustó ser el centro de atención ni por un minuto ni por 6 horas, pero si recibía invitaciones de mis amigas a estas fiestas. Recuerdo que todo el asunto me generaba mucha ansiedad porque me sentía muy novata en todo: chicos, bailar, socializar. Sin mencionar lo mal que me sentía con respecto a mi cuerpo, en dos años subí mucho de peso y mi cuerpo era muy diferente a la imagen que tuve toda mi vida de mi misma, fue ahí cuando comencé con los desordenes alimenticios. Pero era todo, me sentía mal porque me sentía distinta. 
Y hoy me pasa lo mismo. Me siento mal y distinta al resto de mis amigas que tienen proyectos, carrera, trabajo, pareja, casa propia, hijos(?. Mientras yo sigo quedándome en casa un sábado a la noche publicando en mi blog por Internet. Cancelando planes porque me siento gorda. Teniendo crisis y peleando con mi madre como si tuviera 15 años otra vez.
Y ya se que crecí, obviamente, que también evolucioné a mi manera, pero no puedo evitar pensar en lo negativo, en lo malo, en lo estancada que estoy. Porque creo que lo negativo supera cualquier situación positiva que esté presente en mi vida actualmente, que en estos momentos sinceramente no recuerdo.

Espero que sus días estén colmados de abrazos, risas y buenos momentos, y que se aferren a ellos porque no siempre están. No recuerdo cuando fue la última vez que recibí un abrazo, triste.

Nos leemos.

viernes, 20 de diciembre de 2019

La calma no tan calma - antes de - la tormenta

El año pasado fue un golpe en la cara para mí, una sacudida, un susto, un "cuidado porque las cosas pueden cambiar en cualquier momento". Comencé a preocuparme aún más por el futuro y por quiénes estarían en él, haciéndome la idea de que estoy sola en esto. 
Como todos. Aveces pensás que no, que si tenes gente a tu alrededor (familia o amigos) está todo bien, pero no. Siempre estamos por nuestra cuenta, solos.
Este año fue otro golpe más. Me obligaron a salir del cuento de hadas, se cayeron las máscaras y las cosas dejaron de ser tan color rosa por casa. Me siento parada sobre una cuerda floja sujeta entre dos pilares que están rotos, sobre un vacío incierto, profundo y mortal. 
Y ya se que me voy a caer, el tema va a ser sobrevivir a eso. El tiempo de recuperación o las ganas de realmente hacerlo. Sanar, dejar de sentir culpa por algo tan irreversible como existir.

Nos leemos.

domingo, 24 de noviembre de 2019

Incoherencias del ayer

Su piel, suave lienzo manchado por novatos.
Su pelo, largo como el de la diosa que lo visita en sus sueños.
Su perfume, dulce como las flores que nunca le regaló.
Su mirada, oscura como sus intenciones.

Noches ahogada entre lágrimas y "te quieros" que nunca dijo.
Pensando en los tuyos y si la ves cuando cerras los ojos.
Rogando cruzarte una vez más y que le claves un puñal.

Apuñalada por tu mirada.
Fría, cruel, como la describen desde que comenzó a regalar amor.
Distante y patética como ese orgullo.
Dulce como tu voz y cuando le cantabas.
Tierna como tus besos y los que le debes.

Vacía como tu corazón y como el mío.



















Nos leemos.

martes, 12 de noviembre de 2019

Amor verdadero e incondicional

Desde que tengo uso de razón me gustan los animales. Cuando tenía 3 años mi papá me regaló mi primer perro y desde ese día conocí el amor más puro e incondicional que existe.

Hace unos 9 años atrás estaba llorando en mi habitación porque había adoptado a una perrita enferma con la intención de que se recuperara pero termino muriendo. Cuando volví del colegio y me percaté de que no estaba me largué a llorar y no paré en todo el día.
Mi papá odiaba verme llorar así que a la tarde me trajo una caja y la dejó sobre mi cama, a mi lado adonde yo seguía llorando. Cuando la abrí me di con el mejor regalo de todos, mi perro que me acompañó hasta hace una semana atrás. Me lamió el rostro y mojó aún más mis lágrimas y lo amé desde ese segundo. Lo amé y le prometí cuidarlo siempre. Aunque ese "siempre" tenía fecha de caducidad y nunca imaginé que ese bebito que tenía enfrente iba a terminar enfrentando a la mierda más grande de todas, el cáncer. 
Hoy lo extraño y quiero tenerlo a mi lado, pero estoy agradecida por los momentos que me regaló, por sus sonrisas y porque en realidad fue él quien me cuidó a mí. 

Fuera de eso no tengo mucho que contar, tan solo que dejé una materia porque me deprimí por lo de mi perro y la gente no lo entiende. Duele ver a un ángel sufrir, saber que se está yendo y que ya no hay mucho que se pueda hacer. 
Igual no me importa mucho, odio mi carrera y mi vida de todas formas. 
Ahora quién me preocupa es mi otro perro. Cuando llegó a casa estaba mi otro perro que falleció hace dos años y el que falleció la semana pasada. Y ahora quedó solo y tengo miedo de que se deprima, ¿algún consejo?

Nos leemos.



lunes, 14 de octubre de 2019

25 cosas que aprendí con 25 años

1. Vos tenes que ser tu prioridad.
2. Tus amigos te van a defraudar.
3. Tus padres no son héroes.
4. A veces la paz que buscas está en la naturaleza.
5. Tu cuerpo cambia y está bien.
6. El amor propio es una lucha diaria pero es lo único que te va a salvar.
7. Tu salud mental es muy importante.
8. Por momentos es necesario que seas egoísta.
9. El alcohol y las drogas no le aportan nada a tu vida.
10. El amor es una ilusión.
11. La vida no se detiene por nadie, así que ¡muévete! (aunque sea un poco cada día).
12. Adquirir el rol de víctima no cambia nada.
13. Valora tu tiempo.
14. Sos diferente a los demás y eso te hace único.
15. La ansiedad y la depresión te van a quitar momentos que no vuelven.
16. Se puede ser feliz al menos un instante cada día, pero requiere de práctica.
17. El espejo no es tu enemigo.
18. La gente y las relaciones cambian constantemente.
19. También cambian rápido de opinión y las promesas importan poco.
20. Los sueños cuestan pero si alguien más logró hacerlo, vos también vas a poder.
21. Es en vano mortificarse por no cumplir con las expectativas. 
22. Cada persona tiene su tiempo.
23. No escuches opiniones ajenas que no le aportan nada positivo a tu vida.
24. Es importante que cuides la relación que tenes con vos mismo y el diálogo interno.
25. Sos importante y por algo estás acá.

Hoy es mi cumpleaños y no sé como me siento porque estoy programando esta entrada. Seguramente mal por algo insignificante o por esperar algo que no merece mi atención.
Pero aunque no me gusten los cumpleaños, ni envejecer, tengo mi esperanza puesta en mí y en este año. No para crearme falsas expectativas, pero si creo que puedo proponerme objetivos y alcanzarlos. Mis metas a largo plazo están lejos y muy distantes, pero se que para llegar ahí debo seguir un proceso que empieza hoy. Cada día, de a poco, pero poniéndole onda.
Y se que hoy que estoy escribiendo esto es un día bueno, pero también se que vendrán días malos porque la vida es así y no hay nada que pueda hacer para evitar que eso pase.
Pero contra todo pronóstico sigo acá, viva. 
Y aunque no estoy adonde quiero estar ni soy quien esperaba ser a esta edad, creo que podría ser peor. También creo que aún tengo un poco de tiempo para hacer las cosas bien.
Solo pido motivación, enfoque y buena suerte.

Espero que ustedes estén bien, estoy muy agradecida por tenerlas, de alguna forma, en mi vida.
Nos leemos.


sábado, 21 de septiembre de 2019

Amistades falsas y ser demasiado sensible

Siempre fui de las que sienten de más o no sienten absolutamente nada. 
No tengo muchos amigos, pero considero importantes a los pocos a los que le regalo mi tiempo.
Hace dos años perdí a mi mejor amiga. No fue tanto por lo que ocurrió sino por lo que le siguió luego. Una cantidad inmensurable de mentiras, se hizo la víctima, me dejó como una estúpida y puso a nuestras otras amigas en mi contra. Cuando ella fue la que cometió el error en primer lugar.
Siempre me sentí patética repitiendo la historia, cuando se lo conté a mi psicóloga y a algunos otros amigos que me preguntaban y no entendían por qué me alejé de ese grupo.
Con el tiempo que pasó, me sigo sintiendo estúpida pero casi al mismo grado de lo que aún me duele.
Ese grupo está plagado de virginianas y librianas, siendo yo casi la última en cumplir años. Siempre la idea era festejar e ir a casi todos los festejos, pero surprise! cuando era mi cumpleaños ya nadie podía porque no tenían plata, tiempo, etc. Nunca me organizaron nada, ni me hicieron una torta como sí lo hacíamos con todas las demás, ni me regalaban nada, directamente ni venían si la que organizaba era yo. Los últimos años me junté sólo con 3, cuando en ese grupo hay 15 personas.
Solía sentirme mal cada año, pero luego obviamente se me pasaba porque al menos podía celebrarlos con esas pocas que sí venían.
Cuando cumplí 23 organicé una reunión en casa, para luego salir a un boliche. Sólo vinieron 3 de mis amigas (cuando varias me dijeron que sí venían y no lo hicieron) luego se sumaron 2 personas que conocía de vista y una después de comer se fue a dormir. 
Fuimos al boliche y la pasé mal porque me crucé a otra amiga de toda la vida que me canceló diez minutos antes el día anterior cuando quedé en celebrar con ella y otra amiga. En fin, estaba super sobria , con frío, enojada y llegó la hora de irnos. Intenté llamar a un taxi y no hubo caso, o no me atendían. Mis otras amigas estaban ebrias, boludeando y cuando se paró un auto x se subieron. Yo no quise subir porque 1. no había lugar, 2. estaba lleno de tipos que no conocía, 3. estaba sobria y no quería seguir de after. Así que mi amiga y la otra que conocía se subieron sin drama en la falda de unos que estaban atrás y se fueron. Dos minutos después regresan y le ofrecen a la otra chica que conocía que fuera con ellos porque era amiga de la que se subió primero y vive en otra ciudad, etc se quedaba con ella el finde. También le ofrecieron a mi otra amiga llevarla a su casa y a mi nada, estaba pintada. Les chupe un huevo.
Nunca llegó el taxi y caminamos 50 cuadras por unas calles bastantes peligrosas, bancandonos bocinazos, borrachos que se paraban y nos seguian, hasta llegar a la casa de mi amiga. Llegué cerca de las 7 am, me pedí un taxi y si llegó. Luego me fui casa. Y estuve un mes en cama con gripe porque esa noche hacía mucho frío.
Al día siguiente me llegó un msj de disculpa o más bien de excusa. No respondí porque estaba enojada aún y la bloqueé un tanto en joda, porque toda la semana la habían bloqueado 3 personas y era como el chiste del momento. Lo hice para que se sintiera mal un rato y para dejar de recibir sus msjs con excusas flojas. El tema es que me ocupé en otras cosas y me olvidé por completo de desbloquearla. Realmente pasó esto, suelo ser muy colgada.
Un par de semanas después fue el cumpleaños del hijo de otra amiga y fui. Fueron algunas y una sacó el tema y salió en defensa de la bloqueada. Que le parecía una infantil por bloquearla, que no era para tanto, que no tenia derecho de enojarme. Le respondí que me parecía cualquiera que saliera en defensa de ella, que a mi si me molestó y que si no la desbloqueé fue porque recién recordaba el asunto. Alguien alivió los aires y quedó ahí.
Una semana después me fui de viaje con mi familia, me quedé sin internet y no tuve mejor idea que leer el chat del grupo de ellas que tenía silenciado porque eran varias, nunca me parecieron temas relevantes y hablaban todo el día. En ese momento tenía mejores cosas que hacer aunque no lo crean.
En ese chat se la pasaban hablando mal de mi y de mi otra amiga que se quedó conmigo hasta el final esa noche. (Unos meses antes tuvieron un problema con ella porque salieron a un boliche -yo no fui- se pusieron muy ebrias, cada una se fue por un lado y la dejaron a ella quebrada, tirada en la barra; o sea completamente ebria. De casualidad la encontró otra amiga que había salido aparte con su novio y la llevó a su casa. Pero tuvo suerte. Por este motivo no se hablaron por un tiempo largo hasta que para su cumpleaños -una semana antes del mío- le organizaron una fiesta sorpresa).
Entonces el tema de conversación era básicamente que eramos unas aburridas, amargadas porque no teníamos novio, y un sin fin de pavadas más. 

Lo que me molestó de toda esta situación fue que no les importara lo que sentí. Era mi cumpleaños y merecía pasarla bien después de todo. 
Me sentí despreciada. Que no me escucharon, que les daba igual si estaba o no. 
Le siguieron meses en los que me invitaban a todos lados porque son unas falsas. Ahí entendí todo.
Pero las extraño. Hoy es el cumpleaños de una de ellas y mi feed se vió bombardeado con fotos del festejo de anoche (y sin querer vi una de sus historias y ahora me quiero matar). Por eso estuve tanto tiempo sin usar redes sociales, porque tenía miedo de que me ridiculizaran en ese grupo del demonio. Si aún no las he eliminado o bloqueado fue porque no quería que sintiera que me afecta lo que hagan pero sí. Me molesta ver sus fotos sonriendo abrazadas y con captions largas y más falsas que ellas mismas. Pero ahora estoy pasando por un momento de mierda (que raro) y se que lo que siento es nostalgia. No, no quiero que vuelvan a formar parte de mi vida, quiero dejarlas ir pero no sé bien cómo.

Incluso ahora se que hice demasiado drama para algo tan pequeño pero creo que fue una mezcla de todo. De años de sentir que no importaba, que tenían solo la imagen de mi que se ríe y es divertida cuando fuma. Nunca les conté ni uno de mis problemas y quizás por eso no llegué a ser tan importante en sus vidas aunque las conozco desde los 5 años. 
Y es un tema recurrente en mis relaciones, no puedo llegarle del todo a nadie. Sólo les muestro una imagen vacía y terminan haciéndome sentir así, vacía. Inservible. No querida. Reemplazable.

Si llegaron hasta acá, perdón. No lo voy a releer quizás en unos días lo haga y lo borre. Me siento una tarada pero tenía que volcarlo en algún lado.



Nos leemos.

sábado, 7 de septiembre de 2019

h311

Hola, volví del infierno.
Después de escribir la última entrada, le siguieron tres días en los que no me moví de mi habitación. Sólo lloraba, dormía y cuando me despertaba me largaba a llorar nuevamente. Casi no tomé agua, no comí y apenas me levanté para ir al baño un par de veces. No prendí las luces de mi habitación, ni me bañé. O sea así por tres días.
Esto no me pasa desde hace años, literalmente. El último bajón depresivo que tuve este año fue en abril pero había visitas en casa, entonces trataba de levantarme a comer, etc. 
Y recuerdo que a los 16 me pasó cuando murió mi abuelo y estaba en plena etapa de anorexica profesional que tuve los peores bajones de mi vida. Bueno, mis pensamientos hace una semana se asemejaron a los de esa época.
Me asusté muchísimo. Pensé que ya había superado toda esa etapa oscura, negra. Que ahora estaba en un lugar en el que me podía sentir a salvo de mi misma, pero veo que no. 
Fue muy fuerte lo que me pasó y no quiero volver ahí.
Lo peor es que esos sentimientos de autodestrucción se sintieron como mi hogar y la cama no me dejaba ir. Logré salir de ese estado porque tenía que volver a clases y no podía permitirme faltar. Pero tengo miedo otra vez. 
Y mis padres actuaban como si no pasara nada. ¿Es normal que una adulta de 24 años se encierre en su habitación por tres días seguidos, en la oscuridad, llorando y diciendo que no quiere ver a nadie? Para mis padres si. No emitieron palabras al respecto. Y tampoco yo, porque veo que no lo entienden o no les importa demasiado. O ya se dieron por vencidos conmigo.
Yo no me quiero dar por vencida aún, pero los demonios casi me llevan hace una semana. 
Esta semana fue como la primera después del huracán y no me puedo quejar porque me salieron las cosas como yo quería. Los caminos se me abrieron como las puertas de algún palacio, era como que me daban la bienvenida otra vez y las personas fueron muy amables conmigo. Y de alguna forma entendí que si merezco seguir.
Pero la voz volvió y esa mirada en el espejo que no deja de juzgar. No sé cuanto más tendré que caminar hasta caer de nuevo. No tengo fuerzas, pero tengo un poco de esperanza puesta en mí.

Nos leemos.

sábado, 31 de agosto de 2019

Llorar, fracasar, llorar

Es el último día de Agosto y me lo pasé con resaca y sin poder dejar de llorar.
Por lo mismo de siempre, por mí, por el ahogo y no ser quien quiero ser.
Por mis viejos, sus expectativas y las mías.
Porque la depresión no me deja ser normal y vivir como una persona.

No sé si a las que viven en Argentina les pasa lo mismo, pero es que todo es una mierda acá. Y más si estás sin trabajo. Me siento un parásito de nuevo. Me enfermo y no quiero depender de mis padres para eso. Pero no me queda otra porque todos mis ahorros se fueron en un celular nuevo el mes pasado, porque fui una estúpida y estaba ebria y rompí el anterior. No entiendo por qué tengo que ser tan estúpida. 
Me enoja no estar recibida aún y todo lo que me falta para eso. Tengo todo eso en la cabeza y lo que más me molesta, más que todo, es que no me esfuerzo para salir de esta situación. No estoy preparando exámenes, me hago la pelotuda porque estoy cursando materias y sólo me limito a leer, resumir y estudiar para esos parciales. Pero tengo las mañanas libres, tengo algunas tardes libres pero no puedo agarrar un libro. Y tengo quinientas excusas para mi comportamiento, todos los días y a cada rato tengo una excusa nueva y me engaño a mi misma. 
Esta semana estuve pensando en volver a terapia, pero obviamente no tengo dinero para darme ese lujo. Así que soy esto, me odio y no puedo cambiarlo. 
Apenas puedo abrir los ojos porque están demasiado hinchados, discutí con mi madre y no salí de la habitación en horas. Soy una adolescente atrapada en el cuerpo de una adulta.
¿Cómo puedo salir de esto?
La razón por la que quebré tanto en llanto hoy fue porque tenía lo necesario para terminar conmigo esta tarde y me puse a pensar en las reacciones de la gente luego de mi deceso. Pensaba que la cama sobre la que estaba ya no sería nunca más mi lugar de consuelo y que en unas horas podría estar en un ataúd, en un frío cementerio, para nunca más volver. 
¡Qué dramática! Y sí, pero todo es verdad.
Pero no pude, no me animé.
Y si me arrepiento, pero también me arrepiento de muchas cosas más.

Espero que las cosas mejoren para todos.
Nos leemos.

jueves, 29 de agosto de 2019

jueves, 1 de agosto de 2019

Crisis existencial número 795611

Escribo porque tengo unos impulsos tremendos de hacerme daño, hace tanto tiempo no sentía esto. Toda la bronca acumulada, las lagrimas tragadas, los gritos silenciados, la impotencia callada.
Cortar, pegar, quemar, sangrar, llorar, cortar, sangrar, seguir, cortar, sangrar, doler, callar, parar.
No importa si pasan meses o años, la adolescente atormentada que fui vuelve a decirme que soy esto. Que seguimos acá, igual que hace diez o más años. En la misma habitación, en el mismo medio, escribiendo de nuevo que me odio, que odio mi realidad, que quiero escapar y no sé como. Escapar de mi. 
Estoy cansada pero no me quiero morir. No quiero ser yo quien termine con todo. Pase tantas tormentas, cosas horribles y no quiero que todo sea en vano. Pero la puta madre cuando va a ser mi momento de sentirme bien? De estar en paz, tranquila con mis decisiones, con mi entorno, con mis sueños cumplidos, con la cabeza sin nubes grises, con una sonrisa gigante, llorando de la risa, siendo amada, EN PAZ.
Estoy muy arrepentida de las decisiones que tomé. Quiero llorar porque imagino que si no hubiera decidido regresar a casa cuando me fui hace 7 años hoy sería una persona madura, fuerte y quizás feliz. Siendo quien siempre quise ser, con una carrera que me llena, con un trabajo que me hiciera feliz. Viviendo sola y sin que me molesten, sin ver tanto a mi viejo que sin querer me hace muy infeliz, sin tener la presencia de mi vieja que se arrastra por un tipo que no la quiere, sin sentirme tan chiquita como mi hermano menor, sin tener a mis perros en las condiciones que me gustaría porque esta no es mi casa. Esto de jugar a la casita feliz, a la "familia perfecta" me está matando. Toda mi vida fue así pero ya no lo soporto más. Y no tengo adonde más ir.
Estoy temblando, mientras me miro al espejo que tengo al frente de mi escritorio con una compostura que asusta. Soy como la casita feliz de mis viejos, una farsa, nadie sabe que me pasa esto. 
Se me parte la cabeza y están todos aún despiertos, no puedo ni llorar. 
Y no puedo parar de pensar en por qué regresé a casa. Regresé porque mi papá se enojó tanto conmigo que no me hablaba y me dolía mucho. Y desde ese día mi vida es un tormento diario. Algo que hablé mucho con la psicóloga era el hecho de que mi viejo ama tenerme en casa y no le importa que tan infeliz sea mientras esté acá. Por eso nunca me pregunta por la universidad, no le interesa que consiga trabajo, me quiere acá. 
Hace un par de semanas mi amiga de toda la vida se fue a vivir sola y yo la fui a acompañar en su primera noche en el departamento. Y mi papá que es amigo de sus padres estaba indignado, "es una desagradecida", ¡cómo se va a ir así, después de todo lo que hicieron sus papás por ella!, "y lo deja al padre así enfermo, como si nada", "pobre .... debe estar destrozado". 
Quiero llorar, me siento como una presa acá. Pero si entiendo que me adora pero es una forma enfermiza de hacerlo. Igual entiendo que es algo de familia y es lo que más me aterroriza. Mis abuelos paternos eran un poco así. 
Mi mamá en cambio es todo lo contrario. Desde muy joven comenzó a viajar, a estudiar, trabajar fuera de su país hasta que se enamoró y se cagó literalmente la vida. Yo siempre traté de aferrarme a esa parte de ella, a la libertad, quería ser como ella, hacer cosas, que me crezcan alas y volar. Pero con cada año que pasa siento que esas alas desaparecieron y ahora estoy en un pozo sin salida. Me siento enterrada, en al oscuridad, sin aire en mis pulmones, con un nudo que me aprieta la garganta.
Ya ni grito porque de todas formas no me escuchan. Siento que también perdieron un poco las esperanzas en mi. Pasé de ser la hija prodigio que solo traía sobresalientes a casa, que estaba en la bandera, mejor conducta, a ser una piba de 25 perdidísima, sin futuro, con depresión y ansiedad porque eso no se va nunca.
Me sigue doliendo mucho la cabeza, ya no tiemblo y me tomé un té. No sé si fue eso o que escribí pero siento que al menos descargue un poco y la garganta se me ablandó un toque.
Me alegra tener al menos este lugar para hablar sobre esto. Ya no tengo amigas con las cuáles hablar de bajones y crisis existenciales. Supongo que porque crecimos o mejoramos, pero igual siempre estos momentos vuelven. Nunca se van, pero las personas sí. 

Nos leemos.

miércoles, 17 de julio de 2019

AKA a bitch that is cold

En estos días enamorarse es mala palabra. Las relaciones son traicionadas. Y cuando alguien dice "te amo" primero es un loser, porque el que se enamora siempre pierde. 
Nos da miedo amar y dejar que alguien más lo haga.
Hablo en plural porque siempre consideré que era la única que padecía de filofobia pero no es así.
Es un tema que me interesa muchísimo porque es algo que aún no puedo superar. Idealizo mucho el amor pero cuando lo tengo frente a mi, me escapo. Finjo, miento, desaparezco. 
Y lastimo, siempre lastimo a alguien. Pero juro que no es mi intención, es solo que no sé como querer y como dejar que alguien me quiera. Nunca nadie me quiso supongo, al menos nunca me permití a mi misma verlo. Y cuando pude verlo en alguien me fui en cuanto pude. 
Pero estoy cansada de correr, de medir mis palabras, de congelar mi corazón para no sentir nada. 
Estoy harta de ser la chica cool de un rato, que al día siguiente se olvida y finge ser una barbie sin corazón y dura como el plástico.
Tengo 24 años y no conozco el amor. Es inevitable que me sienta rota a diario. 
Se que es un tema recurrente de mis últimas entradas pero es que me quita un poco el sueño de noche. Estas últimas semanas estuve conociendo personas y me sorprende la frialdad con la que me manejo. Y no logro entender el por qué. Acaso es algo que herede de la falsa relación perfecta de mis padres, ¿es un miedo que desarrolle por su culpa? ¿O será que la muerte de mi primer noviecito a los 7 años me dejo traumatizada? La verdad es que no lo sé. O soy un alien que simplemente nació sin corazón.
Lo peor es que si siento cosas pero en cuanto eso pasa lo reprimo y me alejo. Es un nivel de vulnerabilidad que no conozco y me asusta. ¿Sentir? Dios que miedo, me da terror. Por favor no te des cuenta de lo que siento por vos porque me muero de la vergüenza. ¿Ven? Bueno, algo así es mi cabeza. Quizás soy una inmadura emocional. Si, es eso. Soy rarísima. Pero siempre vengo acá a sacar todo, más de lo mismo, por si algún otro pobre ser siente (o no siente) lo mismo que yo. 
Que quilombo. Perdón si leíste hasta acá. 

Nos leemos.

martes, 25 de junio de 2019

Walking disaster


Tomé de más, estoy volada en el auto de no se quién.
Amanece y miro el cielo, la luz atravesando las nubes,
borrando la oscuridad con cada segundo que pasa.

Estoy muy lejos de casa y me siento vacía como siempre.
No sé quién es pero me sonríe. Tiene los ojos rojos igual que yo.

Miro por la ventana y me encuentro con lo que queda 
de mi lugar favorito cuando era niña.
Cumpleaños, risas, juegos, amigos, recuerdos vienen a mí,
y la calidez de esos días de primavera se apoderan de ese momento.

Pronto me doy cuenta de lo mucho que cambié,
y me pregunto desde cuándo estoy tan ahuecada.
Tan podrida por dentro y reluciente por fuera.
Un desastre que aún camina y respira sin entender por qué.

Me mira de nuevo y limpio mi labial de sus labios.
No se quién es.
Igual, ya lo olvidé.




Nos leemos.

viernes, 21 de junio de 2019

Desde adentro

Veo un atardecer rosa a través de la ventana,
detrás de la mirilla de la puerta también se lo puede ver.
Parece un cielo de verano aunque éste día marca el primero del invierno donde vivo.
No es sólo rosa, es naranja también. 
Hay tonos grises, porque esta oscureciendo.
Falta poco para no verlo más.
Y lo espío desde adentro, en lugar de apreciarlo con mis propios ojos y sentir la brisa en mi cara.
Así veo la vida también.
Así veo al amor, desde lejos. Escondida en la comodidad de mi soledad.
Lejos del alcance de todos, refugiada entre cuatro paredes. Donde nada pueda lastimarme.
Porque el amor lastima. Siempre alguien quiere de más. A veces yo, muchas otras yo no.
¿Acaso es mi luna en acuario? ¿O es que no tengo corazón? 
O quizás lo tiene él y aun no me lo devuelve.


Nos leemos.


martes, 4 de junio de 2019

El ayer

Después de semanas actuando como una adulta normal, la vieja y loca Hazel comienza a rasguñarme las entrañas queriendo salir. Me lastima, sangro y tiemblo. No la quiero ver. No la quiero escuchar.
Pero ahora está frente a mi y me cuesta verla a los ojos. Tiene una mirada profunda, siento que me quema, que me odia, que me quiere convencer de algo, pero no se qué. 
Siempre intenta llevarme de vuelta al ayer, no me perdona, no me deja ser. Me dice que no soy normal y por lo tanto no debería actuar como tal. Que estoy gorda, que no me hago más joven y que estoy sola porque nadie me quiere, ni ella. 
Nos leemos.


sábado, 1 de junio de 2019

Siempre solos

Crecer es darte cuenta de que vas a estar siempre solo. 
Quizás no los sábados por la noche, pero si los domingos por la tarde. 
Los cumpleaños ya no son como cuando eras chiquita, tu mamá ya no manda invitaciones ni te hace una torta, ahora los pasas rodeada de extraños y alcohol. Sola entre un mar de gente. 
Tus amigos solo están de vez en cuando o menos que eso, cuando les pinta, o a vos verlos. 
La familia igual y muchas veces es mejor no verlos tanto. 
Y quedas sola. Acompañada por vos misma, incluso un sábado por la noche. 
¿O cuando tu compañía es tan buena que te gustaría compartirla con alguien más?


Nos leemos.

sábado, 18 de mayo de 2019

🌊


Y entre tanta tristeza te perdes de nuevo.
Te sumergís hasta el fondo,
y perdes de vista la superficie una vez más.
Nadas y nadas, y te cansas.
Te quedas sin aire una vez más,
cerras los ojos y esperas.
Y esperas.
Y esperas...



Nos leemos.
P.D. ¿Alguien me explica por qué están bloqueando y eliminando blogs?

domingo, 5 de mayo de 2019

Caos

A veces pienso en lo mucho que me gustaría explorar otros planetas, otras galaxias, otro lugar que no sea este mundo. El cuál, como solía decir mi abuelo, está perdido. El mundo esta perdido. En realidad los humanos somos un caso perdido. Somos seres creados para destruirnos unos a otros, con y sin intención, con sentimientos que nos confunden y nos enloquecen. Seres que carecen de empatia y cegados por un ego más grande que todo el universo. Seres horribles y hermosos a la vez. Con luz y mucha oscuridad. Llenos de furia, dolor y soledad.
Me cuesta mucho entender todo, a la gente, al mundo, el por qué estoy acá, hasta cuándo, por qué me cuesta todo tanto, por qué sufro tanto, por qué la paso tan mal, por qué me siento como me siento. 

Con respecto a la entrada anterior, gracias como siempre por sus palabras menos al anon que me hizo llorar (mentira, gracias igual).
Nos leemos.


lunes, 15 de abril de 2019

Quien


¿Quién se irá a enamorar de tus ojos?
Hace como diez años una amiga me hizo esa pregunta. 
En ese tiempo recuerdo que ella siempre me contaba sus historias de amoríos o me pedía consejos que siempre le brindaba aunque mi experiencia sentimental fuera nula. Y así fue siempre, hasta ahora, con todas mis amigas. Yo siempre soy la que no aporta nada a la charla de chicas, la que cuenta poco y sin detalles. 
Toda mi vida fui una persona reservada. Sólo le cuento mis problemas o historias con chicos a un par de amigas y fin de la historia. Nunca doy muchos detalles y tengo esa aura de misterio que me caracteriza. Y estoy bien así. Pero muchas veces ese misterio oculta la nada misma, o historias que me dan vergüenza contar y muchos fracasos amorosos. 
Me encantaría tener una historia que haya salido bien. Una de la que me sienta orgullosa y entusiasmada de contar. Y no todas esas sin importancia, rostros y nombres que ni recuerdo porque fueron de una noche, o menos.
Quiero crear lazos significativos con alguien, que alguien me considere importante o especial en su vida. Quiero permitirme sentir algo que no sea pasajero. Quiero que me den la oportunidad y demostrarme hasta a mi misma que puedo ser querida por alguien, que alguien quiera abrazarme y ver pelis un domingo por la tarde. Quiero algo real, ser realmente yo con alguien y gustarle así.
Quiero muchas cosas y aún tengo miles de preguntas que quiero que el universo me responda,  una de esas sigue siendo... ¿quién se irá a enamorar de mis ojos?

Nos leemos.

lunes, 18 de marzo de 2019

Seguir


Ni corriendo, ni caminando, ni gateando, más bien... arrastrándome. Pero sigo.
Sigo porque no queda otra, porque si fuera por mi yo de hace dos años no hago nada, y me quedo en  mi cama deprimida forever. Pero ya sé que eso no me lleva a nada. Se que tengo que enfrentar mis miedos, mis demonios, mis dolores y salir al mundo. 
Y hacer cosas que no quiero,  que me hacen sentir insegura. Pero si no lo hago, no vivo.
No me caigo, no me levanto y no vivo.
No vivo. Hace años que no vivo. 
Y creo que ahora quiero vivir.
Porque ya me morí.
Y me muero todos los días al menos una vez.
Porque siempre están los pensamientos que me matan.
Que me sacuden toda la estructura de auto-confianza y de optimismo que construí.
O viene una ola de miedos profundos que me dejan temblando y tirada por ahí.
Porque la vida es eso, una tormenta de todo. De cosas buenas y cosas muy malas. De días perfectos en los que sacas miles de fotos y otros crueles en los que no ves la luz del día. 
Y no dejas que te vean porque no te sentís digna de ser. Digna de vivir. 
Pero estoy viva, soy esto.
Millones de defectos y un par de virtudes.
Pero soy, estoy y me estoy dando otra oportunidad.

Espero que ustedes también.
Nos leemos.



domingo, 3 de marzo de 2019

Caminar

Que miedo el tiempo y su rapidez. No le importa nada y si te quedaste atrás, lo siento mucho.
Marzo es el mes donde nada puede fallar, es el momento de pararse y correr, porque para dudar ya tuvimos a enero y febrero. Pero, ¿que pasa si aún no estamos listos?

Pero es que nunca lo estamos. La vida es un proceso de prueba y error, y si los miedos te inundan y no te dejan avanzar, no vivís. Te estancas y se repite la miseria nuevamente, hasta que encuentres el coraje suficiente de decir "no quiero más esto".
No me cuesta decirlo y entenderlo, me cuesta ponerlo en práctica. Me cuesta un montón.

Pero vamos un paso a la vez. De a poco, con cambios chiquitos y nuevas rutinas. Con frases motivacionales y mantras. Con un poco de meditación y ejercicio. Cuidándome un poquito y agradeciéndome por permitirme cambiar, por permitirme estar bien y no mal. Perdonándome por los errores del ayer y los de hoy. 

No importa si no corremos en marzo, lo importante es pararse, respirar, caminar y no detenerse.



Nos leemos


miércoles, 13 de febrero de 2019

Single lady



Todos los años son iguales, todas las noches transcurren iguales y mi teléfono no suena. 




Porque si te vi no me acuerdo. ¿Sentimientos, yo? pero si tengo un cubo de hielo en lugar de un corazón. Igual si estoy sola es porque quiero, ¿no? Pero es que a mi seguro hombres no me faltan porque soy tan linda e inteligente (muy).  No, mi problema es que soy muy "picky", si si, eso es. No hay poronga que me venga bien. O no, ¡pará! es mi carácter de mierda. Si si, eso es.





A la gente le encanta opinar acerca de todo, siempre tienen una palabra para decir sobre cualquier cosa. Y mi soltería invicta de más de 24 años es siempre un blanco fácil para opinar y decirme A MI por qué estoy como estoy, aka soltera. 
Escuche de todo, miles de suposiciones, miles de teorías sin sentido que nunca se acercan a la verdad.
Una verdad que ni yo se. Pero el principal problema es ese que todas acá sabemos, porque es de lo único que hablo... mis problemitas de falta de autoestima, falta de auto confianza e inseguridades.
Siempre se resume a eso. 
Pero obvio que la gente no lo entiende y por eso ni me gasto en mencionarlo. 

Creo que todos en  mi familia creen que voy a ser la siguiente triste solterona, como mi tía. A quien siguen viendo y describiendo como una "niña" aunque está próxima a cumplir 50 años y, quien btw, no tiene ninguna discapacidad mental por si se lo preguntan. Simplemente se rindió antes de tiempo y vivió siempre bajo la sombra enfermiza de mi abuela quien la asfixia con sobre protección. 
Mi papá es igual que mi abuela, o mas o menos. Hace un fin de semana llegué a casa casi a las 8 am porque me demoré con un chico y mi padre ya estaba despierto, y en cuanto crucé la puerta comenzó con el discurso. Aunque no salgo casi nunca y esos episodios pasan una vez por año, créanme. 
Se que no soy como mi tía, pero aún así temo terminar como ella. Triste y solterona. Sin el príncipe, o sin el sapo. Porque últimamente hasta me conformo con sapos.

Pero duele ser así. Aparentar frialdad y que no me importan los comentarios de los demás. Las bromas de mis amigas y las anécdotas de fiestas en las que nunca puedo conocer a alguien que valga la pena. 
Solo quiero a alguien que no se vaya, que se quede cuando me muestro fría. Porque no lo soy, sólo tengo miedo, mucho miedo. 
Duele dormir sola, no poder contarle cosas a alguien, simplemente conversar. 
Duele no tener a alguien que te abrace cuando los necesitas y cuando no, que te tome de la mano durante el día. No tener a alguien que crea en vos y que te quiera, simplemente eso. 
Que te quiera por como sos por dentro, porque te llegó a conocer y le gustaste por tu esencia, por tus pensamientos, tus críticas, tus valores, tus ideas, tus sueños, y no simplemente porque le gustó tu cara, tu cuerpo o la ropa que te pusiste. 
Me siento vacía pero no lo estoy.

Así que nada, otro San Valentin sola. Sin siquiera una cita. Sólo mis libros y yo. Probablemente vea Blue valentine nuevamente.
Espero que ustedes si tengan un lindo día. 

Nos leemos.


miércoles, 6 de febrero de 2019

Alegría y dolor

Los días buenos dejaron de existir desde que te fuiste.
Desde esa llamada que me detuvo el corazón por un segundo, o más, muchos más.
Cuando el cielo se puso oscuro y las nubes lloraban en tu entierro.

Por momentos creo olvidar algunas cosas sobre vos, pero si me concentro y cierro los ojos puedo revivir todos esos lindos momentos nuevamente. Después de todo, quizás si tengo una "mente fresquita" como me decías.
Recuerdo algunos de tus cuentos, los que contabas y repetías incontables veces. Los cuáles yo escuchaba muy atentamente porque te admiraba más que a un Dios. Ya no recuerdo tus poemas y eso me entristece. Supongo que pensé que estarías más tiempo conmigo para repetirlos cada vez que yo te lo pidiera, pero no fue así.
Todos dicen que tengo tus ojos y les creo. Me dicen que era tu nieta favorita y eso siempre lo supe. 
Cuando partiste me dejaste destruida, con muchos problemas para una adolescente, perturbada y frágil. Y peor aún, no me despedí. 
¿Por qué no lo hice? ¿Por qué no me animé y me tragué mis lágrimas u orgullo y te fui a abrazar como siempre? Sólo recuerdo tu mirada cargada de tristeza y quizás dolor, un dolor que no querías comunicar para no arruinar ese lindo día familiar, que yo ya había arruinado con un berrinche. 
Quiero volver, revivir todas esas tardes en la plazita tomando mates. Que me enseñes cosas nuevamente, como cuando nadie me tenía paciencia y me ponía nerviosa. Vos simplemente me hablabas y me ayudabas con cualquier desafío, por pequeño que fuera, como a atarme los cordones o repetir esa oración que no podía recordar.

Después de que te fuiste, los años pasaron y muchos de tus secretos salieron a la luz. No sabía que tuviste depresión y que siempre quisiste asistencia psicológica, pero que en esa época no era tan común. No sabía la crueldad de tu infancia, no tenía idea de todo el dolor emocional que cargabas. 

Siempre me identifique con vos, desde la alegría y el dolor. Desde esa sonrisa que hacía que se te achinen un poco los ojos como a mí. Tu amor por las letras, el arte de la escritura. Tus ganas de saber siempre todo, ese hambre de aprender y leer siempre algo nuevo. La importancia que tenían las amistades para vos, y la familia. 

Y todavía me acuerdo de esa tarde en víspera de año nuevo, te dije que ese año (2010) había sido de mis mejores años y vos me dijiste que para vos había sido el peor porque te enfermaste. Te dije que el siguiente sería mejor y me dijiste que no para vos, que ése sería tu último año porque en el siguiente ibas a dejar de existir. (Dos días después y te tuve frente a un ataúd.) Esa tarde lloré porque sabía que lo decías en serio, porque lo sentí así. Aunque te veías fuerte y de buen humor siempre. 

Hoy te extraño y te recuerdo a diario. Muchas veces creo verte entre la gente, en la silueta,  en la risa o el perfume de alguien. Pero solo son otras de mis muchas fantasías, como muchos de mis sueños en los que te vuelvo a abrazar o te cuento cosas. Pero sos incomparable. Estás siempre presente en las anécdotas de la familia y tus amigos. Y en las mías, diciendo que tuve al mejor de todos.

Yo te quería tener mil años más conmigo. Pero hasta mil años me parecerían pocos. 
Gracias por marcarme tanto, desde la alegría y el dolor. 
Feliz cumpleaños abuelo. Te quiero y extraño mucho.





Nos leemos.

lunes, 14 de enero de 2019

Ocaso


Estoy en un eterno ocaso. 
Este momento no es malo, ni bueno. 
No es claro, ni oscuro.
Es un quizás y un nunca.
Un sí, pero también un no.

Es esperanza.
Es el segundo antes de la catástrofe.
Es el minuto después de llover.
Es un relámpago, sin ruido.

Es gris, grisáceo.
Es naranja y rosa.
Hay nubes.
Y está el sol.
Sin luna, ni estrellas.
Aún hay sol.





Nos leemos.



..................................................................................................................................................................
Edito. 15.1.19  7.28pm

Estoy abrumada y no puedo llorar. No recuerdo la última vez que lo hice, quizás una lágrima y de inmediato me regañé a mi misma porque no me lo permito desde hace tiempo.
Estoy cargada de enojo, cansancio, dolor, miedo, arrepentimiento, soledad, tristeza. Pero soy una piedra por fuera.
No me permito sentir, pero de nada sirve porque de todas formas lo siento todo. Pero no puedo llorar.
Quiero apagar las luces, el celular, acostarme y morir. Que no me encuentre nadie, o si me encuentran no enterarme porque quiero estar muerta.
De que sirve vivir así, sin hacerlo.

Si, hoy estoy en un lugar muy oscuro.



sábado, 5 de enero de 2019

Eneros grises


Creo que para mí este es el peor mes del año. Le tengo miedo y hasta lo odio por un par de razones. Siempre está la ansiedad de empezar un nuevo año cargado de incertidumbre y desafíos que aún no veo. Pero también éste mes hace ocho años fue el peor de todos cuando murió mi abuelo y hace dos, cuando lo hizo mi perro de trece años. 
Y éste también es duro porque mi padre inicia tratamiento contra el cáncer. Por casi un mes me tengo que encargar de mi casa y el negocio de mis padres porque estarán fuera de la ciudad durante ese tiempo. Sin mencionar que mi hermano está enfermo y estuvo internado esta semana, y me aterra que se ponga peor mientras no estén. 
Por ende, otro mes duro.

Todo esto hace que me deprima mucho. Y la gente no lo entiende, ni antes, ni ahora. 
Para todos es un mes de joda, fiestas, vacaciones, salir de noche, juntarse a tomar, bailar, pileta; y yo no puedo. No puedo porque estoy triste y me aíslo. 
Sólo quiero llorar y no moverme de mi cama, pero tengo cosas que hacer y sonrisas falsas que poner y decir frases que ni yo me las creo pero ante todo ¡positiva! (yeah, right).

Así que aunque a todos les gustó mi entrada anterior llena de buena vibra, la vida no es color de rosa. Es gris, al menos la mía, o mis eneros. 


Espero que ustedes si tengan un buen comienzo de año, las quiero mucho.
Nos leemos.