Hace unos 9 años atrás estaba llorando en mi habitación porque había adoptado a una perrita enferma con la intención de que se recuperara pero termino muriendo. Cuando volví del colegio y me percaté de que no estaba me largué a llorar y no paré en todo el día.
Mi papá odiaba verme llorar así que a la tarde me trajo una caja y la dejó sobre mi cama, a mi lado adonde yo seguía llorando. Cuando la abrí me di con el mejor regalo de todos, mi perro que me acompañó hasta hace una semana atrás. Me lamió el rostro y mojó aún más mis lágrimas y lo amé desde ese segundo. Lo amé y le prometí cuidarlo siempre. Aunque ese "siempre" tenía fecha de caducidad y nunca imaginé que ese bebito que tenía enfrente iba a terminar enfrentando a la mierda más grande de todas, el cáncer.
Hoy lo extraño y quiero tenerlo a mi lado, pero estoy agradecida por los momentos que me regaló, por sus sonrisas y porque en realidad fue él quien me cuidó a mí.
Fuera de eso no tengo mucho que contar, tan solo que dejé una materia porque me deprimí por lo de mi perro y la gente no lo entiende. Duele ver a un ángel sufrir, saber que se está yendo y que ya no hay mucho que se pueda hacer.
Igual no me importa mucho, odio mi carrera y mi vida de todas formas.
Ahora quién me preocupa es mi otro perro. Cuando llegó a casa estaba mi otro perro que falleció hace dos años y el que falleció la semana pasada. Y ahora quedó solo y tengo miedo de que se deprima, ¿algún consejo?
Nos leemos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por leer ♥