miércoles, 13 de febrero de 2019

Single lady



Todos los años son iguales, todas las noches transcurren iguales y mi teléfono no suena. 




Porque si te vi no me acuerdo. ¿Sentimientos, yo? pero si tengo un cubo de hielo en lugar de un corazón. Igual si estoy sola es porque quiero, ¿no? Pero es que a mi seguro hombres no me faltan porque soy tan linda e inteligente (muy).  No, mi problema es que soy muy "picky", si si, eso es. No hay poronga que me venga bien. O no, ¡pará! es mi carácter de mierda. Si si, eso es.





A la gente le encanta opinar acerca de todo, siempre tienen una palabra para decir sobre cualquier cosa. Y mi soltería invicta de más de 24 años es siempre un blanco fácil para opinar y decirme A MI por qué estoy como estoy, aka soltera. 
Escuche de todo, miles de suposiciones, miles de teorías sin sentido que nunca se acercan a la verdad.
Una verdad que ni yo se. Pero el principal problema es ese que todas acá sabemos, porque es de lo único que hablo... mis problemitas de falta de autoestima, falta de auto confianza e inseguridades.
Siempre se resume a eso. 
Pero obvio que la gente no lo entiende y por eso ni me gasto en mencionarlo. 

Creo que todos en  mi familia creen que voy a ser la siguiente triste solterona, como mi tía. A quien siguen viendo y describiendo como una "niña" aunque está próxima a cumplir 50 años y, quien btw, no tiene ninguna discapacidad mental por si se lo preguntan. Simplemente se rindió antes de tiempo y vivió siempre bajo la sombra enfermiza de mi abuela quien la asfixia con sobre protección. 
Mi papá es igual que mi abuela, o mas o menos. Hace un fin de semana llegué a casa casi a las 8 am porque me demoré con un chico y mi padre ya estaba despierto, y en cuanto crucé la puerta comenzó con el discurso. Aunque no salgo casi nunca y esos episodios pasan una vez por año, créanme. 
Se que no soy como mi tía, pero aún así temo terminar como ella. Triste y solterona. Sin el príncipe, o sin el sapo. Porque últimamente hasta me conformo con sapos.

Pero duele ser así. Aparentar frialdad y que no me importan los comentarios de los demás. Las bromas de mis amigas y las anécdotas de fiestas en las que nunca puedo conocer a alguien que valga la pena. 
Solo quiero a alguien que no se vaya, que se quede cuando me muestro fría. Porque no lo soy, sólo tengo miedo, mucho miedo. 
Duele dormir sola, no poder contarle cosas a alguien, simplemente conversar. 
Duele no tener a alguien que te abrace cuando los necesitas y cuando no, que te tome de la mano durante el día. No tener a alguien que crea en vos y que te quiera, simplemente eso. 
Que te quiera por como sos por dentro, porque te llegó a conocer y le gustaste por tu esencia, por tus pensamientos, tus críticas, tus valores, tus ideas, tus sueños, y no simplemente porque le gustó tu cara, tu cuerpo o la ropa que te pusiste. 
Me siento vacía pero no lo estoy.

Así que nada, otro San Valentin sola. Sin siquiera una cita. Sólo mis libros y yo. Probablemente vea Blue valentine nuevamente.
Espero que ustedes si tengan un lindo día. 

Nos leemos.


miércoles, 6 de febrero de 2019

Alegría y dolor

Los días buenos dejaron de existir desde que te fuiste.
Desde esa llamada que me detuvo el corazón por un segundo, o más, muchos más.
Cuando el cielo se puso oscuro y las nubes lloraban en tu entierro.

Por momentos creo olvidar algunas cosas sobre vos, pero si me concentro y cierro los ojos puedo revivir todos esos lindos momentos nuevamente. Después de todo, quizás si tengo una "mente fresquita" como me decías.
Recuerdo algunos de tus cuentos, los que contabas y repetías incontables veces. Los cuáles yo escuchaba muy atentamente porque te admiraba más que a un Dios. Ya no recuerdo tus poemas y eso me entristece. Supongo que pensé que estarías más tiempo conmigo para repetirlos cada vez que yo te lo pidiera, pero no fue así.
Todos dicen que tengo tus ojos y les creo. Me dicen que era tu nieta favorita y eso siempre lo supe. 
Cuando partiste me dejaste destruida, con muchos problemas para una adolescente, perturbada y frágil. Y peor aún, no me despedí. 
¿Por qué no lo hice? ¿Por qué no me animé y me tragué mis lágrimas u orgullo y te fui a abrazar como siempre? Sólo recuerdo tu mirada cargada de tristeza y quizás dolor, un dolor que no querías comunicar para no arruinar ese lindo día familiar, que yo ya había arruinado con un berrinche. 
Quiero volver, revivir todas esas tardes en la plazita tomando mates. Que me enseñes cosas nuevamente, como cuando nadie me tenía paciencia y me ponía nerviosa. Vos simplemente me hablabas y me ayudabas con cualquier desafío, por pequeño que fuera, como a atarme los cordones o repetir esa oración que no podía recordar.

Después de que te fuiste, los años pasaron y muchos de tus secretos salieron a la luz. No sabía que tuviste depresión y que siempre quisiste asistencia psicológica, pero que en esa época no era tan común. No sabía la crueldad de tu infancia, no tenía idea de todo el dolor emocional que cargabas. 

Siempre me identifique con vos, desde la alegría y el dolor. Desde esa sonrisa que hacía que se te achinen un poco los ojos como a mí. Tu amor por las letras, el arte de la escritura. Tus ganas de saber siempre todo, ese hambre de aprender y leer siempre algo nuevo. La importancia que tenían las amistades para vos, y la familia. 

Y todavía me acuerdo de esa tarde en víspera de año nuevo, te dije que ese año (2010) había sido de mis mejores años y vos me dijiste que para vos había sido el peor porque te enfermaste. Te dije que el siguiente sería mejor y me dijiste que no para vos, que ése sería tu último año porque en el siguiente ibas a dejar de existir. (Dos días después y te tuve frente a un ataúd.) Esa tarde lloré porque sabía que lo decías en serio, porque lo sentí así. Aunque te veías fuerte y de buen humor siempre. 

Hoy te extraño y te recuerdo a diario. Muchas veces creo verte entre la gente, en la silueta,  en la risa o el perfume de alguien. Pero solo son otras de mis muchas fantasías, como muchos de mis sueños en los que te vuelvo a abrazar o te cuento cosas. Pero sos incomparable. Estás siempre presente en las anécdotas de la familia y tus amigos. Y en las mías, diciendo que tuve al mejor de todos.

Yo te quería tener mil años más conmigo. Pero hasta mil años me parecerían pocos. 
Gracias por marcarme tanto, desde la alegría y el dolor. 
Feliz cumpleaños abuelo. Te quiero y extraño mucho.





Nos leemos.