Los días buenos dejaron de existir desde que te fuiste.
Desde esa llamada que me detuvo el corazón por un segundo, o más, muchos más.
Cuando el cielo se puso oscuro y las nubes lloraban en tu entierro.
Por momentos creo olvidar algunas cosas sobre vos, pero si me concentro y cierro los ojos puedo revivir todos esos lindos momentos nuevamente. Después de todo, quizás si tengo una "mente fresquita" como me decías.
Recuerdo algunos de tus cuentos, los que contabas y repetías incontables veces. Los cuáles yo escuchaba muy atentamente porque te admiraba más que a un Dios. Ya no recuerdo tus poemas y eso me entristece. Supongo que pensé que estarías más tiempo conmigo para repetirlos cada vez que yo te lo pidiera, pero no fue así.
Todos dicen que tengo tus ojos y les creo. Me dicen que era tu nieta favorita y eso siempre lo supe.
Cuando partiste me dejaste destruida, con muchos problemas para una adolescente, perturbada y frágil. Y peor aún, no me despedí.
¿Por qué no lo hice? ¿Por qué no me animé y me tragué mis lágrimas u orgullo y te fui a abrazar como siempre? Sólo recuerdo tu mirada cargada de tristeza y quizás dolor, un dolor que no querías comunicar para no arruinar ese lindo día familiar, que yo ya había arruinado con un berrinche.
Quiero volver, revivir todas esas tardes en la plazita tomando mates. Que me enseñes cosas nuevamente, como cuando nadie me tenía paciencia y me ponía nerviosa. Vos simplemente me hablabas y me ayudabas con cualquier desafío, por pequeño que fuera, como a atarme los cordones o repetir esa oración que no podía recordar.
Después de que te fuiste, los años pasaron y muchos de tus secretos salieron a la luz. No sabía que tuviste depresión y que siempre quisiste asistencia psicológica, pero que en esa época no era tan común. No sabía la crueldad de tu infancia, no tenía idea de todo el dolor emocional que cargabas.
Siempre me identifique con vos, desde la alegría y el dolor. Desde esa sonrisa que hacía que se te achinen un poco los ojos como a mí. Tu amor por las letras, el arte de la escritura. Tus ganas de saber siempre todo, ese hambre de aprender y leer siempre algo nuevo. La importancia que tenían las amistades para vos, y la familia.
Y todavía me acuerdo de esa tarde en víspera de año nuevo, te dije que ese año (2010) había sido de mis mejores años y vos me dijiste que para vos había sido el peor porque te enfermaste. Te dije que el siguiente sería mejor y me dijiste que no para vos, que ése sería tu último año porque en el siguiente ibas a dejar de existir. (Dos días después y te tuve frente a un ataúd.) Esa tarde lloré porque sabía que lo decías en serio, porque lo sentí así. Aunque te veías fuerte y de buen humor siempre.
Hoy te extraño y te recuerdo a diario. Muchas veces creo verte entre la gente, en la silueta, en la risa o el perfume de alguien. Pero solo son otras de mis muchas fantasías, como muchos de mis sueños en los que te vuelvo a abrazar o te cuento cosas. Pero sos incomparable. Estás siempre presente en las anécdotas de la familia y tus amigos. Y en las mías, diciendo que tuve al mejor de todos.
Yo te quería tener mil años más conmigo. Pero hasta mil años me parecerían pocos.
Gracias por marcarme tanto, desde la alegría y el dolor.
Feliz cumpleaños abuelo. Te quiero y extraño mucho.
Nos leemos.
espero que esta carta te haya ayudado a aliviar las heridas del recuerdo, a las que les hablas con amor.
ResponderBorrar(el cumpleaños de mi hermana, que tampoco está aquí ya, fue ayer. quizás una triste casualidad que nos conecta)
cuídate preciosa. un beso para este día difícil xxx
Yo no conocí a mis abuelos. Pero amé mucho a mi abuela materna. Mañana habría cumplido años de vida.
ResponderBorrarPasé mucho tiempo con ella. Ella nos cuidó a mí y a mis hermanos cuando mi padre estaba grave en un Hospital en la ciudad, y mi madre con él. Nosotros en el pueblo, con mi abuela.
No me enseñó de letras escritas, porque no sabía leer ni escribir. Me enseñó de anécdotas y de vida, de Dios y de cuentos e historias que pasan de boca en boca, de generación en generación, como emulando a los trovadores o a los juglares de antaño.
Me dió mucha nostalgia leerte.
Espero que recuerdes más los momentos de alegría que los de dolor. Aunque el dolor también nos hace crecer.
Un abrazo!
https://casisolomia.blogspot.com/
Qué carta más dolorosa, y a la vez valiente. Nunca conocí a ninguno de mis abuelos, sos muy afortunada de haberlo tenido. Te mando un abrazo grande, con lágrimas en los ojos. Saludos<3
ResponderBorrarAlguna ves leíste sobre síndrome del yaciente o un doble?
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