martes, 28 de diciembre de 2021

MMXXI

 Se acerca fin de año y puedo decir que este me dejó KO. Sufrí mucho a nivel mental y aunque el resto este bien sigue estando todo mal porque mi cabeza no funciona como se debe. No puedo disfrutar de las cosas tan buenas que tengo porque de un momento a otro llega la innombrable depresión, para acompañar a su vieja amiga ansiedad, que vive conmigo desde hace años. Para quienes viven esto a diario sabrán que es una tortura, sobre todo cuando no esta controlada y los que querés no lo entienden. Te aísla, o te aíslas, es lo mismo. Estas sola con una emisora que no cambia nunca y que dice cosas que te dejan temblando de miedo. Y tenés tanto miedo que te deseas lo peor e incluso pensás en hacerlo vos misma. Pero seguís. Porque aunque estés mal te preocupás por los que quedan y también quizás porque te queda un poco de esperanza. Esa esperanza que te da el comienzo de un nuevo año.

Pero en mi caso, el miedo siempre está. Miedo a la incertidumbre, a seguir como estoy, a no poder cumplir con lo que me prometo a mi misma, a hacer lo mismo y seguir sola. Porque aunque tuve mi momento en el que me gustaba un montón estar sola, cuando estoy pasando bajo la nube negra me aterra la soledad. Me desconozco y me vuelvo oscura, rebelde en el peor de los sentidos y lastimo, a mi misma y a otros. La versión de mi misma que conocí este año con mis ataques de pánico y de ansiedad, no la quiero ver más. Quiero que se quede en este año y que sea tan sólo un viejo recuerdo que me enseñé a lo que no debo volver, nunca más. Pero esto no es seguro y es parte de la incertidumbre de no saber lo que está frente a nosotros. Solo pido no perder el control y que la ayuda que consiga sea buena y no me genere mayores problemas como lo que viví este año. 

Creo que esa es una de mis mayores promesas para el próximo año, volver a terapia. Buscar ayuda profesional de nuevo. Con todos los miedos que esto me genera, volver a confiar en alguien. Este año casi no lo conté pero tuve una muy mala experiencia con una psicóloga y me generó un trauma muy grande. Esto pasó en abril pero aún así no pude reponerme del todo. Pero sé que ese es el camino que debo tomar. Lo intenté pero no puedo sola. 


Espero que estén bien y que terminen bien este año, bueno o malo seguimos aquí.

Nos leemos.

viernes, 10 de diciembre de 2021

Ella

Camino descalza entre arboles sin vida,
pisando espinas y tierra mojada.
Miro al cielo pero solo veo nubes,
grises, negras y oscuras.
Cierro los ojos y digo tu nombre.

Pienso en ella y su recuerdo me amarga.
Escucho risas a lo lejos pero el llanto las apaga.
Veo destellos y deseo que sean estrellas,
mientras esquivo rayos en cada uno de mis pasos.
Sobrevivo.

Sigo.
Esta vez nado sobre mares color rubí.
No me asusto y siento la calma.
Los llantos se callan y mi rostro se ilumina.
Al salir veo correr sangre, 
pero el éxtasis es mas fuerte que el dolor.



Las heridas sanan y las cicatrices se tapan.
El ardor de mi alma intacta.
Hoy si la extraño a ella y a sus amigos,
pero el orgullo es vigoroso.
Solitario.

Sueño con poder volar.
Extender mis grandes y brillantes alas,
y lanzarme al vacío.
Un vacío que sea llenado por experiencias,
personas amables, lugares cálidos y amor.
Pero el miedo es un obstáculo que no logro rodear.

No quiero saltar al vacío sin tener preparadas mis alas.
No quiero seguir viviendo de recuerdos, ni de risas ajenas.
No quiero extrañarla más, quiero volver a ser ella.

Ojalá volver a ser ella.

Hazel





Nos leemos.