sábado, 30 de enero de 2016

El arte viene del dolor

En esta ocasión quería compartir este video con ustedes, me llegó al corazón y me parece realmente hermoso. Es increíble que algo tan oscuro y horrible como la depresión haga que las personas creen el arte más hermoso, porque todo viene del dolor. 
Me gustaría tener el valor de mostrarle a mi madre este video pero aún así se que no lo entendería. 
¡Activen los subtítulos!


Nos leemos. ♥ 

jueves, 28 de enero de 2016

Depresiva hasta la tumba

El mes está terminando y lo malgaste terriblemente. Me escondí del mundo entre cuatro paredes y una oscuridad permanente. Rodeada de pensamientos tóxicos y sumida en una depresión que parece no terminar jamás. 
Sin embargo aunque por momentos las horas me parezcan días, al final del día me doy cuenta de que los días pasan, que la vida no se detiene por nadie y es todo una mentira porque los días se me esfuman de las manos y no hago nada con eso. Cuando hablo con alguien (sólo hablé con tres personas en lo que va del mes) y me preguntan ¿que haces? la respuesta más sincera y nata es "nada". No hago nada porque no me nace hacerlo. Sólo deje mi cueva-casa para ir a ver a mi abuela a su casa porque estaba sola y debía ir, luego llegué a moverme un poco más hasta el hospital porque la semana pasada mi abuela tuvo que ser internada y yo la cuidé unas horas durante esos días. No me molesta en lo más mínimo, me encanta sentirme útil en algo y sobre todo acompañarla porque está anciana, se ve sola y creo que de a poco se sumerge en una depresión como yo. Lo sé porque lo veo y duele.
Son muchas cosas las que me mantienen así, aislada, muchos pensamientos y mucha mierda en mi cabeza que me tiene como estoy. 
Tema facultad, la pelea con mis amigas, me veo sola. Noté que en poco tiempo mucha gente se alejó de mi. Quizás si antes me sentía mal hacia planes con Cande y nos juntábamos en un bar y mientras yo luchaba con terminar mi licuado teníamos una charla de amigas, o sino salíamos un finde en el que yo me emborrachaba como la mejor y me divertía un rato. O si tenía un día pésimo en la facultad llamaba a Beita y con su dosis mágica de palabras lograba calmar mi llanto y hacerme creer que alguien si me quiere. O sino hablaba por horas en wsp con Lulu (mi amiga mia desde hace varios años) mientras nos mandábamos audios y fotos de los ridículos con los que convivíamos a diario, burlándonos de todos y creyéndonos superiores al resto. Y si una noche estaba sola y quería hacer algo simplemente organizaba con diablo, ese grupo de amigas y Elias (otro amigo del que me distancie) y hacíamos algo; o podría llamar a Alex (otro amigo del que me distancie) para que me pase a buscar en su auto, mientras ponemos música y me olvido un poquito del mundo hasta que sea hora de volver. Y la lista sigue, tengo a otras personas en mente de las que podría seguir dándoles ejemplos hasta el infinito.
La cuestión acá es que ninguna de esas personas sigue estando en mi vida. A algunos alejé, de otros me alejé con pocos motivos, con otros está todo más que mal y creo que no volverán a estar presentes en mi vida. Por un momento creí que es una forma de "despedida" ya que quizás mi macabra mente planea matarme dentro de poco, y así, alejándome dejo menos damnificados. Pero no es eso, no quiero matarme, quiero que me maten. No quiero cargar con la culpa, quiero irme como vine, sin manchas en mi nombre, que la gente crea que fui buena hasta el final mientras se engañan en sus propias creencias. Pero nada me convence.
Tengo tan poca motivación para todo que maldigo hasta cada bocanada de aire que dejo llegar a mis pulmones, me cuesta despertar y saber que me tengo que levantar y fingir hacer algo en casa para no alarmar a nadie. Fingir que tengo planes que luego cancelo para que crean que está todo más que bien. Pero en el fondo me muero.
Alguna vez escuché por ahí que la depresión es como un cáncer. Suena tonto y hasta descarado, pero en una mínima parte quizás se parecen. 
Es como que se me pudre la cabeza. 
Sólo me la paso en la compu leyendo sitios llenos de boludeces, revistas online, por ahí una que otra peli, y lo demás stalkeo masivo en redes sociales viendo como todos tienen una vida y yo no. Hoy por ejemplo se juntaron diablo y ese grupo de mis amigas más otra amiga de la secundaria que no veo hace mil años, el pie de las fotos decía "Reencuentro con las chiquis" "Cómo amo a estas loquitas" "#reencuentro #adorarlas #charlas #recordar #nostalgia". Suena patético y grasa porque lo es, pero no deja de hacerme sentir una mierda celosa e insignificante en este universo lleno de gente que te hace mal y que sabes que te hace mal pero aún así querés ser parte de algo y no estar encerrada ahogada entre pensamientos de mierda. Luego, mi otro grupo de amigas, contaban en un grupo de chat que hicieron planes con Cande para salir el jueves (o sea esta tarde/noche) y ni me mencionaron. Probablemente más adelante alguna me pregunte como última opción o quizás ni lo hagan, pero si lo hacen no voy a ir. La última vez que me junte con ella me sentí super incómoda y aunque muero por subir fotos diciendo #amigas #tonight #partyhard para que la vean todos los malnacidos que me desean muerta, no vale la pena pasarla con ella si me hace sentir mal. Demasiada falsedad le demuestro a mis viejos levantándome todos los días de mi lecho de muerte como para ir a fingir cuatro horas más con una pelotuda. No.
Así que el único plan que tengo para mañana es despertarme preferentemente antes del mediodía, pegarme una ducha tibia, desayunar un café fuerte, dirigirme a mi habitación y hacer el máximo y sobrehumano esfuerzo por estudiar algo. Al menos sacaré los libros para tenerlos a la vista y que me de culpa cada vez que quiero volver a la cama. Lo único que hago todo el día es ponerme en posición fetal en mi cama a ver vídeos de youtube. Patética quién, yo. Y pongo llave a la puerta porque me doy pena a mi misma, no quiero que nadie me vea así de miserable.

Siempre que comienzo a escribir planeo hacerlo de una forma y comienzo bien hasta que me enojo de algo o recuerdo porque odio al mundo y me saco. Comienzo tranqui y termino super enojada.
En fin, son las tres de la mañana y aunque no quiera ni pueda debo dormir. 
Me encanta leer comentarios de gente nueva, gracias por estar.
Nos leemos.

sábado, 23 de enero de 2016

Mis desordenes, mi locura, mi sufragio

Estoy deprimida, sola, angustiada, tengo miles de problemas (reales y no tanto), pero siempre está ese alguien en mi mente. Ese alguien que no tiene nada que hacer allí, debería de haber tomado todos sus recuerdos borrosos e irse a la mierda, pero no, sigue ahí. 
Sé que las personas con ed (tca como le dicen muchas) tienen tendencia a obsesionarse y tener relaciones de este tipo con la gente. Pero que mierda, parezco desquiciada.
Y lo peor de todo es que no puedo conocer a nadie más porque tengo un mambo mental increíble. No me veo linda, no me veo flaca, no me creo inteligente, no me veo interesante para nadie, no me veo normal. Y aunque la gente me lo diga, si yo no me lo creo, para mi directamente no está y no importa cuantas veces me digan lo contrario. Y es terrible porque tengo 21 años y estoy dejando pasar mi puta vida. A veces creo que me estanqué en los no sé, quince años y sigo ahí. Me cuesta mucho trabajo reaccionar y ver que soy una mujer adulta y que debo comportarme como tal. Pero no puedo.
Cada vez que veo a un hombre atractivo no lo miro e intento ignorarlo y rogar que no me hable porque estoy tan nerviosa que sé que cualquier palabra que salga de mi boca va a ser el apocalipsis. Hasta cuando voy por la calle y veo a alguien que parte la tierra y me mira simplemente no puedo mirarlo de vuelta, miro al piso o a ese árbol que justo se ve más interesante que ese alguien. Pero si me habla alguien que no me gusta podemos tener una charla de diez horas hasta que intenta algo y lo mando a la mierda, lo mismo si uno horrendo me mira en la calle o me dice algo, lo miro y lo sobro si querés, pero el tema es con la gente que me gusta o me parece linda. Raro.
El otro día fui a un bar y hay un par de mozos que son divinos, uno de ellos nos atendió y yo no podía ni hacer contacto visual, sin mencionar que las palabras no salían de mi boca y cada vez que se acercaba a la mesa yo dejaba de hablar o hablaba despacio jajaja, me odio tanto. Luego intentamos sacarnos selfies con las amigas que había ido y el chico se acerca y nos dice si quería que él nos saque la foto, PARA QUÉ!!!! me puse super incomoda, roja, y encima estaba el que nos atendió y el otro mozo que es mucho más lindo. Así que ahí estaba ignorando a estos dos bombonazos, porque aparentemente no puedo hacer otra cosa.
El tema es que me veo inferior a todos y sobre todo cuando veo a alguien lindo, al toque pienso que yo soy horrenda y que nunca se fijarían en mi. Y comienzo a pensar las opciones de por qué me hablan, quizás está haciendo una apuesta con los amigos, quizás se aburrió y yo fui la primera que se le cruzó, etc, etc. Mi mente vuela cuando me hago bullying a mi misma.
Y la gente se lleva una mala imagen de mí, piensan que soy agrandada o que los voy a rechazar, y al contrario, soy todo lo opuesto, soy como un chihuahua que le teme al mundo y a la gente linda. 
Y no se imaginan a los tremendos chicos que rechacé por mis inseguridades, hoy cada vez que veo a uno de esos me quiero morir. Lo más gracioso es que ese alguien que esta en mi mente todo el tiempo, ese ghost del que escribo todo el tiempo, lo rechacé varias veces, muchas, muchísimas. Pero es especial porque me hizo temblar como ningún otro invierno y lo sigue haciendo. Cada vez que lo veo me muero. Y no entiendo por qué me sigue buscando y yo por qué lo sigo rechazando, porque sé que inconscientemente lo sigo rechazando. Ahora sólo quiero que me hable para que charlemos durante unos días y luego desaparezcamos los dos, o encontrármelo en un boliche y tocarlo toda la noche again arggg... Pero yo simplemente no puedo hablarle porque me ganan los nervios y la inseguridad y los demonios de "soy la peor del mundo". Y sé que él también es tímido y que le cuesta hablarme, pero también sé que es un divino y que se le tiran todas las chicas, sé que no va a estar por mucho tiempo solo porque algún día alguien va a ver todas las cosas que yo veo en él y no va a ser una boluda tímida como yo, no va a ser una anoréxica depresiva que pasa sus días encerrada mirando el techo odiándose hasta el infinito. 
Aparte a nadie le gusta el rechazo, todos se alejan y se cansan. Nadie quiere estar con una chica sin autoestima que tiene cortes en las piernas y el estomago vacío. A nadie le gusta la gente que llora, que tiene autodestrucción en las venas o que lleva más días muerta que viva. 
De que sirve sonreír si esa sonrisa duele, de que sirve reír si el llanto es lo que me caracteriza, de qué sirve maquillarme y ponerme linda si termino en el piso llorando con la ropa y la cara sucias. 
No estoy hecha para nadie, ni para este mundo. Necesito una lobotomia, una sesión de hipnosis o  de terapia. Me gusta la última opción pero sé que seria enfrentar varios miedos. El hecho de contar TODO, pero TODO y atenerme a las consecuencias de cambiar mi vida me aterra. Porque seamos sinceros, la tristeza es un lugar reconfortante. La depresión es fría y oscura pero después de un tiempo es hasta tibia y acogedora. Es lo que me caracteriza, es lo que soy. A veces pienso que mis desordenes son lo único que tengo y hasta lo único que me mantiene cuerda, o que me destaca del resto. Pero me siento sola y perdida, más perdida que nunca. Quizás es tiempo de buscar a alguien, de buscar ayuda.

Nos leemos. 
PD: Cambie la url del blog jaja, no creo que sea permanente y quizás la modifique luego. Cambio y fuera. 

miércoles, 20 de enero de 2016

No soy de piedra

Siempre está ese día en el que arranco a escribir una entrada entre lágrimas y hoy es uno de esos días. Pero son de las lágrimas buenas, de esas que te hacen sentir cuando creías que eras de piedra. Muchas veces las lágrimas me recuerdan que estoy viva y que el dolor está permitido. 
Pero igual no es nada serio, sólo vi una película de drama llamada Fathers and daughters, se las recomiendo. Me conmovió mucho, sobre todo el personaje que interpreta Amanda Seyfried creo que hasta me sentí un poco identificada. Porque desde chica sufrió muchísimo, quedó sola en el mundo y cuando creció se refugiaba en conductas auto-destructivas para sanar, para sentir algo más que no fuera dolor. Y cuando encontró a ese alguien que se preocupaba por ella y que la amaba no sabía como reaccionar, no sabía que hacer hasta que terminó lastimándolo y obligando a que él se alejara de ella. 
Igual al final las cosas cambian y bla bla porque es una película. Pero me movió muchísimo. 

Tema comida, vengo bien y hasta ejercito cuando puedo. De todas formas creo que mi madre está más pendiente de mi últimamente y hasta escuche la palabra "recaída" hacia mi persona. También en una charla entre mis familiares cuando mi abuela mencionó que yo estaba más delgada y que casi no comía cuando iba a su casa, mi madre dijo algo de que debo ir a un psicólogo. Jaaaa, después de pasar diez años pidiéndoselo ahora quiere llevarme. Creo firmemente que mis padres, ambos, necesitan terapia. 
Como sea, estoy triste.
En estas últimas dos semanas he ignorado a todo ser humano, fuera de mi familia, hasta por whatsapp estoy ausente. Y ruego que nadie me invite a ningún lado porque no quiero ver a gente delgada, ni que esa gente delgada me vea a mí ahora. 
Y mis amigas... ay, que tema. Como saben, tengo dos grupos de amigas, en uno está Cande y en el otro Diablo. Y como no me hablo con ninguna de las dos, es como que los dos grupos murieron. 
Así que acá estoy, más sola que nunca, leyendo en twitter y viendo fotos en instagram de como ellas se juntan con otros de mis amigos. Lindo, me siento fenomenal. 

Cambiando totalmente de tema, el otro día encontré el tumblr de un chico fue muy de casualidad y ni siquiera es un blog popular, al contrario. El tema es que stalkeando un poco leí algunas entradas que escribió y es super poético, escribe para su ex novia y me encanta como escribe. Lo seguí y el también comenzó a hacerlo en breve y quiero hablarle pero nunca socialicé con alguien por tumblr, me parece raro y no sé como entablar dialogo. ¿Algún consejo?

Nos leemos. 

domingo, 17 de enero de 2016

Catarsis de una incomprendida

Domingo, estoy recostada en mi cama escribiendo por primera vez desde mi celular. Me estoy cansando de mi misma, de mi reflejo, de mi voz, de mi compañía. Poco a poco entiendo por qué todos se alejan de mi. No soy una buena persona, no estoy acostumbrada a estar mucho tiempo con gente porque al poco tiempo comienzo a creer que no les agrado o que soy molesta, lo pienso hasta con mis propios padres. Es horrible esa sensación de no sentirse parte de nada, creo que tampoco me lo permito porque creo que no merezco el tiempo de nadie. Porque soy tonta, aburrida, malhumorada y antipática. A la vez creo que soy así por la voz en mi cabeza que a cada momento del día me recuerda que no sirvo para nada y que nadie podrá quererme jamás.
Una vez hable con una especie de psiquica y aunque soy muy exceptica con este tipo de cosas me atrevi a que me tomara de las manos y me dijera algo. Me dijo que era una persona muy hermosa (por dentro), que era un alma muy buena, inteligente y que tengo la capacidad de hacer grandes cosas con mi vida si lograba controlar la tristeza y todos mis problemas. Vaya mierda! Sé que estoy condenada porque la depresión me está quitando cada aliento que me queda, me consume a cada segundo que pasa. Una parte de mi quiso creerle y recuerdo que arranque la universidad con toda la puta esperanza del mundo, por supuesto que se fue a los pocos días. Lo mismo me ocurrió una vez que fui a un retiro espiritual con mi antiguo colegio. Lloré a mares delante de todas mis compañeros, leí cartas de mis familiares que me dijeron cuánto me querían y hasta escribí una carta super profunda a mi madre. Deep. Recuerdo que volví renovada, como un angelito que amaba la vida. Pero luego se me pasó. Aunque ya no tengo tantos problemas con mi madre como antes.  Creo que en parte es porque crecí y sin querer quizás hasta me estoy pareciendo a ella.
No sé que será de mi este año, no sé que haré con mi vida, lo único que se es que hoy no la quiero como debería. Soy una desagradecida porque mi familia es la mejor del mundo, pero nadie se imagina lo que es estar un día en mi mente.
Soy una incomprendida por cualquiera que intente descifrarme porque nací así, rota, triste, inútil, simplemente miserable. Anoche durante la cena le dije que me estresaba, claro que lo dije en broma porque nadie me estresa más que yo misma.  Y ella comenzó a reclamarme que por qué no salgo, que yo misma me hacía eso, que no puedo estar ni un minuto en un lugar porque ya estoy ansiosa por irme, etc. Repito, soy una incomprendida.
Pero era peor cuando era chica, a los trece años tuve unos terribles ataques de fobia social (no sé si realmente ese es el nombre), el tema es que no podía salir de casa y me la pasaba en mi computadora todo el día. Solo que a esa edad comía y ahora no. Justamente durante esos años gané los kilos extras que me obligaron a entrar a este mundo. Supongo que fueron los años en los que mi cuerpo cambió, no sólo subí de peso sino que llegó la pubertad y no me gustaba el aspecto que tenia. Tampoco me gustaba que el mundo me mirara como si fuera una presa, y no sabia si salir con mis padres era vergonzoso o no.
La cuestión es que siempre fui así, y en ese momento si me reclamaban, ahora no porque ya saben como soy. Todos están acostumbrados de verme encerrada y en cama aunque ni esté "enferma". Para mi hermano menor soy una aburrida, y quiero que siga pensando así.
Bueno, tema comida no la llevo tan bien como planeaba comenzar pero al menos no me paso de las calorías que tengo en la app. Ah, me descargue dos aplicaciones, una para controlar el agua que consumo porque me hidrato pésimamente lol y se llama water tracker, y me descargue otra adonde podes anotar tus medidas, peso, los alimentos que ingieres (contador de calorias), el ejercicio que realizas (resta calorías quemadas),también el consumo de agua. Y te crea una especie de plan para bajar una determinada cantidad de kilos en un determinado lapso de tiempo, se llama MyNetDiary. Eso me ayuda a mantenerme más enfocada y motivada porque últimamente soy un desastre humano.

Espero que estén bien. Nos leemos❤

viernes, 15 de enero de 2016

Miserable como siempre

Anoche me saqué fotos y sólo pude ver a una morsa. No me peso desde noviembre pero el espejo no miente, creo que he subido unos tres kilos o más desde la última vez que pise la balanza.
Tengo 21 días por delante en los que planeo cambiar mis hábitos alimenticios, quiero bajar diez kilos hasta abril. Mido 1.70 cms y creo que en estos momentos superé los 60 kilos y eso me aterra.
No quiero salir de casa y me la paso viendo películas, leyendo blogs y en tumblr. Sé que debo estudiar pero tengo la mente en cualquier lado. Sólo se que quiero bajar.
Llevo 700 calorías hasta ahora, 1 litro de agua y nada de ejercicio.   
Me siento muy sola y sé que no es ninguna novedad. Cuando todo está mal sólo quiero correr hacia mi mejor amiga pero sé que ella la está pasando peor que yo, no sé si está internada o qué. No sé nada de ella y me duele. 
Y la gente real, la que está a mi alrededor, no sirve de nada. No paran de hacerme sentir mal y miserable cada día. No recibo un abrazo desde mi cumpleaños, y sé que fueron falsos. 
Ahora me iré a bañar y luego me tomaré medidas, quizás luego edite o quizás sienta demasiado asco como para hacerlo. 

Nos leemos

miércoles, 13 de enero de 2016

Alérgica a la gente

El fin de semana con mis amigas estuvo bien, al menos no puteé a nadie y cuando sentía que mi cara se tornaba insoportable trataba de cambiarla o disimular mi rabia un poco. Sumándole la visita de la oportuna madre naturaleza, estaba muy, demasiado,  irritable. 
En estos días me di cuenta de que soy insoportable para convivir porque no me gusta estar con gente. No es algo que no sabía antes, pero me asusta un poco el hecho de que termine sola por el resto de mi vida porque no soporto a ningún otro ser humano aparte de mi misma. 
En casa es un poco más tranquila la cosa porque me paso, el 80% del tiempo que estoy en casa, sola encerrada en mi habitación. Y soy feliz aquí, soy feliz encerrada entre cuatro paredes y viviendo en mi cama. No necesito más. 

Hace tres años atrás, apenas finalicé el colegio, decidí mudarme a otra ciudad para estudiar. Me fui con una prima, y como me decidí muy sobre la fecha no conseguí departamento y tuvimos que quedarnos en una casa, como una especie de residencia universitaria. Tuve que convivir junto a otras catorce chicas más en una maldita casa, demás esta decir que la pase fatal. Debía compartir mi habitación con mi prima y otra chica más, mi baño era usado por otras ocho chicas y hasta compartíamos un pequeño guardarropas entre tres. Recuerdo que cuando volvía de clases debía esperar otra hora más al menos para cocinar (en teoría, porque no sabía cocinar) porque la cocina y comedor siempre estaban ocupados por estas minas. 
Duré un mes y decidí no sólo dejar esa carrera sino que regresé a casa. Si bien mi relación con las de la casa no era la mejor, tampoco me sentía cómoda con mi prima ya que tenía un carácter terrible y siempre me sentí agredida por su parte al punto de que no podía convivir más con ella. Aparte era joven, siempre estuve acostumbrada a vivir cómodamente y ahí no me sentía cómoda ni en lo más mínimo. Y si bien mis padres me consiguieron un departamento al tiempo, sentí que estaba perdiendo el tiempo porque la carrera no me gustaba y no quería esperar un año para estudiar otra cosa y seguir viviendo con mi prima que no me hacía sentir bien; tampoco quería que mis padres siguieran gastando plata si me sentía miserable en ese lugar. Y hasta este día, y aunque me pese, creo que tomé una buena decisión. Simplemente no era el momento indicado. Mi prima se quedó y se enojó tanto con mi decisión que perdimos contacto desde entonces. Antes me dolía, pero hoy me doy cuenta de que no es una persona que necesito en mi vida.

Volviendo a lo del fin de semana pasado, no podía creer lo mucho que comían mis amigas. El sábado salimos y yo apenas cené porque siempre me siento gorda y sobre todo cuando debo usar algo ajustado, pero mis amigas comieron de todo. Al punto de que una luego vomitó apenas llegamos al lugar. Diug.
Y el lunes tuve el cumpleaños de una amiga, sabía que me veía gorda pero las fotos de ese día me quitaron toda esperanza de que me veía al menos "no tan gorda", jaaaaaaaaaaá pero si parecía un lechón. Tengo los muslos enormes, casi no entraban en las fotos y los brazos demasiado asquerosos. Simplemente se me hace imposible verme en el espejo con otros ojos que no sean de repugnancia. Aunque lo he intentado, simplemente no puedo. 
Y me está costando mucho comer poco, es como que siento hambre todo el tiempo y no puedo cerrar la boca. Tampoco arranqué con el ejercicio que siempre pospongo cada día y nunca puedo comenzar. 
Sólo espero aprovechar estos días que me quedan de vacaciones para bajar lo más que pueda, necesito motivación y mucha fuerza de voluntad. También para comenzar a estudiar.

Espero que a ustedes les esté yendo mejor que a mí.
Nos leemos.


jueves, 7 de enero de 2016

Año nuevo a lo Claire, #SadAF

Odio decirlo pero arranqué el año con el pie izquierdo. Después de la noche de año nuevo y la resaca mis primeros días del año sólo me hundieron en depresión. Quizás fue por la discusión con mis amigas, quizás porque se cumplió un nuevo aniversario de lo de mi abuelo, quizás porque no me habla aunque muero porque lo haga, quizás porque extraño a mi futura, quizás porque estoy sola y esperaba algo más para este nuevo año. 
Soy una persona que aunque parezca pesimista y negativa, en realidad soy todo lo contrario y pongo mis expectativas por las nubes sólo para que luego terminen bajo tierra y conmigo llorando. Todos me decepcionan, desde yo misma hasta todos a mi alrededor. Peor no puedo evitar elevar mis expectativas, me sale naturalmente aunque siempre me suceda los mismo, no puedo no hacerlo.
Debería de haber leído dos libros de la facultad hasta ahora y ni comencé, estoy triste y lo único que me pase haciendo estas últimas semanas fue ver películas y series.

Les voy a contar un poco del drama de año nuevo, sólo para descargarme. Sucede que para año nuevo me decidí y salí con mis amigas, éramos cuatro. Nos juntamos en la casa de una hicimos una mini previa porque estábamos sobre la hora, dónde les conté nuevamente un poco sobre la discusión con Cande y todas me dieron la razón (duh) y luego nos dirigimos al boliche. Llegamos y todo bien, pero pasaron tres minutos y la vi a Cande cerca de nosotros, apenas logre verla ella no dejaba de sacarnos la mirada de encima. La ignoré obvio y mis amigas ni siquiera la vieron al comienzo hasta unos diez minutos después. Yo ni se las mencioné antes porque estaba en mi papel de "te estoy ignorando nivel experto", aunque ella no paraba de mirarnos, sentía sus ojos clavados en nosotras. Luego queríamos comprar algo para tomar y a una de ellas, a Maddie, se les ocurrió ir juuuusto a la barra que estaba camino a Cande. Con Fabi la puteábamos de atrás mientras íbamos en fila. Primero saludó a Maddie con un super abrazo, seguida de Romi con otro super abrazo y seguí yo que sólo me limité a acercar mi rostro y ni la miré, a lo que Fabi hizo exactamente lo mismo que yo. Al lado de Cande estaba su novio que es amigo nuestro, hasta a él lo abracé y le di un saludo más cálido que a ella. Luego seguimos de largo y las siguientes veces que la cruzamos durante la noche no paraba de mirarme, ni disimulaba. 
Y habrán pasado unos treinta minutos desde que llegué cuando logro visualizar a diablo y a otra de mis "amigas", ambas son parte de mi otro grupo de amigas y salieron sin mi jajaja. También traté de ignorarlas obvio. Hasta que un rato más tarde diablo me toca el hombro llamándome por mi nombre, me doy vuelta y con mi super sonrisa de falsa la saludé hiper bien con un "Hola ...., como estás? :DDDD hasta acercándome para saludarla bien" pero ella sólo me hizo el signo de la paz jajajajaja, luego me volteé, esa fue toda la interacción. Me causo tanta gracia que nos pasamos burlándonos toda la noche de su estúpida actitud. Unas horas más tarde apareció nuevamente con un amigo nuestro al que lo saludé con un beso y abrazo, ella estaba detrás de él pero sólo la ignoré. 
Ahora, no logro entender como habiendo tantos boliches en la zona, encima en año nuevo que había miles de lugares abiertos justo AHÍ me las encuentro. Encima ni siquiera era barato, lo que si cerca, quizás fueron por eso o porque sabían que yo voy siempre ahí porque es de mis boliches favoritos, o quizás y seguro fue mera coincidencia. 
El resto de la noche la pase genial porque las ignoré todo el rato, nos fuimos pasando las siete de la mañana con el sol quemando en nuestros rostros, llegué a casa a las ocho de la mañana y con un sabor agridulce. Porque si bien hice de todo para pasarla bien, bailé y me reí como nunca, la actitud de ellas y hasta la mía me puso triste porque son, o al menos eran mis amigas. No tanto por diablo, porque mi actitud hacia ella fue siempre falsa pero de buenos tratos; pero lo de Cande si me angustia porque es una de mis mejores amigas y la quiero mucho aunque sea tan estúpida. 
Ah, y no saben lo tortuoso que es salir con Maddie, Fabi y Romi porque son tremendas diosas, re lindas, flacas, las tres van al gym y yo estaba ahí a su lado like a potatoe. Me sentía horrenda y aunque odio decirlo y todo lo que implica eso ellas recibieron más elogios durante la noche, sueno como una total idiota lo sé, pero al menos el alcohol me hizo pasarla mejor. 

Y ese fue mi gran comienzo de año, aunque los siguientes días fueron grises tirando a negros, hasta ahora justamente.
Dilema: Mañana me voy con un par de amigas a pasar el finde a la casa de verano de mi tía. 
No sé en que momento arreglé eso, no sé porque acepte ir y llevarlas. Soy un trapo viejo y sucio de piso, pálida porque apenas salgo al patio de casa, no salgo a la calle desde el año pasado (real), cuando me baño ni me peino, ando con harapos, ojeras hasta los tobillos y gorda como nunca. Lo que menos quiero hacer es dejar mi cueva para pasar un fin de semana conviviendo con gente, sin mi computadora, con sol, pileta, y sobre todo CON GENTE afuera de la comodidad de mi oscura habitación.
Lo que más me aterra es perder el control de mi temperamento porque no estoy emocionalmente estable, sé que apenas llegue lo único que voy a querer hacer es acostarme en posición fetal hasta que dejen de hablarme. Ah, y lo peor, dormiré tres noches en la habitación que solía usar mi abuelo cuando dormía en esa casa. Como para que esos días no fueran lo suficientemente miserables para mi.
A  la tarde iremos a comprar cosas para llevar, sobre todo alcohol porque saldremos el sábado. Ni ganas de ir, ni de salir; aunque espero resistir lo más que pueda con mi humor, rueguen para que esté todo bien y no mande a la mierda a nadie durante los siguientes tres días. 
Encima es en casa de mi tía que es de lo más top, y llegaremos nosotras cargadas de alcohol. Genial.
Otro que me preocupa sobre todo por el bien de mi humor es mi tío, lo aborrezco porque soy el blanco de sus bromas desde que tengo memoria. Y más de una vez cuando era más chica me dejó llorando, ahora también se zarpa muchas veces pero me la aguanto. No lo soporto. 

Y bueno eso es todo, cuando regrese les contaré como fue mi experiencia. Espero sacarme fotos para el instagram y que a diablo se le infle la vena porque iré con nuestro grupo de amigas pero no la invitaré a ella, yeaaah bitch!

Nos leemos.

sábado, 2 de enero de 2016

Mi persona favorita, mi abuelito


Un día como hoy pero hace cinco años atrás mi corazón se partió en mil pedazos y mi alma se desgarró de dolor.
Un día como hoy pero hace cinco años recibí una llamada que me cambió la vida para siempre y para mal.
Un día como hoy pero hace cinco años atrás lloré cómo nunca antes y sentí que me moría. Definitivamente ese día una parte de mi se fue con él.
Un día como hoy pero hace cinco años atrás el tiempo se detuvo mientras el cielo lloraba junto a mí.
Un día como hoy pero hace cinco años atrás perdí a la persona más importante de mi vida, perdí a mi abuelo.




Hay personas que vienen a este mundo para enseñarte cosas, otras para darte amor incondicional, otras para acompañarte en esto que se llama vida; mi abuelo me brindo todo esto y más. 
Aún me cuesta mucho creer que ya no esté entre nosotros. Cada vez que voy a su casa lo busco inconscientemente y cada rincón de ese lugar me trae recuerdos de él. 
¡Es que lo quise tanto! Era una persona tan especial, tan perfecta. 
Era fuerte e invencible, imposible de creer que la muerte le haya ganado.


Los pocos recuerdos de mi infancia me llevan a su rostro. Me crié y viví en la casa de mis abuelos. Luego cuando me mudé con mis padres lo hice a una casa que queda a sólo tres bloques de la suya. Lo vi casi todos los días durante dieciséis años de mi vida. 

A diferencia de otros niños, yo disfrute desde siempre de su compañía. Aunque debo admitir que a veces me aburría de ver Bonanza, pero ahora daría lo que fuera por ver un episodio de su serie favorita junto a él. Mientras me contaba historias de antes, mientras se cebaba unos mates llenos de sabor, mientras me enseñaba sobre la vida y me recitaba versos, algunos inventados, otros suyos.
Hoy me odio porque creí que lo tendría para siempre para recitarlos, esos versos se fueron con él.

Pero nada me duele más que no haberme despedido de él esa maldita noche. Pero es que creía que lo tendría por siempre, tan fuerte, tan invencible y tan ciegamente débil y anciano a la vista de todos.

Aunque me lo dijo unos días antes, él lo presentía o lo sabía. ¡Era tan exorbitantemente sabio! O quizás era por los inimaginables dolores que sentía pero que jamás dejaba a la vista.
La tarde del 31 de diciembre de 2010, dos días antes de su deceso, me dijo que ése sería su último años y que en el 2011 iba a dejar de existir. 
Me lo dijo mientras le preguntaba acerca de como veía el año próximo, y así lo veía él.
No se suicidó ni nada parecido. Tenía problemas al corazón. Sabíamos algunas cosas y ocultaba muchas otras, otra de las actitudes que adopté de él.



 La noche en la que no me despedí de él, estábamos festejando el comienzo del nuevo año en una localidad alejada de la ciudad en la que vivimos; en la casa de verano de mi tía. Es una tradición que seguimos hasta éstos días.
Fue un día lleno de risas, charlas, juegos, brindis, un típico día familiar. Pero lo noté raro.
Recuerdo que era sábado y como el siguiente día era no laboral varios de mis familiares decidieron quedarse a pasar la noche allí al igual que él. Con mis padres habíamos acordado que mi madre, mi hermano y yo nos quedaríamos ahí y que mi padre regresaría a la ciudad a alimentar a mis perros que habían quedado solos ése día. Hasta el día de hoy no entiendo bien que pasó, pero mis hormonas adolescentes o quizás un frío presentimiento me obligó a llorar y que luego nos haría regresar ésa misma noche. 
Imposible de olvidar que mientras yo estaba llorando arriba de la cucheta en una de las habitaciones, mi abuelo entró a la habitación a dejar un par de cosas. Recuerdo haberme dado vuelta a espiar quién era, aunque sus pasos y su algo encorvada espalda ya lo habían delatado. Respetó mi espacio como siempre lo hizo y se marchó.
Luego yo salí afuera y pase unos minutos enojada, enojadísima con todos. Salí con una campera porque estaba freso y mi abuelo me puso la capucha molestándome. 
Y eso fue todo. Cuando me fui, me limite a saludar con la mano a todos y justo ESE día evite el abrazo que le daba siempre antes de irme. 
Si tan solo supiera que esos serían mis últimos momentos junto a él,si lo hubiera sabido, si me lo llevaba y si había un hospital cerca...

Llegué a casa cerca de la medianoche, me acosté y tres horas después el teléfono sonó. Se había descompuesto y pedían una ambulancia que jamás llegó. 
Mi madre se cambió y se dirigió a uno de los centros de salud cerca de casa porque lo traían de urgencia. Llegó casi sin aliento, agonizando, mi madre le puso el oxigeno, fue llevado a reanimación y no salió nunca más. Era domingo, fin de semana luego de año nuevo, habían médicos residentes y era de madrugada.
Dijeron que le dio un paro cardíaco y luego otro que terminó de quitarle el aliento definitivamente. 

Creo que me enteré a las nueve de la mañana, casi diez. El teléfono sonó nuevamente, solo que esta vez atendí yo. Nunca tuve tanto miedo al levantar el tubo. Era mi tío se lo escuchaba agitado y de fondo se escuchaba el llanto ensordecedor de mi propia madre. No hacía falta que me diga nada, ya lo sabía y lo sentía entre mis entrañas descomponiéndose con cada segundo que pasaba; pidió hablar con mi padre, me quedé en silencio y el teléfono simplemente se cayó de mi mano. No sentía mi cuerpo, no sentía sonidos, no veía que pasaba a mi alrededor. Reaccioné cuando mi padre espetó una mala palabra y se fue con el corazón en la garganta. 
Se fue y me tire al piso a llorar, llorar, llorar a gritos, llorar hasta que entendiera que mi vida había cambiado para siempre, saber que él no iba a estar nunca más en mi mundo, que iba a ver un mundo sin él, que no iba a estar el día de mi graduación, que no estaría para aconsejarme en la universidad, que no estaría en mi boda o para hacerlo bisabuelo. 
Nunca sentí tanto dolor y no se va, aún mientras escribo ésta entrada siento ese dolor, lo sigo sintiendo y me duele, me desarma por dentro, jamás saciarán mis lágrimas frente a su muerte.
Recuerdo que no podía respirar, pero lloraba, no tenía ni fuerzas para lastimarme, sólo podía llorar y llorar a gritos. Desperté con mi llanto a mi hermano quien no entendía nada, tampoco pude explicarle porque me estaba muriendo en vida. También recuerdo que cuando me tiré al piso a llorar mis perros me miraron y lloraban junto a mi, jamás lo hicieron y créanme que he llorado en frente de ellos y siempre se limitaron a acurrucarse a mi lado y observarme, pero esta vez lloraban junto a mí. 

Las siguientes horas fueron una pesadilla de nunca acabar. No podía dormir, me quedé junto al cajón de mi abuelo toda la noche. No entendía como hacía unas horas atrás estaba riendo y festejando en la mesa y ni siquiera doce horas después estaba muerto frente a mí. Pero tenía una expresión de paz en su rostro que me tranquilizo por un instante. 
Cuando lo llevamos al cementerio comenzó a llover y entre lluvia y lágrimas me tocó despedirlo para siempre. Ése momento cuando toque el cajón por última vez me derrumbé, caí en cuenta de que se había ido para siempre, que jamás lo volvería a ver. No quería dejarlo ahí.
El regreso a casa fue atroz, quise tirarme del auto pero no me animé. Cuando dormía despertaba feliz por unos segundos porque pensaba que solo era un sueño pero cuando caía en cuentas de que era real quería morir, sólo eso. Y hasta lo intenté, pero no tenía las fuerzas suficientes. 




No cambiaron muchas cosas desde ése día, en mí y en cómo me siento. Sé muy bien que es una de las principales causas de mis bajones, de mi depresión, pero es imposible estar bien luego de eso.
Extraño todo de él, desde su aroma, hasta su mirada, su sonrisa, su bigote, los paseos en su renoleta, las charlas y sus abrazos. 
Es el tipo de persona de la que quisiera hablarle a todo el mundo si realmente quisieran escuchar. 

Me han pasado muchas cosas desde que se fue, mi vida se tornó en una oscuridad de la que aún intento salir. Muchos de los peligros me los busqué y otros no, siento que él me ha salvado y protegido de todos los momentos en los que mi vida corría peligro. Desde robos, asaltos, borrachos, sobredosis, intentos de suicidio, etc. Lo siento cerca, siento que me cuida.

El 24 estaba en casa de mi abuela ayudando con los preparativos de noche buena y mi tía me cuenta que finalmente pudo abrir uno de los cajones de la cómoda de mi abuelo que estaba con llave. En su interior habían varias cosas suyas por supuesto y en una bolsa guardaba dos fotos, una era una fotografía de él junto a mi abuela se lo notaba feliz mientras la miraba; y la otra foto era una mía de mi cumpleaños número tres, llevaba una corona y un vestido verde (jamás había visto esas fotos). 

Creo que la razón por la que tengo este lazo tan fuerte con mi abuelo es porque siempre me vi reflejada en él. Siempre me ha costado mucho identificarme con otros y encontrar personas similares a mí. Pero yo me parecía a él.
No sólo heredé sus ojos claros o el cabello lacio o su nariz. Heredé su personalidad.
Bueno, pero malo. Lleno de historias, pero también de secretos. Sabio, pero rebelde. Curioso, pero pícaro. Con los pies en la tierra, pero la cabeza en las nubes. Lleno de anécdotas, pero también lleno de sueños. Rodeado de amigos, pero al mismo tiempo solo. Fuerte, pero también débil.
Y ahora vivo, pero muerto.

Tuvo un pasado un tanto turbio y nadie supo perdonarlo por sus acciones pasadas. Yo lo conocí luego de su problema de adicciones y nunca quise creer esas terribles historias que se escuchaban por debajo. En su casa mi abuela y mis tíos lo aislaban, varias veces llegó a casa a cenar con nosotros o a tomar mates con mi madre. Esas veces me sentía tan feliz, le encantaban los animales como a mí y siempre jugaba con mis mascotas. Era como un niño curioso en un cuerpo desgastado por los años, pero en su mirada se podía distinguir que nunca perdió eso que lo caracterizaba.


Siempre traté de ocultar mi dolor y creo nadie sabe realmente lo mucho que me afectó su muerte. Recuerdo que los días posteriores de su deceso todos intentaban actuar normal y yo no paraba de llorar a escondidas. Era yo la que consolaba a todos y nadie me consolaba a mí. Es más, hasta cuando el dolor se hacia insoportable y las lágrimas saltaban de mis ojos delante de todos ellos me ignoraban. Y esta bien, que se yo, todos lidiaron con el suceso como pudieron pero creo que yo no lo superaré jamás.  
Ahora sigo llorando a escondidas y maldiciendo su muerte, creo que lo extraño como a nadie. Ahora lo único que espero es tener sueños con él para así poder abrazarlo como solía hacerlo. 


No puedo creer que haya pasado tanto tiempo, cinco años es mucho tiempo. Creí que luego de esa noticia no lograría sobrevivir ni un mes y acá estoy. Me cuesta pero sigo en pie. Sigo gracias a sus recuerdos y para que siga estando vivo al menos en mi memoria, mi "memoria fresca" solía decir.
Ruego a mi Dios poder verlo algún día de nuevo, mejor si ese día está próximo. Y hasta que ese día llegué quisiera ser por lo menos la mitad de la persona que él fue.


Si tienen vivos a sus abuelos quisiera decirles que se acerquen a ellos y que los acompañen, son personas que se sienten muy solas luego de tantos años, enfermedades y amigos que se fueron. No dejen de decirles lo mucho que los quieren porque yo ya no puedo hacerlo.

Si llegaste hasta acá muchas gracias, acabas de conocer mi talón de aquiles, mi sufrimiento más grande y un poquito de la persona más influyente en mi vida.
Gracias por leer.