lunes, 14 de enero de 2019

Ocaso


Estoy en un eterno ocaso. 
Este momento no es malo, ni bueno. 
No es claro, ni oscuro.
Es un quizás y un nunca.
Un sí, pero también un no.

Es esperanza.
Es el segundo antes de la catástrofe.
Es el minuto después de llover.
Es un relámpago, sin ruido.

Es gris, grisáceo.
Es naranja y rosa.
Hay nubes.
Y está el sol.
Sin luna, ni estrellas.
Aún hay sol.





Nos leemos.



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Edito. 15.1.19  7.28pm

Estoy abrumada y no puedo llorar. No recuerdo la última vez que lo hice, quizás una lágrima y de inmediato me regañé a mi misma porque no me lo permito desde hace tiempo.
Estoy cargada de enojo, cansancio, dolor, miedo, arrepentimiento, soledad, tristeza. Pero soy una piedra por fuera.
No me permito sentir, pero de nada sirve porque de todas formas lo siento todo. Pero no puedo llorar.
Quiero apagar las luces, el celular, acostarme y morir. Que no me encuentre nadie, o si me encuentran no enterarme porque quiero estar muerta.
De que sirve vivir así, sin hacerlo.

Si, hoy estoy en un lugar muy oscuro.



sábado, 5 de enero de 2019

Eneros grises


Creo que para mí este es el peor mes del año. Le tengo miedo y hasta lo odio por un par de razones. Siempre está la ansiedad de empezar un nuevo año cargado de incertidumbre y desafíos que aún no veo. Pero también éste mes hace ocho años fue el peor de todos cuando murió mi abuelo y hace dos, cuando lo hizo mi perro de trece años. 
Y éste también es duro porque mi padre inicia tratamiento contra el cáncer. Por casi un mes me tengo que encargar de mi casa y el negocio de mis padres porque estarán fuera de la ciudad durante ese tiempo. Sin mencionar que mi hermano está enfermo y estuvo internado esta semana, y me aterra que se ponga peor mientras no estén. 
Por ende, otro mes duro.

Todo esto hace que me deprima mucho. Y la gente no lo entiende, ni antes, ni ahora. 
Para todos es un mes de joda, fiestas, vacaciones, salir de noche, juntarse a tomar, bailar, pileta; y yo no puedo. No puedo porque estoy triste y me aíslo. 
Sólo quiero llorar y no moverme de mi cama, pero tengo cosas que hacer y sonrisas falsas que poner y decir frases que ni yo me las creo pero ante todo ¡positiva! (yeah, right).

Así que aunque a todos les gustó mi entrada anterior llena de buena vibra, la vida no es color de rosa. Es gris, al menos la mía, o mis eneros. 


Espero que ustedes si tengan un buen comienzo de año, las quiero mucho.
Nos leemos.