sábado, 23 de diciembre de 2017

imPERFECTA

Espero no ser la única que espera ansiosa el 2018 para que su vida cambie magicamente por completo. 
Mas de una vez dije que me aterra comenzar un nuevo año porque no sé que va a pasar y lo desconocido me da mucho, pero mucho miedo; y el futuro, obvio. Pero esta vez realmente quiero dar vuelta la página y comenzar de nuevo, una vez más.
Tengo unos cuantos planes, no tanto metas porque me di cuenta de que debo ir un paso a la vez. Y siendo la persona asquerosamente perfeccionista que soy, un error y ya me muero. Así que, despacio.
Pero tengo eventos importantes para enero, uno en especial que me da mucho miedo pero es algo que vengo posponiendo desde hace años. Y se que es lo único que puede hacer mejorar mi vida.
Spoiler alert: Terapia.
Me angustia mucho la idea de dejar entrar a una persona en mis pensamientos, decirle todo de mi vida y como me hace sentir todo. Me avergüenza y también me preocupa como reaccione ante eso. Quizás mienta, quizás desaparezco y no vuelvo más, quizás me da miedo contar cosas muy fuertes porque no quiero que me consideren una amenaza para mi misma, quizás comienzo a actuar normal como siempre lo hago y dejo pasar la oportunidad de mejorar mi calidad de vida.
Pero lo que más miedo me da de todo esto es que no tenga efecto en mi, que me decepcione, que no me guste, que no me sienta cómoda... porque realmente es mi última esperanza. 

Se que muchas veces hable sobre ir a terapia y nunca lo hice, y fue por todos estos miedos que detallé y millones de otros más. Pero no me gusta la dirección que está tomando mi vida y ya no puedo cambiar, ya no puedo fingir que esta todo bien cuando esta todo pésimo. Ya no me sale, cada vez estoy peor y no soy la única que lo está notando. 
Así que es algo que debo hacer, como si mi vida dependiera de eso. Y lo haré, todavía no sé muy bien como lo haré, pero me voy a exigir (como siempre lo hice) pero esta vez por una buena causa. 
De todas formas, aún no estoy lista para romperle la burbuja de fantasía a mis padres. Creo que no les diré por ahora. Comenzaré haciendo las cosas sola, quizás se lo diga a mi padre, pero no estoy lista para confrontar a mi mamá. 
Aunque lamentablemente, hace un par de noches mi madre me encontró en medio de un ataque de pánico. Traté de manejarlo como pude pero mi llanto era incontrolable, estaba en plena crisis. Lo bueno es que ella solo me abrazó y me dijo que todo estará bien (luego le dije que se fuera porque me sentía como una pelotuda por ser tan débil, tan vulnerable, tan estúpida). Una hora después cuando estaba más calmada me llevó un té hasta mi habitación y me sentí mejor. 
Hay cosas que aún no puedo enfrentar, y una de ellas es mi madre. Es perfecta y quiere que yo también lo sea, pero no puedo. Yo también quiero serlo, pero no puedo. 

Buscando la perfección me olvide de mí, olvide que yo no soy perfecta. 



Gracias por leer.

lunes, 18 de diciembre de 2017

Lonely child

Este año mi soledad piso fuerte y sentí que me falló todo el mundo. Y yo sola me abracé y seguí adelante. Pero esto me ayudo a crecer y dejar de confiar mi felicidad en otros. 
Soy mi mejor amiga y aunque a veces no me trato del todo bien, trato de cuidarme lo más que puedo.
Sin embargo, siempre estuve sola en mi mundo.


Crecí sola. Durante mi niñez estuve rodeada por adultos, cada uno tenía su rol específico en la casa o en las fiestas familiares, y yo siempre me las arreglaba para entretenerme sola. Solo recuerdo a una prima que era un par de años mayor (digo era no porque esté muerta; sino porque esta ausente en mi vida hoy, debido a un conflicto de hace unos años).  
Pero me recuerdo durante las mañanas y siestas jugando sola en el patio, tenía una baúl enorme lleno de juguetes que me entretenía durante horas. También me gustaba cuando me ponían una mini silla y  una mesa repleta de crayones y lápices de diferentes colores y solía pintar bajo el suave sol que traspasaba las hojas de la viña. 
No molestaba a nadie, era feliz en mi mundo solita. Igual siempre quise tener un hermano, el tema es que cuando finalmente llego yo ya no era tan pequeña. Por ende crecí así, solitaria.
Cuando llegue a la adolescencia también me la pasaba sola en mi habitación. Descubrí el poder del Internet y no tuve retorno. Y a los dieciséis abrí mi primer blog (mejor conocido como el lugar para los solitarios incomprendidos, según yo).
Hoy tengo veintitrés y sigo prefiriendo mi soledad. Solo que ahora viene acompañada con una depresión que cada vez cobra más fuerza. Pero no la paso tan mal sola tampoco. Puedo disfrutarla.
Aunque cuando tengo la mente muy tóxica, necesito al menos descargarme escribiendo. 


Y es por eso que escribo con tanta carga emocional, como quejándome de todo. En realidad soy una agradecida de la vida, me considero una persona fuerte y de corazón bueno. Esta es mi forma de descargo porque a mis amigos de la vida real, a los que puedo mirar a los ojos no les cuento nada sobre mí. Y es probable que la razón por la cual soy tan reemplazable e irrelevante para la gente,  como me lo dijeron en un comentario hace unas entradas atrás. 
Pero me cuesta mucho confiar y abrirme ante alguien. No me gusta sentirme vulnerable y mis emociones lo son. Otra razón por la cual me cuesta tanto tomar la decisión de optar por terapia.
Suelo actuar falsa porque las personas me fallaron siempre y no puedo confiar en alguien que planea clavarme un puñal en la espalda. Sueno paranoica, pero lo soy. No me sale eso de confiar plenamente en las personas y prefiero guardármelo todo para luego volcar todo en estás páginas para que alguien lo lea, se identifique y me haga sentir menos sola, menos loca.


Medio rara esta entrada, pero quería actualizar. 
Como verán vengo muy mal con tema amistades, siento que me quede sin amigos, en parte por el temita que mencioné arriba. Quizás en otra entrada relate un poco sobre lo que paso estos últimos meses con respecto a mis "amigas". Igual es medio largo y desde mi punto de vista de drama queen, así que por eso aún no lo conté. 
Espero que pasen los últimos días de este año mejor de lo que esperan y que sonrían mucho.



Gracias por leer.

viernes, 1 de diciembre de 2017

Respiro y perdón

Cae la lluvia y mi rostro se ilumina.
Nos imagino tomados de la mano, 
corriendo y saltando sobre charcos de agua.
Me pregunto si piensas en mi.


Hoy mis ojos se ven grises, como mi vida.
Pero el olor a lluvia me hace sentir viva,
y después de tantos días de melancolía,
me trae paz.


Otra semana de mi vida como ermitaña, pero por lo menos es diciembre y falta poco para que termine esta etapa. 
Hoy me puse a pensar en los posibles proyectos que tengo en mente para el próximo año. Me di cuenta de que este año perdido no tiene que ser en vano. Y si, quizás necesitaba un respiro.
Cansa demasiado pretender ser normal cuando tenes una mente no sana. 
Así que me perdono. Me perdono por no haber cumplido con mis expectativas. 
Pero era muy obvio, iba demasiado rápido pretendiendo que nada pasaba y choqué. Me hice mierda, pero me estoy levantando. De a poco, levanto mis piezas rotas, me arreglo solita y sigo. 
No necesito cumplir con las expectativas de nadie. Sólo yo se mis esfuerzos, mis dolores, mis miedos, mi viaje. No me voy a comparar con nadie, porque nadie es como yo. Todos tenemos nuestros tiempos y éste definitivamente no fue mi año. Lo padecí y aún no termina. Pero voy a estar bien. Se me cerraron varias puertas, pero sé que se abrirán mejores, y repito, voy a estar bien. Siempre me recupero, a veces sólo por un tiempo hasta que caigo de nuevo, pero me tengo a mi misma para ayudarme. Soy muy fuerte aunque no lo parezca y aunque no me lo crea. Desde chiquita aprendí a ser yo contra el mundo, así que lo haré una vez más.

Al parecer la lluvia me hizo bien, y ustedes también. Sus comentarios me ayudan mucho. Mil gracias.
Nos leemos.