sábado, 29 de diciembre de 2018

Siempre sobrevivimos

Cada año llegamos al final del ciclo y nos preocupamos por no haber cumplido lo que nos propusimos en enero, o contamos las mil cosas que no hicimos bien o la mala suerte que tuvimos.
Y casi siempre olvidamos destacar nuestro crecimiento, lento, mucho o poco, siempre evolucionamos aunque nos cueste verlo. 
La vida de todos tiene altos y bajos. Días muy buenos y días en los que sentimos que morimos, pero siempre sobrevivimos y seguimos, como sea. 

Este fue un año muy peculiar para mi. Mi vida dio un vuelco y mi mayor miedo se hizo realidad. Los problemas que me atormentaron por años de repente pasaron a segundo plano y el foco estuvo en algo mayor. 
Pero no puedo olvidar que también tuvo su lado menos terrible. Yo crecí. 
Aprendí a respetarme y a poner un límite cuando no me sentí valorada. Me alejé de personas que no supieron apreciarme cuando estaba a su lado. Me cuidé un poco más, entrené más y me juzgué menos. 
Y por sobre todo, sobreviví otro año más.

Estoy cansada, decepcionada, adolorida, con miedo, mucho miedo; pero estoy entera. 
Y aunque me sigo sintiendo muy sola, al menos tengo este espacio, con amigas de todos lados que me apoyan y me mantienen a flote cuando los del mundo real brillan por su ausencia. 


Nos leemos.

viernes, 30 de noviembre de 2018

Siempre volvemos a Ana


El título de la entrada quedó muy "pro-ana" cuando obviamente este no es ese tipo de blog. 
De todas formas ese nombre propio nos trae muchos recuerdos y resulta demasiado familiar para muchas de acá. 
Cuando tenía 15 años fue la primera vez que comencé a leer esos blogs, donde rezaban por cuerpos perfectos y alababan a una diosa inexistente, a una enfermedad.
Ese mundo me atrajo en seguida. De pronto me vi sumergida entre dietas, medidas y contando calorías. Hoy, 9 años después sigo ahí. Por momentos siento que estoy recuperada y otros, como ahora, en los que nunca mejoré. 

Desde que tengo 15 años mido lo mismo, 1.70, siempre fui alta. Hoy estoy en un peso "normal" que no me gusta. 59 kilos. 
Llevo 3 casi 4 meses yendo al gimnasio y siento que tengo demasiado músculo. Veo mis brazos tonificados pero no tan delgados. Mis piernas igual y hasta gordas, pero con menos celulitis. Mi abdomen se ve plano hasta que como. Obvio.
Así que no, no estoy feliz con mi cuerpo. 
Creo que voy a dejar de ir al gimnasio y hacer cardio por el siguiente mes y ver como me va. 

Y Ana...
Siempre está la posibilidad de volver ahí, al lugar seguro. A lo que te soluciona todos los problemas en cuestión de días. Sin mover ni un dedo. Haciendo lo que de todas formas hago siempre, nada, no moverme de mi habitación, ni ver a nadie. 

Ni siquiera estoy ayunando y esta semana volvieron mis pensamientos oscuros, oscurísimos. Por lo que escribí en la entrada anterior, por mi misma, por no ser como quiero ser, por no hacer lo que quiero hacer, por no verme de cierta forma, pero por sobre todas las cosas por ver el estado deplorable en el que me veo sumergida.
24 años, sin un título universitario, atrasada en la carrera, sin amigos, y mis compañeros de la facultad por recibirse, sin novio desde que tengo memoria, viviendo con mis padres, en una ciudad que no me gusta, sin trabajo, viendo todos mis sueños morir.
Para mí son suficientes razones para no seguir, que se yo, tengo que revertir tantas cosas y no tengo energías la verdad. Lo más fácil siempre es dejar de existir y listo, asunto resuelto. 
Pero si no lo hice hace años... hoy al menos no puedo.
Quisiera probar con medicación, ver a un psiquiatra y que me arregle.

Se siente que es fin de año. Maldita depresión siempre tiene que volver.
Nos leemos.

lunes, 26 de noviembre de 2018

Batallando

Todos los días me enfrento a una batalla contra mi misma. La de siempre, por lo mismo.
Me cansa no poder ver lo bueno en mi. Y aunque ya no me maltrato como lo hice durante toda mi adolescencia, aún así no me quiero del todo. 
Es demasiado difícil y no sé si algún día podré tratarme como lo merezco. 
Por momentos creo que lo hago, pero luego caigo en cuentas de que no puedo hacerlo. 
Como cuando alguien me dice que soy linda, o que me veo más flaca, o que soy buena en mi carrera, o que soy buena amiga... de inmediato mi realidad se siente distorsionada porque no puedo ver nada de eso. Y me doy cuenta de que en el fondo me odio por no poder ser nada de eso, que los demás ya ven en mi. 
Que complicado.
Que enferma estoy.



Nos leemos.
PD. Gracias por sus comentarios (y consejos) de la entrada anterior y lamento que haya gente que se sienta identificada.

miércoles, 14 de noviembre de 2018

̶F̶e̶m̶m̶e̶ fatale

Se me hace muy difícil comenzar esta entrada porque me siento tonta hablando sobre esto, pero no podría hablar de esto en otro lado o con alguien más.
Creo que me gusta alguien y lo estoy echando a perder antes de que empiece siquiera algo.
Y esto lo hago siempre, nunca me detengo a razonarlo hasta que es demasiado tarde y me encuentro triste pensando en por qué no avanzó o por qué todo murió antes de que pasara. Pero el problema siempre fui yo.
Siempre encuentro peros, excusas o defectos en x persona y me auto-convenzo de que estoy mejor sola, cuando sabemos muy bien de que no. 
No les doy ni una oportunidad, ni una, porque termino alejándome e ignorando a chicos que realmente quieren algo conmigo. No sé qué, porque nunca dejo que nada pase. Me aterra.
Si es una amistad, bien. Si es algo de una noche y no nos vemos más? Buenísimo, y lo disfruto y la
paso bien. Sobre todo cuando tengo lagunas mentales y solo encuentro recuerdos borrosos, me divierte no saber bien qué pasó o que nos dijimos. Pero nunca doy mi número, siempre invento un novio extranjero o que ando en algo con alguien, cualquier cosa para zafar del interés de alguien. 
Y los días siguientes quizás me arrepiento si el chico me cayó bien o si me gustó, pero no pasa nada porque no puedo hacer nada al respecto. 
Actúo por programación, en piloto automático. Sé lo que debo hacer y cuando. Y no lo cuestiono en el momento. En ese momento soy una femme fatale y actúo como tal porque me creo inalcanzable. Se que nunca voy a ser tuya y aunque pensas que sí, yo se más que vos. 
La noche me da autoestima, o el alcohol mejor dicho. 
Pero de día y con alguien que realmente quiere conocerme fuera de las sábanas, no puedo. Me aterra.
Y no sé que hacer.

¿A alguien más le pasa esto? ¿Consejos? Los necesito.



Nos leemos.

miércoles, 31 de octubre de 2018

Little Hazel

Tengo miedo de perder parte de mi personalidad. 
Con el tiempo la vida te va a haciendo más dura, más cruel, menos sensible o abierta. Perdemos al la niña que alguna vez fuimos, la dejamos enterrada bajo una pila de miedos, de fracasos emocionales y nos limitamos a mostrar solo una parte de nosotros mismos. Por eso nunca terminamos de conocer al alguien. 
Yo tengo miedo de que mi personalidad burbujeante, alegre, simpática no aparezca más. Cada vez me muestro más tímida e intimidante; muy pocas personas pueden pasar un rato con la Hazel buena onda y casi siempre aparece cuando estoy ebria y dejo mis prejuicios atrás por unas horas. Pero yo solía ser así siempre. 
Fui una niña feliz como hasta los 8 años, por ahí. Después mi personalidad se vio afectada por las inseguridades que fui percibiendo con el correr de los años, hasta llegar a la adolescencia y seguida por la adultez. Mi sonrisa ahora con suerte aparece en fotos o cuando logro relajarme y entender un chiste que me acaban de contar. Por fuera parezco amargada y fría, aunque no me considero así. 
Aún quedan restos de mi vieja personalidad. Pocas veces aparece, pero no me gustaría que desapareciera por completo. Quisiera ser la Hazel sonriente de antes.
Y si, quizás unos cuantos años atrás era falsa y ahora no me importa mostrarme ruda con el mundo que me hizo así. 
Sólo quisiera no perderme en mi misma y que alguien sea capaz de hacerme reír más, de sonreír por las mañanas y llorar de algo que no sea tristeza. Me gustaría que me devuelvan a la niña que obligaron a crecer, a la que le hicieron creer que no era suficiente para este mundo cargado de mentiras y vidas falsas. A la que abrazaron alguna vez para después clavarle un puñal y asesinarla. 



Nos leemos.


martes, 23 de octubre de 2018

No rain, no flowers

Tenia preparada una entrada muy positiva que accidentalmente borré antes de publicarla, así que no sé que tan positiva será esta.
Básicamente decía que en estos 24 años de vida aprendí muchas cosas, en realidad este último tiempo. Porque antes no veía los problemas, o más bien era como que podía ver solo una parte de ellos. Y creo que al haber tenido una adolescencia tan sufrida (a mi manera, porque se que hay cosas peores que un desorden alimenticio y cortarse) de alguna forma me preparó para lo que estoy atravesando ahora. Estos estados de ánimo ya los conozco muy bien, no son nada nuevo. Hablo en comparación a la gente de mi edad que recién experimenta una depresión o un ataque de ansiedad por primera vez. O mis (ex) amigas, un par de ellas también están pasando momentos de mierda con sus familiares enfermos o muertes, y de alguna forma pienso que tengo algo de experiencia a nivel emocional. No sé que tan estúpido suena todo esto, pero yo me entiendo. 
Así que en parte, aprendí a ser fuerte.
Ayer por ejemplo, vinieron mis tíos a hablar con mis padres porque mi papá decidió hacer el tratamiento fuera de mi ciudad y mi mamá no paraba de llorar y mi papá la consolaba, y era una escena tan de mierda. Yo me sentí super fuerte y me enfocaba en escuchar lo positivo que tenía para decir mi papá e ignoraba a mi mamá, porque Dios, a todos nos cuesta y a pesar de todo estamos acá con una sonrisa tratando de que mi papá esté bien. Aveces odio su dramatismo. 
También aprendí a estar sola
A esto ya lo conté, pero este año me peleé con mi grupo de amigas mas cercano y me costó muchísimo estar sola al comienzo. Veía sus publicaciones y fotos pasándola bomba sin mi y tirando comentarios innecesarios e hirientes por redes sociales, que solo terminaron por demostrarme el tipo de personas que realmente eran. Inmaduras. 
Así que decidí desinstalar todas mis redes sociales de mi celular y enfocarme en mí, si la pasaba bien no lo publicaba y me fue bien. Porque lo que me dolía era verlas. Ahora me compré un teléfono nuevo y pienso volver a instalar mis redes sociales aunque me aterra mucho. Según mi antigua psicóloga no uso las redes sociales porque no quiero darme a conocer y eso también es verdad. Y me cuesta tanto en el ámbito sentimental esto. Cada vez que conozco a alguien me aseguro de que sea algo de una sola noche porque no quiero lidiar con todo lo demás. Y sufro con esto. Si, aprendí a estar sola, nunca tuve una pareja estable, pero me gustaría que esto fuera diferente. Pero no me dejo, no quiero que lleguen a conocerme. Y si no te gusto? Y si te muestro todo de mí y me rechazas? 
Bueno, pero en fin si aprendí a estar sola. Mi compañía ya no me agobia tanto y de a poco empiezo a aceptarme, de a poco.
Y creo que también aprendí a cuidarme
Lo digo porque empecé el gimnasio y terapia este año. Me puse un poco primero y deje un poco de lado la facultad, lo cual no es bueno, pero es algo que me generaba mucha ansiedad y angustia al no cumplir con mis propias expectativas. 
Quiero volver a la facultad, quiero terminar de rendir, seguir cursando lo que me queda y recibirme. Pero me cuesta encontrar motivación, sobre todo cuando estoy tan alejada de ese ambiente. Pero es algo que debo y quiero hacer.

Y bueno, creo que esas son algunas cosas que aprendí este año. Debo seguir mejorando, pero creo que es un avance a comparación de mis entradas al comienzo de este año. Donde mi cabeza era un desastre.
Espero que estén bien.

Nos leemos.

jueves, 4 de octubre de 2018

Hablemos

Cada vez aparezco menos por acá, no sé si es algo bueno o malo.
Estos últimos meses fueron horribles y ya debería estar acostumbrada, pero no. Lo único que me mantiene la mente un poco ocupada es el gimnasio. Por cierto, volví hace dos meses y por ahora bien. Por unas horas me concentro en mí y alivio mi mente. 

Octubre es el mes de mi cumpleaños y aunque antes lo esperaba con ansias, ahora espero olvidarme realmente de eso. Estoy tan sola, o sea realmente ya no tengo amigos. Y todo se puso así justamente desde mi cumpleaños pasado, hace un año. Tuve una discusión con un par de mis amigas y decidí que no las quería tener más en mi vida porque me lastimaron. Y si bien el asunto no era tan grave, las cosas empeoraron cuando se metieron mis otras amigas a opinar y mentir. Me di cuenta de que su amistad era infantil y tóxica. 
También este año empecé a ser más transparente, lo cuál influyó mucho en todo eso. Porque ya no me sale ser cínica y quiero que te des cuenta cuando me haces mal, ya no quiero ocultarlo todo con una sonrisa y hacer de cuenta como que no pasó nada. No, me lastimaste, la cagaste y no todo se soluciona invitándome a salir de fiesta. Somos adultas y aunque hayan sido mis amigas desde el colegio, las cosas cambian y las amistades también. 
De todas formas, las sigo extrañando mucho. Y me afecta mucho ver las fotos con ellas todas reunidas en alguna ocasión. Por momentos me genera bronca cuando tiran alguna indirecta por alguna red social, pero extraño tenerlas en mi vida y hablar.
Si bien no soy una persona que cuenta su vida abiertamente, o sus problemas o nada, a veces cuando algo me afectaba mucho se los contaba. O en algún trago de más también lo hacía, pero hoy no puedo. Y aún tengo a mis compañeros de la facultad, que ya ocupan el título de amigos, pero siento que la relación no es la misma. No me conocen tanto.

Se que anduve muy misteriosa en los últimos posts pero es que me cuesta mucho hablar del tema que tanto me está afectando. Ni siquiera lo he podido hablar en profundidad en terapia porque no quiero llorar y cada vez que pienso en eso, es lo único que me dan ganas de hacer. 
La cuestión es que mi padre está enfermo, tiene cáncer y para mi estos es terrible. Es como mi mayor miedo hecho realidad. Y si bien es algo que es bastante reciente, es decir que recién comienza y no está avanzado, me aterra mucho. Porque todos sabemos lo que pasa cuando alguien tiene esa enfermedad, la gente te da el pésame así sin más. Siempre tuve ese pensamiento negro sobre eso y sé que hay casos en los que la gente logra vencer la enfermedad, pero igual, da mucho miedo. 
Realmente desearía que me pasara a mí y no a él. Cuando era adolescente, y tenía una depresión mayor que la que he tenido últimamente, rogaba que me diera cáncer. Suena tan enfermo porque lo estaba, pero era una fantasía descubrir que lo tenía y no decírselo a nadie e irme así. Pero mi papá no es como yo, él tiene ganas de vivir, tiene tantos sueños y un temor profundo a la muerte. Y todo esto hace que me duela aún más. 
Pero debo seguir fuerte, por él. Porque lo amo y aunque tiene sus falencias, no imagino una vida sin él a mi lado. Y debo confiar por primera vez en mi vida, en que las cosas van a mejorar y que va a estar bien.


Ay, qué difícil hablar de esto. Pero me siento un poco más liviana.
Por otro lado, tengo pensado o más bien decidido, dejar de ir a la psicóloga. Voy desde marzo y de todas las sesiones que tuve, no me gustaron ni la mitad. 
Y en la última por poco no me llama dramática y egocéntrica porque evito el tema de la enfermedad de mi padre para hablar de mis otros mini problemas que aún no logro solucionar. Pero es que aún no puedo hablar de eso por Dios, que no quiero, no me puede obligar a llorar frente a ella. Y es tan dura la hdp, tan fría (obviamente). Realmente creo que disfrutan ver gente miserable todos los días, imagino que se alimentan de eso. 
Muchas veces también me atendió por apenas 15 minutos y me cobró la sesión entera. En definitiva, ya no quiero ir. Y creo que es momento de empezar a poner en práctica lo poco que aprendí sobre mí y vivir, porque también creo que no te deja avanzar mucho ir a terapia. Igual esto último no lo sé, solo es una reflexión que me salió. 
Ustedes que tiene experiencia con malos profesionales, ¿cómo corto con mi psicóloga? porque suena como una ruptura.

Si leyeron todo esto, gracias por leer. Ahora me pasaré por sus blogs porque hace mucho que no lo hago. 

❤

lunes, 10 de septiembre de 2018

-


Siento que con cada año que pasa las cosas se van poniendo más difíciles. Creo que desde que terminé el colegio mi vida tiene un problema nuevo cada año. Quizás la vida siempre es así pero cuando estás en el colegio es como que todo a tu alrededor es más suave y los golpes no duelen tanto. Pero cuando vas llegando a los veinte la presión se incrementa.
Y ni hablar cuando pasas la línea de los veinte y los problemas y preocupaciones caen sobre vos como una avalancha. 
Ahora, con 23 años, estoy parada en medio de la tormenta. Ya tuve varias tormentas pero ninguna como esta. No sé qué hacer ni hacia donde ir. No sé como ayudar cuando no puedo ayudarme a mí misma.
Y me pregunto ¿por qué a mí? Por qué cuando parecía que finalmente estaba resolviendo de a poco mi vida, me cae una flecha que me parte por el medio. 
Agonizo hacía un futuro incierto, con esperanza pero mucho dolor y miedo. Y con pocos a mi alrededor, casi sin fuerzas ni brazos que me sostengan. Sola, pero entera (al menos por fuera).
No lloro, o quizás si pero poco. Tengo que ser fuerte y no sólo para mí.

Espero que estén bien.
Nos leemos.

domingo, 12 de agosto de 2018

KO

La vida de nuevo me pegó. 
De la noche a la mañana todos mis problemas que parecían enormes, se volvieron diminutos si los comparamos con lo que me pasó estos últimos dos meses. 
Estoy en el pozo pero no veo escapatoria esta vez, estoy deprimida pero ahora no estoy sólo yo en color gris, todo a mi alrededor lo es. Le afecta a todos y aunque todos a mi alrededor siguen con sus vidas, la única débil soy yo. 
Quiero correr y no sé hacia donde.
Los silencios son dolorosos en casa, las sonrisas son falsas, los suspiros son largos y las lágrimas interminables. No veo un buen futuro para mi, veo menos gente en el y me asusta. No estoy lista.
La psicóloga me ayuda un poco, pero se que en algún momento tendré que dejar de ir y encargarme de todos mis problemas sola, hacer algo al respecto. 
El mundo sigue sacudiéndose y yo no me muevo, estoy clavada al suelo (o a la cama). Paralizada por el miedo y la incertidumbre, la angustia y la enfermedad. 
Mañana intentaré salir de mi cabeza.
Wish me luck.

Nos leemos.  

jueves, 19 de julio de 2018

El desafío de vivir

No sabía que se podía tener bloqueo de escritor, pero de la vida. 
Cuando te encontrás estancado en una rutina nauseabunda que no te deja avanzar porque no podes, porque no querés, porque no sabés qué hacer, o porque te da miedo lo que sigue y cómo puede terminar. 
Aveces cuesta vivir porque no es tan fácil como respirar, aunque así debería serlo. Nosotros la complicamos, siempre queremos más hasta cuando sabemos que no podemos. Y nos agobiamos por nadar en mediocridad, nos quejamos de nuestras miserias y quedamos sumergidos en angustia y dolor. 
Lo peor es que el sentimiento de culpa te mata. Te mata no saber qué hacer para sobrevivir en un mundo que te pertenece. Un mundo que construis a diario con tus acciones. Un mundo tuyo y de nadie más. 
Que difícil es vivir sintiéndote inferior a todos y a todo. Vivir con miedo a lo desconocido y a lo que conoces también. No aprendes, no avanzas, no creces. Te estancas y te morís. Pero sin darte cuenta.


Nos leemos.

lunes, 25 de junio de 2018

La soledad de siempre




La soledad asfixia, aprieta, lastima.
Te agota, te entumece, te desespera.

Lloras por un nadie, porque no hay nadie.
Sufrís en silencio, porque no tenes a nadie.

Y duele no tener un hombro para llorar,
ni brazos que te sostengan, labios que te sacien,
o el calor de alguien a tu lado.



Que débil sos cuando necesitas amor.







Nos leemos.






martes, 19 de junio de 2018

Miedos y lágrimas

Miedos:



- Quedarme soltera para siempre
- Perder a mi familia
- No recibirme nunca
- Odiar mi trabajo
- No poder tener hijos
- Que no me sea posible salir de este pueblo
- Vivir con miedo
- Engordar
- Envejecer 
- Ser infeliz 



Sueños:

- Estar con el amor de mi vida (no sólo encontrarlo)
- Tener por siempre a mis padres junto a mi
- Recibirme
- Trabajar en un ambiente en el que me sienta 100% cómoda
- Tener tres hijos
- Viajar a mis ciudades favoritas
- Vivir en el presente
- Tener un cuerpo atlético
- Envejecer sin arrepentirme de nada
- Ser muy feliz



A los sueños los amoldé a mis miedos como para darle un toque de color a mis pensamientos, pero la verdad es que esos miedos están constantemente presentes en mi día a día. Hay noches en las que se me quita el sueño del solo pensar en que lo de la primera lista pasará. 
Se que avanzo de a poco, pero siento que no es suficiente y que nunca lo será porque yo estoy muy mal. Me desanimo, pierdo la esperanza y me tiro al olvido. 
Me encantaría saber como funciona la mente de la gente normal cuando ve que algo no le sale bien y lo intenta hasta que si. Yo con cada fracaso me hago chiquita y sufro, no me levanto por un tiempo hasta que el tiempo pasa y yo me quedo atrás. 
Es horrible esta edad porque ves a gente con la vida ya hecha y vos no tenes ni estabilidad emocional. Tengo amigas con parejas estables, que viajan, que trabajan, que se reciben, que tienen bebés, que se mudan con sus parejas, y después  me miro al espejo y no veo nada de eso. Me veo y me siento sola, sin futuro y con un aspecto que se deteriora con el tiempo, con una mente cansada de luchar entre demonios silenciosos y una sonrisa que se volvió imperceptible. 
No soy feliz. Y quiero ser al menos feliz con lo que hago y no puedo, la universidad me estresa mucho y me dan ganas de cambiar de carrera, pero siento que esa no es la solución y que yo soy el único problema. 
Todo es complicado y yo trato de cambiarlo, pero me cuesta hasta las lágrimas. 

Nos leemos.




martes, 12 de junio de 2018

Preguntas sin respuestas

"La soledad se hace carne en mí y la noche parece un desierto", dice la letra de una canción que no me gusta, de un artista al que no sigo, pero por alguna extraña razón esta noche vino a mi mente y me siento tristemente identificada.

Después de ver una película romántica (típico de mi) me entró una gran nostalgia. ¿Por qué me cuesta tanto encontrar a ese alguien para mí? Me parece que no debería ser tan difícil porque por ejemplo, se que no soy tan terriblemente desagradable como suelo verme a mi misma. A menudo y desde que tengo memoria recibo halagos por mi apariencia, pero no suelo creerlos por mi terrible autoestima. Muchas veces siento que mienten, que lo hacen porque quieren pasar el rato conmigo, porque no tienen nada mejor para decir sobre mi personalidad o simplemente porque están entrenados para eso. Y cuando mis amigas lo hacen, les agradezco porque para eso están las amigas, para levantarte el ánimo. Y sé que no todo en esta vida esta basado en las apariencias y aunque sueno superficial no lo soy en lo más mínimo, solo soy muy insegura y no sé desde cuando surgió esto en mí. Porque como escribí arriba como una estúpida, nunca tuve problemas de terceros sobre mi, el problema esta en mis ojos y en lo que yo veo y no puedo ver. En fin, también se que mi cuerpo hoy es mi mayor inseguridad. Estoy en un peso normal a comparación de hace unos años, pero todo lo "extra" está en mi cintura, caderas, piernas, brazos, en fin... por todos lados, y me vuelve loca. Esto lo hablé un poco con la psicóloga, le comenté que odio cuando un chico intenta abrazarme porque puedo sentir sus manos tocando mi grasa. Ella medio que se horrorizó cuando lo comenté, pero al mismo tiempo el tema quedó ahí. 
Por cierto, eso no me gustó y creo que no sabe bien como manejar estos temas fuera de los típicos: familia y facultad. La semana pasada solo me atendió por veinte minutos y me molesté mucho. De todas formas no le dije nada porque me tomó por sorpresa que me cortara tan de golpe y sin ninguna explicación, no sé si debería decirle algo cuando la vea de nuevo esta semana. Tampoco toqué este tema de sentirme tan sola y de nunca involucrarme con nadie por mis miedos, para luego andar escribiendo poemas a alguien luego de rechazarlo más de veinte veces. 
¿Acaso el amor será otro de mis muchos miedos irracionales?
Y si, es incomodo sentir cosas por alguien. En mi caso es como que pierdo el control sobre mi misma, sobre mis pensamientos, mis actos y hasta la motricidad de mi cuerpo. Y no me gusta, me incomoda. Tampoco me imagino diciéndole a alguien lo que siento por él, lo siento como una especie de debilidad y creo que me gusta un poco esa imagen de chica difícil de la que me apropié. Pero al mismo tiempo no me gusta ser así, quisiera sentirme vulnerable y que alguien quiera estar a mi lado, cuidándome y diciéndome cosas lindas. Me cansa un poco la imagen de ser auto-suficiente y fría, porque en el fondo no soy para nada así. Es solo que no me gusta decir que necesito de alguien o que quiero estar de novia porque temo que nunca pase, por eso me aferro a mi imagen de soltera, amante de una sola noche, party girl que no se quiere comprometer con nadie. Lo mismo con mi más grande sueño, formar una familia. Nunca hablo sobre eso con nadie, pero muero por casarme y tener hijos. Pero otra vez, no lo admito porque temo terminar soltera con diez gatos y ser la chica de las que se refieran como "Ay pobresita mirá como terminó, ¿te acordás cuando nos contaba que quería casarse y tener hijos algún día? Pobre..." 

¿Pero por qué me cuesta tanto? ¿Por qué huyo cuando las cosas van bien? ¿Por qué me escondo cuando alguien quiere algo más que una noche vacía? ¿Por qué me cuesta tanto abrirme? ¿Por qué me cuesta admitir que quiero y necesito amor? 

Espero encontrar pronto respuestas y a alguien que me quiera así de desastrosa. 


Nos leemos.

martes, 5 de junio de 2018

Mejor así

Fue un mes de cambios. Un mes en el que me obligue a salir de mi zona de confort y poder crecer de nuevo un poco. 
Ayer aprobé un examen final después de más de un año sin rendir por la terrible ansiedad que me lo hacía imposible. Me siento bien. Para muchos puede parecer una pavada, pero para mí fue muy importante y me siento un poco orgullosa de mi misma. 
De todas formas el miedo está, me acompañó ayer mientras rendía y hoy igual al ver incertidumbre en mi futuro. Me da miedo que esto solo haya sido cuestión de suerte y que en realidad no estoy hecha para la vida. El miedo a no saber si debo rendirme está presente siempre.


Creo que están haciendo efecto las sesiones de terapia. Hoy tengo turno. Y aunque el tema central es mi ansiedad y mis miedos al fracaso, también comencé a hablar de mi desorden alimenticio y la terrible imagen que tengo de mi misma. Es muy difícil pero necesitaba hablar de eso. También planeo tocar más adelante el tema de mi problema para dejarme querer y expresar lo que siento, en síntesis, mi problema para mantener una relación. 

Espero que ustedes estén muy bien, siempre están en mis pensamientos.
Nos leemos.


viernes, 4 de mayo de 2018

Fue ┇ la ansiedad






Me quemas sin saberlo, como el carbón luego de arder. 
Ya no debería sentir nada pero lo siento todo.

A veces imagino que me ves, que realmente me ves. 
Otras veces imagino que sigo en algún lugar de tu mente. 
Pero con certeza sé que ese todo ya fue.


Hazel





...................................................................................................................................................................

Estoy bien, salvo por la ansiedad que siempre me acompaña. Creo que me gustaría tomar algo para controlarlo y que no me termine por arruinar mi estado de ánimo, lo cuál de por sí ya me cuesta mucho mantenerlo estable.
A veces no me dan ganas de escribir o siento que no tengo nada para contar, pero siempre vuelvo porque me hace muy bien leer sus comentarios. Me dan fuerza.

Nos leemos.

sábado, 28 de abril de 2018

La vida es dulce de nuevo, el viento me despeina pero no me enojo porque también sonrío por dentro.



Este mes fue una montaña rusa, pasé días en los que no podía más como cuando escribí mi última entrada y tuve muchos otros en los que me dolía el rostro de tanto sonreír genuinamente. 
Creo que la decisión de empezar terapia fue lo mejor que pude hacer. Me ayuda a cambiar mis pensamientos y a evitar escuchar esa voz en mi cabeza que no para de pudrirme por dentro. No es fácil, me cuesta mucho pero sé que es la respuesta a todo.

Recuperé varios contactos y mucha gente esta de vuelta en mi vida, incluso gente que no frecuentaba hacía años volvió con los brazos abiertos y pude corresponderles con uno más leve. Porque me sigue costando confiar en la gente, tirarme de nuevo a lo incierto. Sufro mucho por confiar de más, así que me lo tomo con calma. 
Sólo me queda un grupo de amigas por reconciliarme, con una sobre todo que fue mi mejor amiga estos últimos años. Pero cuesta y ella tiene un carácter similar al mío así que tampoco quiere dejar ir su estúpido orgullo.


Volví a pisar la universidad, hace un mes atrás temblaba cada vez que pasaba cerca. Hoy también lo hago pero lo enfrento como puedo, con música fuerte, sin pasar por los lugares donde asumo que hay peligro, evitando conversar con gente con la que no quiero hacerlo y luciendo lo más normal, sana y linda posible, como la Hazel de un par de años atrás. Y aunque yo no lo vea, se que los demás si. 
También volví a ocupar mi cabeza con materias y trabajos que debo presentar la próxima semana. Todo esto me tiene muy nerviosa pero al mismo tiempo se que es lo que debo hacer. Es lo que necesito para volver al camino que muy cobarde mente evité transitar todo este tiempo. 

Hoy estoy un poquito más fuerte que hace unas semanas y quiero contagiarlos de eso. 
La depresión es una mierda y aunque hoy estoy mejor, siempre que miro hacía atrás me esta mirando lista para atacarme en cualquier momento. No estoy a salvo, pero estoy un poco más fuerte que ayer.



Gracias infinitas por sus mensajes en la entrada anterior. Espero que tengan un buen fin de semana, los quiero mucho.

Nos leemos.





miércoles, 4 de abril de 2018

Los ojos más tristes del mundo

Acabo de despertar de una siesta forzada, de esas que tomo para cerrar sesión en mi cerebro por unas horas y dejar de escuchar esa voz que tanto odio. Me levanté luego de chequear mi teléfono sin notificaciones, aún más cansada que antes.
Me vestí por segunda vez en el día. Recogí mi brillante cabello recién salido de la peluquería pero que nadie ha podido apreciar entre las paredes de mi habitación. Lavé mi rostro lastimado después de demasiadas exfoliaciones para un día.

Y ahí lo vi.
Vi los ojos más tristes del mundo, los míos. 
Cansados de despertar, cansados de mirar nada nuevo, cansados de ver tristeza.


Tengo miedo, no tengo a nadie en mi vida, me alejé de todos. No sé por qué estoy como estoy, tan perdida, tan aislada, tan temerosa, tan débil, tan sola. 
Todo esta mal. Me las ingenié maravillosamente bien para echar a perder mi vida en el transcurso de un año, o quizás más. Vengo jodida desde hace tiempo pero al menos me esforzaba por estar bien, hoy no. Hoy no estoy bien y ni siquiera trato de ocultarlo. No tengo fuerzas para salir de esta, no tengo a nadie, ni a mí misma porque me siento muy débil.
No sé que hacer.

Supongo, que nos leemos.





domingo, 25 de marzo de 2018

Desahogándome en palabras

Otro sábado en casa, ya se me están acabando las excusas para evitar invitaciones. Ahora por ejemplo tengo apagado el celular porque me harté de mentir y esquivar a la gente.
Estoy enferma, estoy mal, estoy deprimida y ningún amigo, ninguna risa, ningún trago puede hacerme sentir mejor. Lo peor es que no puedo hablar sobre esto con nadie. Siempre fue así, mi depresión y yo, nadie más. 
Lo que menos quiero hacer es publicar este tipo de entradas pero es mi única forma de escape, de desahogo.



La segunda sesión de terapia fue un poco mejor. Ya no sentí ganas de llorar mientras hablaba, creo que la psicóloga logró comprenderme un poco más, pero los únicos temas que tocamos son la universidad, algo sobre mis padres y cómo era yo en la escuela. 
Quiero tocar los temas fuertes pero no sé como sacarlos sin que ella me pregunte. Por momentos quiero hacer eso, quiero desahogarme del todo, confesar todo y gritarle que me ayude. Pero no me quiero quebrar en el medio del "tuve desordenes alimenticios, me corto, nunca me recupere desde la muerte de mi abuelo, pienso diariamente en suicidarme". ¿Cómo mierda decís eso? 
También me da vergüenza confesar que me odio, que me disgusta mi cuerpo, que no puedo entablar una relación con nadie porque no me siento digna ni de ser mirada por alguien que me gusta. 
Me da vergüenza porque la gente no me ve así, solo yo me veo así y me cuesta explicar el por qué no me quiero cuando ni siquiera yo lo se.

Que difícil es todo cuando tu peor enemiga sos vos misma. 
Siento que con cada día que pasa rompo algo nuevo. Cada día pierdo un amigo, me peleo con un familiar, borro una red social o bloqueo a una persona. Es como si otra persona entrara en mi cuerpo y decidiera arruinar mi vida por diversión. Como en los dibujitos, siento que entra un bichito en mi cerebro y comienza a apretar botones sin saber el daño que me puede causar.
Perdí el control de mi vida, no es la primera vez pero cada vez me cuesta más recuperarme.

Espero que tengan un buen fin de semana.
Nos leemos.




sábado, 17 de marzo de 2018

Niña loca


La niña mágica está loca.
Le teme al sol y a las estrellas,
se niega a bajar las escaleras
y salir al mundo real.

Se encierra entre paredes,
ni por las ventanas aparece.
Le teme a los ojos de la gente,
a los rumores de su inestabilidad.

Quiere que el príncipe la rescate,
pero él ya la olvidó.
Quemó sus fotos y recuerdos,
ya no la encuentra ni en sus sueños.

La niña mágica está loca,
ya no recuerda ni quién fue.
Se aísla entre las tinieblas
aún deseando un nuevo amanecer.

Hazel



Me estoy aislando de nuevo y me preocupa mucho. 
Dejé de ir al gimnasio porque me siento incapaz de dejar mi habitación, tampoco quiero darle explicaciones a mi compañera, no quiero verla. Tampoco quiero ver a mis demás compañeros de facultad, quienes ahora son mis únicos amigos, veremos hasta cuando... 
No aparezco ni en los grupos de whatsapp y decidí que este semestre no voy a cursar ninguna materia. Una, porque no puedo ya que quede inactiva por no rendir nada en todo un año. Y otra porque no quiero hacer lo mismo del año pasado, estaba super deprimida y me la pasé faltando a clases, desaprobé todas las materias que cursé, lo cuál es algo que nunca antes hice. Me sentí fatal y ahora no se si me siento peor, pero al menos me estoy escuchando un poco y sé que hay cosas que directamente no puedo hacer. Al menos no por ahora.
Así que me paso los días evitando el mundo real básicamente. Odio pasar por esto, odio que mi familia me vea así. Extraño tener una vida ocupada, ver gente, conversar y reír. Hace mucho que no me rio de verdad.
Igual tengo planes en mi cabeza, quiero intentar dejar la casa durante la semana e ir a estudiar a la biblioteca de la universidad, hacer ejercicio en mi habitación, hacer una dieta SANA, etcétera. Pero bueno, son planes que aún no puedo concretar por mis millones de miedos, la ansiedad que me genera la universidad y cruzarme a mis compañeros y que me hagan preguntas que no puedo responder.

Extraño la brisa del viento en mi cara y la libertad de poder actuar como una persona normal. Porque ya no me sale, me siento como una loca todo el tiempo. 

Nos leemos.

miércoles, 14 de marzo de 2018

Primer intento

Muchas gracias por sus consejos en la entrada anterior, me sentí muy contenida.

La primera sesión fue corta pero un tanto larga para mí. Sentí ganas de llorar desde que me senté y empecé a hablar, pero no lo hice. No sabía como iba a reaccionar a ese momento, no tenía nada preparado y prefería que fluya. Fue como vomitar palabras que nunca antes habían salido de mi boca. Al salir me sentí rara, dejé el consultorio con una persona adentro que tenía todos los pensamientos que durante años protegí con todo mi ser. 
Hoy, un día después me inunda el miedo. Temo que no me pueda ayudar. 
Sé que no hable sobre TODOS los temas que me atormentan. Sólo me limité a hablar sobre mis recientes problemas académicos, la posible depresión, la ansiedad y ataques de pánico que no me dejan ni acercarme a la universidad. También me preguntó si tenía novio y quizás le haya dejado en claro que no puedo mantener una relación con nadie porque huyo, y en ese instante se río... no sé por qué. En fin, también quizás le haya dicho que mis problemas empezaron hace un año, lo cual no es cierto porque todo se derrumbo en mi pre adolescencia/adolescencia, o quizás antes. Tampoco hablé del desorden alimenticio, ni sé si realmente lo incluiré. 

Estoy llena de incertidumbre, es todo nuevo para mí pero creo que dejaré que fluya y ver como va todo. Después de todo apenas la vi una vez.

Y por cierto, sé que en la entrada anterior dije que tenía turno hace dos semanas atrás. Bueno, eso fue un fail total porque mi madre me dio mal la dirección del consultorio, hasta hoy no sé si lo hizo a propósito o qué. 
Por eso busque a otra por mi cuenta, la llamé y tuve la primera sesión ayer. 
No se si a todos les pasa pero a mi me incomoda mucho hablar por teléfono, sobre todo para pedir turno con alguien a quién nunca vi en mi vida, sobre todo un psicólogo, que en mi lista de miedo absoluto está en primer lugar. Me pasé días intentando llamar y simplemente no podía. 
Un día ya hundida en la miseria y la desesperanza le dije a mi madre que llamara por mí, me dijo que lo haría y hasta ahora no lo hizo, tampoco me preguntó si yo lo hice. 
Ninguno de mis padres saben que ya fui y que tuve la primera sesión. Hoy no me siento con ganas de decirles, no me nace. 
Ellos viven su vida y no me prestan mucha atención lo cual esta bien porque ya no soy ninguna niña como antes, pero al mismo tiempo siento que aún si soy una niña chiquita con miles de miedos. 

Me siento sola, pero al mismo tiempo poderosa porque estoy haciendo algo que quiero hacer desde los quince años y que mi madre nunca comprendió, ni autorizó. 
Lo hago por mi y por mi futuro, porque no lo veo. Si me preguntas adónde me veo en cinco o diez años te voy a decir que no sé. Todos mis sueños mueren a diario y hoy me siento un parásito viviendo a costa de mis padres, cuando de chica tenía planeado una vida fantástica para mi yo de 23 años.  



Espero que ustedes estén increíblemente bien, las quiero mucho.
Nos leemos.

martes, 27 de febrero de 2018

Un cambio


Me caí, de nuevo. La semana pasada fue aislamiento, llanto, desesperación y angustia. Un combo explosivo. Hoy sigo desesperanzada pero creo que puede cambiar, creo que yo puedo cambiar.

Este viernes tengo turno para mi primera sesión de terapia. Es algo que me debo desde hace años y va a ser interesante. Tengo miedos pero también me entusiasma ver como es la onda. Quiero respuestas.


Me gustaría que me contaran cómo fue su primera visita al psicólogo/psiquiatra. Mas o menos sé qué esperar, pero quiero que me lo cuenten desde su propia experiencia.
Espero que su semana sea buena.
Nos leemos.



martes, 20 de febrero de 2018

Luz en la oscuridad


Ojos cansados de soportar la luz que entra por la ventana,
amanece muy temprano cuando no queres estar.
Las horas pasan lentamente, pero el sol se esconde muy rápido,
la noche amenaza otra vez con hacerme llorar.


Estoy sola cuando no quiero estarlo,
llamo a mi amiga y me dice que debería rendirme.
Me duele, pero no me sorprende,
muchos lo piensan pero nadie lo dice.


Soy la prueba del milagro.
Soy agonía por dentro y sonrisa por fuera.
Soy el "matame" por dentro y el "gracias" por fuera.
Soy tinieblas cuando me dejas sola y pura luz cuando te dejo entrar.

Hazel





Mi entrada de ayer fue demasiado rara, la edite dos veces y termine optando por borrar todo lo que escribí. Era sobre una amiga a la que le importé muy poco, fuimos amigas durante quince años o más y este último tiempo se canso de forrearme y lastimarme hasta que me harté. Me alejé y no volvió a hablarme. Estos meses me di cuenta de que tenía muchas amigas como esa, otra que también consideraba como mi mejor amiga me hirió y me alejé, no me hablo más. 
Y en este poema hablo de otra, es increíble. Ayer le comenté a mi amiga recibida hace poco de psicóloga que estoy bastante deprimida y otros detalles, y me dijo que si seguía así me iba a terminar matando. Así, de una, me lo dijo sin asco. Nunca un consejo, o algo para motivarme, una palabra de aliento, nada. Y yo me quede incontables noches despierta respondiendole cuando ella se sentía mal, cuando veía sombras que le decían cosas, yo estaba ahí al otro lado del teléfono calmando su llanto. No se por qué elijo amistades a las que no les importo, no se por qué todo me tiene que afectar tanto, ni por qué sigo confiando y queriendo a quien me lastima. 

¿Acaso todos somos un poco mierda? ¿Egoístas? O sea, yo se que sí, pero mínimo fingir un poco de empatía por un amigo. No sé.

Gracias por leer.



sábado, 17 de febrero de 2018

Entrada innecesaria: Fuck fake friends





Perdón por esta entrada pero tenía que poner esto en algún lado. Para soltar las cosas suelo escribir, así que espero me sirva para dejar ir el rencor. Debería escribir también sobre mis otras amigas forras. Espero cambiar de opinión y no ponerlo acá, por su bien. Gracias por leer y perdón de nuevo.

Nos leemos.


Actualizo: Borre todo porque siento que incluí muchos detalles y soy increíblemente paranoica con el blog.


martes, 6 de febrero de 2018

Otro (te) extraño

Extraño mirar el cielo sin que el sol me lo impida.
Las hojas desteñidas en los arboles,
la cruel brisa de la mañana que me hace sentir menos dormida, menos muerta.
Extraño el aliento blanco que sale de mis labios, 
luego de exhalar un suspiro recordando tu ausencia. 

Extraño mis manos frías y las tuyas ardiendo.
Derretirme con tan solo mirarte y de repente perder el habla.
Porque cuando te tuve se sintió como un sueño del que tuve que despertar.

Extraño ese otoño, esa noche de abril.
Ese encuentro, esos nervios, esa noche llena de alcohol y de recuerdos.


Hazel




Espero no ser la única lonely girl por acá.
Nos leemos.

sábado, 3 de febrero de 2018

Dolores que permanecen


Enero me dio su dosis de días grises. Lloré, tuve ataques, me aislé, me lastimé, grité y volví a llorar. 
Tantos días de hacer de cuenta cómo que "nada pasaba" me cobraron factura. Pero hoy estoy un poco más aliviada, respirando, perdonándome. 
Sigo trepando el pozo en busca de luz, quiero salir pero el camino es largo. Lo bueno es que estoy un poco más cerca que ayer. 

Gracias por sus consejos sobre la psicóloga, creo que le voy a dar una oportunidad porque realmente no quiero volver a cómo estaba antes. Creo que al menos podría ir a una primera consulta y ver cómo es la onda y si realmente me cae bien, seguir. 


Me produce mucha ansiedad cada vez que pienso sobre el tema pero se que es lo mejor que podría hacer por mi. 

Nos leemos.

martes, 30 de enero de 2018

Cielos violeta


Cielos violeta y aroma a jazmín,
siento cosas que no debería sentir.
Me digo que este es mi año, que confío en mi,
hasta que la noche llega y no me deja dormir.

Vuelven mis miedos y mi incertidumbre,
quiero más tiempo pero ya no lo hay.
Quiero respuestas que solo yo puedo hallar,
no quiero morir sin antes brillar.

Me tengo a mí, me tengo a mí,
eso debería bastar, sino fuera por mi cabeza 
que no para de dar vueltas,
me pregunta y aún no hallo las respuestas.
Solo quiero que el cielo me diga que debo seguir.

Hazel
...................................................................................................................................................................

Ir al gimnasio me hace bien. A lo largo del tiempo muchas veces leí sobre como la actividad física ayuda psicológicamente, cómo las endorfinas después de un workout te pueden hacer sonreír durante el día, pero nunca lo creí del todo. Hasta que lo comprobé.
Toda mi vida odié la actividad física, sólo lo hacía para perder medidas y nunca me exigía demasiado porque mi cuerpo enfermo no podía soportar mucho esfuerzo. Nunca lo disfruté, siempre lo vi como una obligación.
Y ahora, recién le estoy agarrando cariño. De a poco. Mi objetivo ya no es tanto bajar de peso o tonificar, también encontré las ventajas de despejar mi mente por un rato. 
Cada día me doy cuenta de que puedo, que aunque no tenga ganas de ir, voy y completo la rutina. Me hace sentir un poco menos inútil. Y ayer unas amigas me confesaron que no me tenían fe, pensaban que iba a abandonar al segundo día porque no consideraban que fuera capaz ni de transpirar. Okay, guess what sweetie, I'm doing it! ¿Hay algo más lindo que demostrarle a la gente que se equivocan con vos? No, es hermoso. 
Así que mis días giran en torno a esto por ahora. Espero agarrar los libros dentro de unos días porque mi poema es sobre esos problemas específicamente, no me deja dormir el hecho de que tengo tantas materias por rendir y tan poca motivación con la carrera. 
Tema psicólogo: Mis padres quieren que empiece terapia con una psicóloga que es amiga de mi papá. No la conozco, sólo se que mantienen una relación más onda laboral, pero me la nombraron como su amiga. Y mi amiga me dijo que no es tan buena idea y que debería buscar por otro lado. ¿Ustedes que opinan? Realmente no se que hacer. 
Me alegra que me ayudaran a conseguir a alguien, pero me asusté cuando mi madre me dijo de que había hablado con mi padre y habían acordado el tema, y mucho más cuando mi papá me abordo con el tema sin previo aviso. Shock total, me quede muda cuando me dijo en que horario podía visitarla, adonde y que él me llevaría cuando yo lo decida. 
Y digo todo esto porque si bien hablé reiteradas veces con mi madre el tema del psicólogo, todo lo contrario con mi padre. Nunca hablamos de estos temas, siempre evita los temas serios. 
Es hora de que me dejen de ver como la hija intocable que nunca tuvo problemas porque me mantenían a salvo encerrada en la torre. Cuando la realidad es difícil de digerir. 


Espero que tengan una linda semana.
Nos leemos.









lunes, 22 de enero de 2018

Baby steps


Enero me viene tratando bien, o al menos yo lo hice.

Me fui una semana de vacaciones con mi familia y pasé mucho tiempo junto a ellos este mes, lo cuál es algo que siempre me hace bien. Porque son las únicas personas que me inspiran genuina confianza.

Comencé el gimnasio. Esto era algo que venía posponiendo desde hace un par de años y aunque recién empiezo espero que sea una relación a largo plazo.

Estoy pasando mucho tiempo con mis compañeros de facultad. Se podría decir que son mis amigos (y actualmente mis únicos amigos lol). Fuimos de roadtrip por un fin de semana, y estoy aceptando planes junto a ellos que en otro momento habría declinado. Les estoy dando una oportunidad porque son buenos y quiero rodearme de gente así. 
En cambio, falté a todas las reuniones con mi grupo de amigas, algunas veces realmente no podía pero muchas otras las rechacé. Ya no siento dolor, pero no tengo ganas de pasar tiempo junto a ellas.

Aún no hice todo lo que me propuse para este mes, pero por lo menos aún tengo unos días más, aka psicólogo. 

Y sé que suena todo muy color de rosa, pero lucho mucho para vencer mis miedos, ir al gimnasio es un gran desafío para mi. Me costó mucho decidirme por ir porque aunque se que mi peso actual es normal, tengo miles de inseguridades y mi cuerpo no me gusta. Y el gimnasio al que voy todos son personas que van desde hace un tiempo y están en forma y eso me da mucha inseguridad. Pero aún así me trago mis miedos y voy porque es lo que quiero para mi vida. Se que mi cuerpo tardará mucho tiempo en transformarse pero debo empezar. También cada día aprendo algo sobre él, por ejemplo, la semana pasada cuando fui a mi segundo día me tocó hacer glúteos y no tenía nada en el estómago. Claramente me descompuse y tuve que parar un rato, y estas son cosas que quiero cambiar. Estoy aprendiendo a cuidarme en todos los sentidos, aunque me cueste. 
Todo es un proceso y estoy dispuesta a hacerlo. 
Lo importante es que por ahora no estoy mal y puedo permitirme salir de mi zona de confort un rato.

Espero que ustedes estén bien y gracias por sus buenos deseos. Las quiero mucho.

Nos leemos.

viernes, 5 de enero de 2018

The bitch is back

Aunque nuestros planes y aires cambien, siempre hay momentos en los que los fantasmas del pasado buscan atacarte. Solo debemos aprender a ignorarlos.
Porque lo que no te ayudó en el momento en que más lo necesitabas, no tiene lugar en tu presente. En este presente, cuando por fin encontraste la paz que anhelaste siempre. En el que te diste cuenta de quien sos realmente y que la corona siempre fue tuya. 
No más lágrimas por fantasmas del pasado, no más días de espera y suspiros por amores del ayer, no más tiempo invertido en quienes ya no me suman. 
Hoy me quiero más. 



Los días grises también lograron encontrarme. Hay dolores que siempre me afectarán y tirarán a la cama sin importar todo el positivismo que cargue. Pero debo aprender a aceptarlos porque soy muy sensible y cuando alguien cercano se va me queda ese vacío para siempre. 
Hay dolores que son parte de mi.

Pero estoy dispuesta a que los días completamente negros no formen parte de mi vida. No sé como aún, y hoy fue uno de esos, pero ya estoy en pie. Todo esto solo depende de mí y prometo dar lo mejor de mi, pero sin intentar que todo sea perfecto. Y no darle importancia a lo que los demás piensen sobre mi, la única opinión que me importa es la mía.
Espero hacer de mi dolor mi fortaleza. 













Gracias por leer.






lunes, 1 de enero de 2018

¡Feliz año nuevo!


Quiero desearles lo mejor de lo mejor, mucho amor y felicidad, muchas ganas de vivir y de crecer.
Espero que este año los encuentre fuertes y con entusiasmo para enfrentar cualquier obstáculo. También ruego que se perdonen y que dejen el pasado atrás. Que dejen a todo lo que les hizo mal, a las personas que no supieron valorarlos, a los que no supieron confortarlos. 
Que se quieran cada día más que ayer y que encuentren paz en ustedes mismos.
Todo eso también es un deseo para mí, porque es lo que me merezco.

Gracias por seguir caminando junto a mí en esta montaña rusa llamada vida. 
Gracias por sus comentarios que me renuevan cada día para poder seguir.
Gracias, porque las considero mis amigas.

Esta noche la pase con mi familia, cada vez somos menos pero estamos siempre juntos. 
Esta noche no la pasaré con mis amigas, ya no las siento como tales, me lastimaron y no quiero seguir siendo la segunda opción de nadie. No quiero salir solo para sacarme lindas fotos y presumir un nuevo look. Prefiero quedarme en casa y escribir, porque en las palabras me encuentro a mi misma y me siento más feliz en mi propia compañía. 
Sin juzgarme, sin fingir, sonrió desde adentro y me siento en paz.

Nos leemos.