Su pelo, largo como el de la diosa que lo visita en sus sueños.
Su perfume, dulce como las flores que nunca le regaló.
Su mirada, oscura como sus intenciones.
Noches ahogada entre lágrimas y "te quieros" que nunca dijo.
Pensando en los tuyos y si la ves cuando cerras los ojos.
Rogando cruzarte una vez más y que le claves un puñal.
Apuñalada por tu mirada.
Fría, cruel, como la describen desde que comenzó a regalar amor.
Distante y patética como ese orgullo.
Dulce como tu voz y cuando le cantabas.
Tierna como tus besos y los que le debes.
Vacía como tu corazón y como el mío.
Nos leemos.