jueves, 23 de noviembre de 2017

Maniquí

Me siento mal, al borde del llanto, me desespero por dentro, pero soy un maniquí. Por fuera carezco de emociones y por dentro soy un huracán de sentimientos. 
Me desespera no poder ser quien quiero ser. Estoy harta de mis fracasos y de lo que no soy. Los años pasan y yo sigo quejándome de todo sin cambiar nada. 
Estoy harta de mí, de la gente que me rodea, de este lugar sin salida, de mi mente enquilombada y de ser una soñadora sin motivación.

Me odio por motivos que no debería. 
Me odio por querer a mis amigas que se olvidan de mi por meses y hablan mal de mi a mis espaldas. Me odio por hacerme tiempo para todos pero cuando yo necesito de alguien termino sola y decepcionada. 
Me odio porque siento que no estoy hecha para este mundo, estoy cansada de sufrir en silencio, me agota mi mente que no para y mi depresión que la siento tan pero tan mía desde los 9 años. 

Quiero sentir otra cosa que no sea esto. Quiero sentirme viva por más de dos horas, sin la necesidad de ninguna droga. Estoy harta de este vacío existencial que solo me provoca unas inmensas ganas de dejar de existir. 

Se me está acabando la paciencia conmigo. 
Cada día trato de seguir y darme otra oportunidad, pero siento que se me agota el tiempo, cada vez la habitación está más oscura y cerrada como mi corazón de maniquí. 



Perdón por mis entradas tan horribles y deprimentes. Espero que los días cambien para bien, para todos.

Nos leemos. 

lunes, 13 de noviembre de 2017

Perfecta nunca

Hasta hace un año era "perfecta". Al menos eso me decían y sé muy bien por qué lo hacían. Cuando sos astuto, tenes el control y las riendas de tu vida, mostrás solo y exactamente lo que querés mostrar, ni más ni menos. Y así logré engañar a todos, con mi apariencia impecable, mi delgadez "natural" pero nunca extrema, mi rostro siempre maquillado, mi deslumbrante simpatía y mis habilidades académicas.
Pero este año todo esto cambió.
Dejé de ir a la facultad, subí de peso, no salgo nunca de casa y si lo hago no uso maquillaje, la ropa me queda mal... ya nadie se refiere a mi como """perfecta""".
Oh la perfección. Nunca pude verme como los demás me veían, JAMÁS. Entonces, ¿de qué mierda me servían esos comentarios vacíos, si jamás me los creí? 

Creo que de alguna forma me siento aún más miserable si nadie me hace cumplidos, suena asqueroso, pero nunca tuve autoestima y los días parecían menos grises cuando alguien me decía algo lindo. 
Es muy triste no saber que sos linda, que sos inteligente, que sos fuerte, que sos amada (cualidades que para mi las tienen todas las mujeres que conozco). Porque para vos sos sólo un desperdicio de espacio, una maquina de decepcionar y rechazar afecto, un ser que no merece amor.



El camino hacia el amor propio es larguísimo, casi interminable. 





Nos leemos.