Me siento mal, al borde del llanto, me desespero por dentro, pero soy un maniquí. Por fuera carezco de emociones y por dentro soy un huracán de sentimientos.
Me desespera no poder ser quien quiero ser. Estoy harta de mis fracasos y de lo que no soy. Los años pasan y yo sigo quejándome de todo sin cambiar nada.
Estoy harta de mí, de la gente que me rodea, de este lugar sin salida, de mi mente enquilombada y de ser una soñadora sin motivación.
Me odio por motivos que no debería.
Me odio por querer a mis amigas que se olvidan de mi por meses y hablan mal de mi a mis espaldas. Me odio por hacerme tiempo para todos pero cuando yo necesito de alguien termino sola y decepcionada.
Me odio porque siento que no estoy hecha para este mundo, estoy cansada de sufrir en silencio, me agota mi mente que no para y mi depresión que la siento tan pero tan mía desde los 9 años.
Quiero sentir otra cosa que no sea esto. Quiero sentirme viva por más de dos horas, sin la necesidad de ninguna droga. Estoy harta de este vacío existencial que solo me provoca unas inmensas ganas de dejar de existir.
Se me está acabando la paciencia conmigo.
Cada día trato de seguir y darme otra oportunidad, pero siento que se me agota el tiempo, cada vez la habitación está más oscura y cerrada como mi corazón de maniquí.
Perdón por mis entradas tan horribles y deprimentes. Espero que los días cambien para bien, para todos.
Nos leemos.