viernes, 27 de enero de 2017

Miss Robot

Soy como una hoja seca que apenas está sujeta a una rama, que cae con el leve correr del viento. 
Estoy al borde del abismo y cualquier situación estúpida me tira hacia el vacio. 
Soy como una nenita que siente una angustia inmensa cuando alguien le dice algo que no le gusta.

¿Podré cambiar algún día? 



Con 22 años en esta vida logré madurar un poco, pero hay cosas que aún no pude revertir. No teng
o muchas ganas de mencionar cada una de ellas en este momento, pero son varias. Pero me molesta mucho no cambiar cosas que no me permiten avanzar y superar obstaculos. 
Pequeño ejemplo, mi desorden alimenticio. Éste año se cumplen 8 años con esto que no se ni que es, porque estoy "sana". Ya no ayuno, ni tengo atracones, ni vomito. Sin embargo la gente me ve muy flaca y yo me sigo viendo gorda. 

Otro pequeño detalle, la depresión. Si bien en el blog hablo mucho sobre esto porque me afecta demasiado, estoy bastante bien si comparamos a meses anteriores. Los pensamientos suicidas ya no son diarios y hasta tengo una nueva perspectiva acerca de ese tema. Después de perder a una persona cercana por suicidio las cosas cambiaron totalmente para mi. Tampoco tengo ataques fuertes de autodestrucción ni me lesiono a propósito. Lo cual era un gran problema para mi.

El problema con todo esto es que no exploto. Lloro en ocasiones, pero casi siempre soy un robot. Es como si estuviera medicada, pero no lo estoy, jamás lo estuve. 
Desde hace varios meses que me siento como apagada, en modo automático. Según yo vivo el "presente", pero es una forma de engañarme porque en realidad es como una especie de disociación. Estoy pero al mismo tiempo no. Mi cuerpo obviamente está, pero mi mente no. 
Y algo que es mas o menos bueno es el hecho de que ignoro mis problemas, esto no me produce ansiedad, pero me sigue afectando de todas formas. 

Éstas vacaciones las pase rodeada de mis amigas. Ah, y me olvide de contarles que usé una ¡¡bikini!! Sip, después de casi quince años sin usar una en público lo hice. En realidad debo aclarar que estaba muy nerviosa al respecto, pero me animé en cuanto vi que los cuerpos de las diosas de mis amigas no eran tan perfectos como creía. 
Son días buenos, que me hacen salir de casa y no pensar mucho dentro de éstas cuatro paredes. Lo feo es que los días se me pasan rapidisimos y no comencé a estudiar aún. Siempre lo pospongo para mañana y el día siguiente se pasa increíbolemente rápido, aunque solo me haya pasado el día mirando el techo o durmiendo una larga siesta. 

Porque como les dije, soy un robot últimamente. Es por eso que me cuesta tanto sentarme a escribir sobre lo que me pasa y lo que siento. Porque tiendo a apagar esas emociones involuntariamente. 

Lo que sigue intacto, eso si, es el dolor por la perdida de mi hijo-perro. Pero de todas formas me sorprende la manera en la que lo tomé. Cuando imaginaba ese momento, creía que no me recuperaría, pero aunque sigo llorando, trato de recordarlo con una sonrisa por los buenos momentos. Y siempre que lo extraño pongo sus videos en mi celular.


Espero que ustedes estén bien, ahora me pasaré por sus blogs. Muchas gracias por sus comentarios.
Nos leemos.

miércoles, 11 de enero de 2017

Amor con sabor a vodka

Tuve días en los que sentí todo a la vez y otros en los que no sentí absolutamente nada. Por eso me costó expresar antes esto, pero acá va.
El amor siempre me resultó una palabra ajena a mí, fue algo que nunca creí sentir y que si así pasó no fue correspondido.
Me pasa que hay días en los que no puedo más con mis horas de soledad y salgo en busca de un alguien que me de eso que necesito. Pero el alcohol, las drogas y la noche en sí me entumecen. Puede que esas noches lo sienta todo pero al mismo tiempo nada. Puede que viva todo eso que tanto extraño, pero al día siguiente no recuerdo ni el rostro del dueño de mí esa noche. Entonces, es como al pedo todo. Porque busco eso que no va a llegar porque no quiero. Porque ninguna persona que consideraría interesante iría a un boliche y mucho menos se metería con una borracha que apenas puede mantenerse en pie. Entonces,  por qué lo hago? De donde viene esa sed de autodestrucción que no cesa jamás? Por que prefiero verme miserable antes que vulnerable?
Me cuesta mucho conocer gente nueva, con conocer me refiero a hablar de cosas y abrirme con otro. Creo que es porque no me gusta hablar sobre mí o me da cosa por lo que otra persona puede pensar sobre mi. Lo mismo ocurre cuando un chico comienza a hablarme por Internet. No sé cómo responder ni ese primer "como estas?", me da cosa que luego me pida que nos veamos y que se caiga la imagen que mi perfil creó en su mente.
Cuando era adolescente no me costaba tanto, es más, a veces me pongo a releer los chats de esa época y aunque me avergüenzan, obviamente, también veo lo poco que me importaba hacerlo. Igual nunca me reuní con uno de esos chicos, siempre inventaba una excusa.
No sé cómo hacer o qué quiero hacer para conocer a alguien y comenzar una relación. Porque cómo aclaré, soy demasiado complicada.  Solo conocí a un chico que me hizo querer verlo de nuevo, y lo hice, hasta que luego ya no. El famoso ghost de éste Blog, pero la que se alejó fui yo. Por miedo, quizás? No sé, nunca me voy a entender. Pero sé que a él le gustaba mucho, pero creo que me idealizó como yo también lo hice. Quizás sólo nos desilusionamos al ver la otra cara de la otra persona. Porque aunque yo soy todo encanto, simpatía y el alma de la fiesta cuando salgo, en la facultad y mi vida diaria soy re ortiva y tímida. Así que nada, no pasó.
Ahora quiero conocer a alguien pero no sé por qué no puedo. Por que carajos soy una maquina de rechazar gente? Ni siquiera me permito conocerlos, y cuando por fin veo que todo indica luz verde para comenzar algo,  me esfumo, desaparezco, no contesto más llamadas, ni mensajes, cómo que me muero.
Y ésto que vivo cada día mis amigos, es el karma que no tiene piedad sobre mi.
Y si hay chicos que me gustan, pero sólo les muestro un sutil coqueteo cuando debo interactuar con ellos, pero no los hablo ni nada.
Les cuento otra anécdota. Hace un año mas o menos pregunté en el Blog como hablar con alguien por Tumblr para no parecer muy rara. Era porque me gustaba un chico de ahí, amaba como escribía, era super poético y todos sus escritos eran sobre su ex. Me pareció increíblemente dulce. Lo seguí y aunque intercambiamos un par de "reblogs" y "likes", nunca me anime a hablarle. Ahora hace ya unos diez meses que no publica nada en su Blog y las últimas imágenes y escritos que publicó eran muy depresivos y casi diría que sobre el suicidio. Así que, saquen sus propias conclusiones, yo ya saque las mías.  Ahora puede que el amor de mi vida ya no esté en este mundo y yo ni siquiera pude decirle hola. Creo que esto último es un resumen de como es mi vida amorosa y sobre cómo creo que lo seguirá siendo sino hago algo al respecto. Debo vencer mis miedos y mis inseguridades.
Por cierto, le prometí a mucha gente que en el 2016 iría a un terapeuta, y no lo hice. No quiero prometer nada pero éste es un tema que me gustaría tratar con urgencia, porque lo veo grave.
Así que nada, eso, estoy podrida de ser yo.

Muchas gracias por sus comentarios en el post anterior, significa mucho para mi.

Nos leemos.

miércoles, 4 de enero de 2017

Hasta siempre mi bebé, mi amigo fiel

Si me pongo a repasar mi vida no es tan descabellado que me asuste comenzar un nuevo año, porque sé cuando la tragedia está cerca. 

Ayer tuve que decirle adiós (hasta luego) a mi mejor amigo. Mi perro que me acompañó por más de la mitad de mi vida, me dejó después de pasar doce años junto a mi.
Me duele muchísimo ésta perdida, por miles de razones, pero principalmente porque lo amaba con toda mi alma. Siempre fue mi consentido, el mejor perro del mundo como le decia siempre. Porque si me entendía, cualquier amante de los animales me sabrá comprender. 
Tengo un nudo en la garganta porque la muerte es lo más terrible y duele que un ser tan puro y lleno de ángel deba atravesar por ella antes, pero es parte de la vida.




Yo sabía muy bien que el momento llegaría, sabia que estaba cerca, pero no tan cerca. Éste año comenzaron a notarse cambios y sobre todo en los últimos meses. Escuchaba poco, su vista era pobre, dormía más horas, a mitad de año dejó de subir escaleras y en diciembre empezó a bajar de peso, a pesar de que comía normal. 
Sin embargo, fue el último día del año cuando todo comenzó a fallar. Pasé los siguientes días sin moverme de su lado, velando por él como mi fiel amigo lo hizo conmigo durante toda mi vida. Los días parecían meses y las horas parecían semanas. Su mirada estaba fatigada, al igual que su respiración. El martes 3 de enero finalmente pude conseguir a un veterinario que atendiera domicilio, porque no lo podía mover, y fue cuando tuve que tomar la terrible decisión de ponerle fin a su vida porque su condición era terminal. Ésos últimos días me la pasé llorando y abrazandolo porque lamentablemente no había nada que pudiera hacer para cambiar su destino. 
Estabamos los dos solos. Mis padres casi ni me ayudaron, tampoco cuando le rogué a mi madre para que se quedara junto a mí ese día porque sabía que la opción más lógica era la eutanasia. Tambien sabía que debía ser muy fuerte pero necesitaba de alguien sobre quien apoyarme. 

Todo terminó alrededor de las 15 de ése día, y mientras lloraba desconsolada sentí como algo se desprendía de mi pecho. Fue algo que creo que nunca sentí antes. Fue una mezcla entre alivio, paz y una parte de mi que partía hacia otro mundo. Lo sentí fisicamente.

Mi perro fue el mejor de todos y aunque podría quedarme horas hablando sobre él, se que a muy pocas personas le interesará ésta entrada. Y está bien, pero siento pena por las personas que no saben valorar el amor incondicional de un amimal.

Siento que lo voy a extrañar por el resto de mi vida y será difícil no verlo por aquí, pero sé que ahora está bien y siempre estará presente en mi corazón y atesorado entre mis mejores recuerdos. nunca voy a olvidar sus dulces ojitos y esa sonrisa gigante que ponía cada vez que me veía. 



Si digo que cada comienzo de año es trágico, exagero quizás. Pero un día antes de todo el suceso mencionado, se cumplieron 6 años de la muerte de mi abuelo. Otro enero gris para mi.
Tenia pensado escribir sobre él ese día, pero obviamente me fue absolutamente imposible. 
Y ahora me despido con ojos hinchados pero un poco más tranquila después de volcar algunas palabras sobre mi mejor amigo.

Espero que ustedes si hayan tenido un buen comienzo de año.
Nos leemos.