Soy como una hoja seca que apenas está sujeta a una rama, que cae con el leve correr del viento.
Estoy al borde del abismo y cualquier situación estúpida me tira hacia el vacio.
Soy como una nenita que siente una angustia inmensa cuando alguien le dice algo que no le gusta.
¿Podré cambiar algún día?
Con 22 años en esta vida logré madurar un poco, pero hay cosas que aún no pude revertir. No teng
o muchas ganas de mencionar cada una de ellas en este momento, pero son varias. Pero me molesta mucho no cambiar cosas que no me permiten avanzar y superar obstaculos.
o muchas ganas de mencionar cada una de ellas en este momento, pero son varias. Pero me molesta mucho no cambiar cosas que no me permiten avanzar y superar obstaculos.
Pequeño ejemplo, mi desorden alimenticio. Éste año se cumplen 8 años con esto que no se ni que es, porque estoy "sana". Ya no ayuno, ni tengo atracones, ni vomito. Sin embargo la gente me ve muy flaca y yo me sigo viendo gorda.
Otro pequeño detalle, la depresión. Si bien en el blog hablo mucho sobre esto porque me afecta demasiado, estoy bastante bien si comparamos a meses anteriores. Los pensamientos suicidas ya no son diarios y hasta tengo una nueva perspectiva acerca de ese tema. Después de perder a una persona cercana por suicidio las cosas cambiaron totalmente para mi. Tampoco tengo ataques fuertes de autodestrucción ni me lesiono a propósito. Lo cual era un gran problema para mi.
El problema con todo esto es que no exploto. Lloro en ocasiones, pero casi siempre soy un robot. Es como si estuviera medicada, pero no lo estoy, jamás lo estuve.
Desde hace varios meses que me siento como apagada, en modo automático. Según yo vivo el "presente", pero es una forma de engañarme porque en realidad es como una especie de disociación. Estoy pero al mismo tiempo no. Mi cuerpo obviamente está, pero mi mente no.
Y algo que es mas o menos bueno es el hecho de que ignoro mis problemas, esto no me produce ansiedad, pero me sigue afectando de todas formas.
Éstas vacaciones las pase rodeada de mis amigas. Ah, y me olvide de contarles que usé una ¡¡bikini!! Sip, después de casi quince años sin usar una en público lo hice. En realidad debo aclarar que estaba muy nerviosa al respecto, pero me animé en cuanto vi que los cuerpos de las diosas de mis amigas no eran tan perfectos como creía.
Son días buenos, que me hacen salir de casa y no pensar mucho dentro de éstas cuatro paredes. Lo feo es que los días se me pasan rapidisimos y no comencé a estudiar aún. Siempre lo pospongo para mañana y el día siguiente se pasa increíbolemente rápido, aunque solo me haya pasado el día mirando el techo o durmiendo una larga siesta.
Porque como les dije, soy un robot últimamente. Es por eso que me cuesta tanto sentarme a escribir sobre lo que me pasa y lo que siento. Porque tiendo a apagar esas emociones involuntariamente.
Lo que sigue intacto, eso si, es el dolor por la perdida de mi hijo-perro. Pero de todas formas me sorprende la manera en la que lo tomé. Cuando imaginaba ese momento, creía que no me recuperaría, pero aunque sigo llorando, trato de recordarlo con una sonrisa por los buenos momentos. Y siempre que lo extraño pongo sus videos en mi celular.
Espero que ustedes estén bien, ahora me pasaré por sus blogs. Muchas gracias por sus comentarios.
Nos leemos.