Después de semanas actuando como una adulta normal, la vieja y loca Hazel comienza a rasguñarme las entrañas queriendo salir. Me lastima, sangro y tiemblo. No la quiero ver. No la quiero escuchar.
Pero ahora está frente a mi y me cuesta verla a los ojos. Tiene una mirada profunda, siento que me quema, que me odia, que me quiere convencer de algo, pero no se qué.
Siempre intenta llevarme de vuelta al ayer, no me perdona, no me deja ser. Me dice que no soy normal y por lo tanto no debería actuar como tal. Que estoy gorda, que no me hago más joven y que estoy sola porque nadie me quiere, ni ella.
Nos leemos.
uf cuánto te entiendo! a mi me atormenta todas las noches, a veces es difícil pero lo bueno es que en algún punto se calla
ResponderBorrarabrazo